Radiograf¨ªa de la transfobia en M¨¦xico: ¡°Me ense?aron que ser yo era un motivo de muerte¡±
Seg¨²n la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos, la expectativa de vida de las personas transg¨¦nero en el pa¨ªs es de 35 a?os
Cuando Irene Valdivia comenz¨® su transici¨®n de g¨¦nero, en Morelia (Michoac¨¢n), primero tuvo que soportar las miradas. Luego, los chismes, el rechazo, los insultos, y constantemente, el terror, relata la activista y trabajadora sexual de 26 a?os. ¡°Cuando por fin concluy¨® mi transici¨®n, en la calle viv¨ªa un miedo doble: el que vive cualquier mujer que va sola en la calle y de noche, pero tambi¨¦n que se dieran cuenta de que soy trans y me agredieran por eso¡±, comenta.
M¨¦xico es el segundo pa¨ªs de Am¨¦rica, despu¨¦s de Brasil y antes de Estados Unidos, con m¨¢s cr¨ªmenes contra personas trans, seg¨²n ha documentado el Observatorio de Personas Trans Asesinadas. Tan solo el a?o pasado, el Observatorio Nacional de Cr¨ªmenes de Odio contra Personas LGBT, registr¨® 81 asesinatos en raz¨®n de orientaci¨®n sexual e identidad de g¨¦nero en el pa¨ªs, de los cuales casi el 50% fueron hacia mujeres trans. Adem¨¢s, el informe Violencia de g¨¦nero con armas de fuego en M¨¦xico se?ala que cinco de cada 10 fueron ejecutadas a balazos, y el 44% se dedicaba al trabajo sexual.
Aunque Irene reconoce que ese es uno de sus mayores miedos, es m¨¢s frecuente que la agredan en la calle y en el transporte p¨²blico que en su trabajo. ¡°No puedo negar que s¨ª he pasado por situaciones de vulnerabilidad, pero nunca he estado en peligro¡±, dice. Por otro lado, la joven confiesa que decidi¨® dedicarse al trabajo sexual para evitar la discriminaci¨®n que se vive en otros ambientes laborales. ¡°Es una decisi¨®n que tom¨¦ y que abrazo¡±, afirma.
¡°Las oportunidades laborales no son las mismas cuando eres trans: aunque ten¨ªa un curr¨ªculo que podr¨ªa comprobar, al momento de llegar a pedir empleo no se concretaba nada¡±, cuenta. Seg¨²n un informe de la Comisi¨®n Nacional para Prevenir la Discriminaci¨®n (Conapred), m¨¢s del 60% de la poblaci¨®n trans sufre de discriminaci¨®n laboral y ¨²nicamente 5% ejerce alguna profesi¨®n.
¡°Simplemente queremos existir y ser lo m¨¢s felices que podamos¡±
En la ciudad fronteriza de Nuevo Laredo (Tamaulipas), Galo Delgado, una consultora social de 25 a?os, naci¨® y creci¨® enfrent¨¢ndose al obst¨¢culo de ¡°no existir¡±, cuenta. ¡°Desde mi infancia, nunca sent¨ª que pod¨ªa ser yo y eso me ha costado tomar decisiones de vida basadas en compases morales que prefieren que yo no exista¡±, comparte la especialista en proyectos de derechos humanos. ¡°Me ense?aron que ser yo era un motivo de muerte, pecado, verg¨¹enza, error de la vida natural. Eso me llev¨® a condicionar mi vida sexual, mis decisiones de carrera, las amistades que ten¨ªa y que, adem¨¢s, todo eso me llevaba a ambientes transf¨®bicos como inercia¡±, contin¨²a la joven que se identifica como una persona trans no binaria.
Aunque hace un a?o se mud¨® a Ciudad de M¨¦xico, y antes vivi¨® ocho a?os en Monterrey (Nuevo Le¨®n), Galo se?ala que en todos los Estados que donde ha vivido y espacios que ha ocupado existe un patr¨®n en com¨²n. ¡°Imaginen, vivir intentando convencer a todos en tu trabajo, en tu casa y en tu escuela, de quien eres, y que todo el tiempo te digan que est¨¢s equivocada. Y adem¨¢s, que la que tiene que decidir dejar de sufrir eres t¨², aceptando que la mejor manera de sobrellevar tu vida es escondi¨¦ndote¡±, describe. ¡°Sobre todo cuando una no se ve completamente mujer o completamente hombre, los contextos laborales, familiares y acad¨¦micos exigen la existencia de una identidad absolutamente binaria. Se te exige convencer a todos de ser hombre o ser mujer, se te exige ser algo con lo que la sociedad est¨¦ c¨®moda, no t¨²¡±, agrega.
La joven confiesa que lo que m¨¢s le ha dolido ha sido que invaliden las experiencias que ha vivido de ¡°acoso sexual y discriminaci¨®n por parte de hombres heterosexuales y homosexuales cisg¨¦nero¡±. ¡°Partiendo de la idea de que yo les estoy provocando o yo, en s¨ª mismo, les estoy dando apertura a experimentar conmigo, a violarme, porque usando la ropa que yo quiera y viviendo mi identidad, yo no me estoy respetando en primer lugar¡±, comparte la tambi¨¦n estudiante de sociolog¨ªa en la UNAM. En la capital, Galo ha iniciado su segunda carrera, la cual ha tenido que poner en pausa durante un semestre para continuar con un proceso de acompa?amiento psicol¨®gico en su transici¨®n.
Por lo que se?ala que al enterarse hace una semana de la realizaci¨®n de un foro con reconocidas feministas que la comunidad trans ha acusado de transf¨®bico, no solo la llev¨® a decepcionarse de la universidad, sino tambi¨¦n de dos acad¨¦micas que eran sus ¡°ejemplos a seguir, al menos en el aspecto acad¨¦mico: Amelia Valc¨¢rcel y Marcela Lagarde¡±, indica. ¡°Es parad¨®jico, porque siempre he considerado mi experiencia como estudiante de Valc¨¢rcel como puntos cr¨ªticos de liberaci¨®n¡±, argumenta. ¡°Ella me ayudo a darme cuenta del poder que ten¨ªa para autodefinirme y defenderme en sus seminarios impartidos en el Tecnol¨®gico de Monterrey durante mi primera licenciatura, y es ahora parte del grupo de personas que preferir¨ªan que yo no existiera¡±, expone.
En un d¨ªa normal, Laurel Miranda, una periodista trans de 29 a?os, recibe entre 10 y 15 mensajes de odio. Los recados vienen acompa?ados con fotos de armas de fuego o, en el peor de los casos, con fotograf¨ªas expl¨ªcitas de cad¨¢veres. ¡°Cuando se vive el acoso digital, aunque parezca simplemente eso, cuando lo vives tan constantemente y con cientos de mensajes de ese tipo, es abrumador¡±, relata.
Laurel ha vivido constantemente en periodos de depresi¨®n y ansiedad, que la han llevado a recurrir a ayuda profesional terap¨¦utica, comparte la tambi¨¦n activista. ¡°Las personas trans s¨ª tenemos mayores posibilidades de suicidio, pero no es por ser personas trans, sino por las situaciones de violencia y acoso sistem¨¢tico que vivimos¡±, dice.
Pese a que en 2018 la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) dej¨® de considerar la ¡°disforia de g¨¦nero¡± como una enfermedad mental, un estudio realizado entre 2012 y 2015 en Estados Unidos advirti¨® de que 41% de los adolescentes transg¨¦nero ha intentado suicidarse, por lo que el acompa?amiento psicol¨®gico es fundamental. Sumado a esto, la expectativa de vida de las personas transg¨¦nero en M¨¦xico es de 35 a?os, de acuerdo con la Comisi¨®n Interamericana de Derechos Humanos. Adem¨¢s, las personas trans raramente tienen un acceso adecuado a servicios de salud. En Ciudad de M¨¦xico solo existen dos cl¨ªnicas especializadas en atender las necesidades de hombres y mujeres trans, con acompa?amiento hormonal, psicol¨®gico y endocrinol¨®gico, una atenci¨®n necesaria cuando se ha hecho una terapia de reemplazo hormonal.
El primer recuerdo que Josef Flores tiene enfrent¨¢ndose con un mundo que no le reconoce es de cuando ten¨ªa seis a?os. ¡°Unos ni?os me molestaban porque c¨®mo una ni?a jugaba f¨²tbol y me acuerdo que en ese entonces yo bien seguro de m¨ª mismo, les contest¨¦ que yo era un ni?o, pero que el pene no me hab¨ªa cre¨ªdo¡±, cuenta el psic¨®logo trans de 37 a?os. ¡°Sab¨ªa desde bien chiquito qu¨¦ era, pero no hab¨ªa las palabras para expresarlo¡±, comenta. Adem¨¢s, considera que la representaci¨®n que exist¨ªa de las personas trans era sumamente negativa. ¡°La primera representaci¨®n de un hombre trans que vi en las pel¨ªculas fue la historia de Teena Brandon en la pel¨ªcula Boys Don¡¯t Cry, y bueno, me dio terror ser un hombre trans¡±, confiesa.
El psicoterapeuta y colaborador del refugio LGTB Casa Frida, en la capital del pa¨ªs, advierte de que las consecuencias emocionales de negar la propia identidad son muy graves. ¡°Siempre tenemos que estar en la defensiva y es terrible de siempre estar teniendo que debatir nuestra identidad. Es frustrante que es tratar de convencer a la gente de lo que vives, es real, de que no est¨¢ tratando de invadir a nadie, tratando de invalidar a nadie, simplemente queremos existir y tratar de ser lo m¨¢s felices que podamos¡±, menciona. Por lo que se?ala que lo m¨¢s importante de poder ser visible, ¡°es que les ni?es, les adolescentes vean que se puede ser una persona trans exitosa, profesionista¡±. ¡°Que vean que hay toda una gama de vida m¨¢s all¨¢ de las violencias que vivimos¡±, afirma.
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