INAI: traici¨®n a la instituci¨®n
Una de las creaciones de la alternancia y la democracia mexicana es ahora traicionada por quienes debieran cuidarla
Si el Instituto Federal Electoral (hoy INE) fue el exitoso producto de a?ejas demandas de los mexicanos para que se respetara el voto, el nacimiento en 2003 del Instituto Federal de Acceso a la Informaci¨®n P¨²blica (hoy INAI) pareci¨® confirmar que con la alternancia partidista en el poder Ejecutivo el destino de M¨¦xico como democracia funcional estaba pavimentado, y que esa marcha no se detendr¨ªa ni dar¨ªa reversa. Pero 20 a?os despu¨¦s, ?qui¨¦n salva al INAI de una involuci¨®n promovida por esa misma instituci¨®n?
Desde los noventa, y luego del trauma electoral de la ¡°ca¨ªda del sistema¡± que sembr¨® dudas sobre qui¨¦n gan¨® la presidencia en 1988, la naci¨®n mexicana logr¨® reformas legales para constre?ir los peores h¨¢bitos del autoritarismo pri¨ªsta. Hab¨ªa que limitar su proclividad por robarse elecciones, su incapacidad para tener cuerpos policiacos que no fueran escuela y refugio de criminales, y la inagotable torpeza, negligencia y corrupci¨®n a la hora de manejar la econom¨ªa y ya no se diga el presupuesto.
Nacieron as¨ª en aquellos a?os la Comisi¨®n Nacional de Derechos Humanos, con sus r¨¦plicas a nivel estatal, la autonom¨ªa del Banco de M¨¦xico, el Instituto de Protecci¨®n al Ahorro Bancario y el ya citado Instituto Federal Electoral, por mencionar algunos organismos que por su novedad o reformulaci¨®n se convertir¨ªan en contrapesos del poder presidencial.
Luego, el triunfo electoral de Vicente Fox en el 2000 fue nuestro ¡°fin de la historia¡±. Desplazado el PRI de la presidencia de la Rep¨²blica, cre¨ªmos que todo vicio del pasado se ir¨ªa al basurero junto con el partidazo. Puras cosas buenas auguraba a los mexicanos la derrota de los pri¨ªstas. Pues a diferencia de estos, los panistas no ser¨ªan corruptos, ni abusivos, ni irresponsables. Ilusiones que obviaban las insuficiencias vistas a nivel estatal desde 1989, a?o en que el PAN gan¨® la primera de sus muchas gubernaturas. En fin.
M¨¢s all¨¢ de las decepciones que traer¨ªa el foxismo ¨Centre ellas la renuncia a instalar una comisi¨®n para la verdad sobre la represi¨®n, los asesinatos y la desaparici¨®n de personas en la noche pri¨ªsta¡ª, esa Administraci¨®n ayud¨® a cristalizar una iniciativa ciudadana para hacer rendir cuentas a los gobiernos. Porque de las reformas que se introdujeron en aquel tiempo quiz¨¢ la m¨¢s representativa es la que dot¨® a los mexicanos de una ley y un organismo para garantizar la transparencia de la informaci¨®n de los entes p¨²blicos.
As¨ª naci¨® el IFAI, de lo que propuso desde diciembre de 2001 el llamado Grupo Oaxaca, que con su dec¨¢logo por la transparencia oblig¨® al Gobierno a negociar la redacci¨®n de la ley en la materia. Y as¨ª comenz¨® una cultura en la que periodistas y ciudadanos por igual adoptaron las nuevas herramientas y bombardearon a las instituciones con requerimientos que en no pocas ocasiones dinamitaron intentos gubernamentales por ocultar excesos, errores, dispendios, abusos y corrupci¨®n pura y dura.
A?os m¨¢s tarde, en 2014, una nueva reforma dotar¨ªa de autonom¨ªa al organismo garante de esa ley, ente que ahora lleva por nombre Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Informaci¨®n y Protecci¨®n de Datos Personales, mejor conocido como INAI.
En poco m¨¢s de una generaci¨®n el demandar transparencia se convirti¨® en una cultura. No fue una concesi¨®n del poder. Al contrario: lo que ha ocurrido es que la sociedad aprendi¨® no solo a solicitar informaci¨®n, sino sobre todo a reclamar por la v¨ªa legal cuando ¨¦sta le era tramposamente escamoteada. Y el conducto de esos reclamos, el canal y el ¨¢rbitro para hacer que la ley se cumpliera, para encarecer a los entes p¨²blicos el no acatar las resoluciones, es el INAI. Esa batalla contin¨²a hasta hoy, y est¨¢ lejos de ser ganada.
En distintos momentos los comisionados en turno fueron vistos como c¨®mplices del poder, o medrosos frente a ¨¦ste, al aceptar ¡°razones de Estado¡± para conceder la opacidad de expedientes cruciales.
Adem¨¢s, el INAI fue tambi¨¦n una de las instituciones lastradas por el vicio de ¡°cuotas y cuates¡±. Aunque hay notables comisionadas y comisionados que llegaron con prestigio y con el prestigio intacto al concluir su funci¨®n retornaron a sus labores acad¨¦micas o personales, hay otras y otros comisionados que son ejemplo de c¨®mo PRI, PAN y PRD negociaban cupularmente los nombramientos de quienes fundamentalmente cuidar¨ªan sus respectivos intereses. Cuates que llegaron al INAI por cuota partidista.
Y es que a esos cuates que llegan por cuota se les terminan notando las costuras. C¨®mo olvidar, por ejemplo, que a la comisionada Ximena Puente, que presidi¨® el consejo del INAI hasta que en 2018, dej¨® el puesto para convertirse ese a?o en candidata a diputada por el PRI, partido que hasta entonces ten¨ªa la presidencia de la Rep¨²blica.
El arribo de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador a Palacio Nacional en 2018 supon¨ªa un nuevo reto para el organismo garante de la transparencia. AMLO y los ¨®rganos de transparencia son viejos conocidos, pero no tienen buenos recuerdos. Un bot¨®n de muestra es su confrontaci¨®n en tiempos del tabasque?o como jefe de gobierno de la capital mexicana con la consejera de informaci¨®n p¨²blica del entonces Distrito Federal Mar¨ªa Elena P¨¦rez-Ja¨¦n.
Pero no es necesario ir tan lejos para argumentar el choque que se avecinaba. En sus distintas campa?as electorales L¨®pez Obrador fue claro en su desprecio por organismos como el INE o el INAI: ¡°al diablo con sus instituciones¡±, fue el grito de batalla del hoy presidente. Descalificar desde Palacio Nacional a estos ¨®rganos estaba en el script del mandatario, pr¨¢ctica que ya lleva a?os y no va a cesar.
Frente a eso toca a los organismos un desempe?o ejemplar. Andr¨¦s Manuel los ha tildado de onerosos y antidemocr¨¢ticos. Comparsas del pasado. Garantes de los privilegios de la clase pol¨ªtica anterior. Ejemplo de influyentismo y compadrazgos. Y el largo y conocido etc¨¦tera.
Es obvio que al presidente, dado a mentir y proclamar hechos sin sustento en las ma?aneras, y a la opacidad en general, le conviene socavar la autoridad del INAI. Pero qu¨¦ hacer cuando quienes ponen en entredicho el prestigio institucional son los mismos comisionados que debieran cuidar a este ¨®rgano del Estado, como ha ocurrido en los ¨²ltimos d¨ªas.
Esta semana se inform¨® que Rosendoevgueni Monterrey y Oscar Guerra Ford, que apenas hace cosa de un mes dejaron su puesto de comisionados, ocupar¨¢n dos alt¨ªsimos puestos administrativos en el INAI. El primero ser¨¢ secretario ejecutivo, la posici¨®n m¨¢s alta de la burocracia ina¨ªta, mientras que Guerra Ford ir¨¢ a la secretar¨ªa ejecutiva de la Plataforma Nacional de Transparencia, otro encargo nada menor.
Pasemos por alto que Guerra Ford fue en su momento protagonista de un esc¨¢ndalo de pago de onerosas facturas que fueron absorbidas como vi¨¢ticos por el INAI. Ese bochornoso episodio fue un lunar en el contexto de corruptelas multimillonarias del pasado r¨¦gimen. Pero la elecci¨®n de 2018 fue un mensaje ciudadano que no solo compromet¨ªa al nuevo presidente y su grupo. El voto de ese a?o reclamaba una nueva cultura. Cancelar no solo la corrupci¨®n y la impunidad, sino todo indebido privilegio.
AMLO ha quedado a deber en ese terreno y en otros, como cuando nombra a personas sin la experiencia id¨®nea, o el perfil legal exigido, en importantes carteras. La mejor manera de evidenciar la irresponsabilidad que implica el desprecio de la capacidad a cambio de la sumisi¨®n, ser¨ªa que otras instituciones premien el m¨¦rito como ¨²nica v¨ªa de acceso a posiciones de responsabilidad p¨²blica. Exactamente lo que no hicieron los comisionados del INAI con nombramientos de Guerra y Monterrey.
El INAI no es de los comisionados. Ellos solo son los encargados temporales de una gran instituci¨®n, producto de batallas de generaciones de mexicanos. Y en contra de los intereses de esa ciudadan¨ªa, esas comisionadas y comisionados en lugar de hacer un concurso abierto, meritocr¨¢tico y ejemplar, en el que personas de toda la Rep¨²blica y de varios ¨¢mbitos pudieran ser evaluadas para enriquecer a esta perla de la alternancia, el pleno del INAI ha optado por un ensimismamiento, por privilegiar a cuates.
?Qui¨¦n se est¨¢ apropiando del INAI? ?Su propia burocracia dorada? ?Gente de Morena? ?El viejo r¨¦gimen? ?O se creyeron su insularidad y ahora hay un grupo que se siente due?o de lo que no es suyo y reparten chambas a contentillo? ?Acaso habr¨¢ impl¨ªcita en esa jugada tambi¨¦n una cuota de nombramientos futuros?
La designaci¨®n es tan inopinada que cuesta trabajo encontrarle una explicaci¨®n racional o democr¨¢tica. Solo queda esto: quien tuvo 8 a?os el privilegio de ser comisionado, maniobr¨® a su favor para pactar con sus compa?eros una nueva e importante chamba. Porque no nos van a decir que luego de irse a casa hace apenas unas semanas de pronto y sin esperarlo dos excomisionados fueron convocados sor-pre-si-va-men-te a seguir sirviendo al INAI con cargo a la n¨®mina, ?verdad?
Es en estos tiempos, en que un presidente argumenta que su honestidad es m¨¢s que suficiente para destruir, desaparecer o socavar ¨®rganos que eran contrapeso al poder de poderes, cuando m¨¢s se necesita de personas que con su actuar demuestren que la funci¨®n p¨²blica se puede ejercer de manera profesional, por los m¨¢s capaces pero tambi¨¦n los de recta conducta.
Por gente que resista la tentaci¨®n de perpetuarse, o de explotar para beneficio personal una instituci¨®n cuyas cabezas deben ser necesariamente rotativas. Cuando el INAI m¨¢s requer¨ªa incorporar nuevos liderazgos, nuevas ideas y nueva valent¨ªa, retacan de m¨¢s de lo mismo a una instituci¨®n bajo acoso presidencial, una que ahora tambi¨¦n es v¨ªctima de la miop¨ªa y falta de estatura de sus comisionados.
Una de las creaciones de la alternancia y la democracia mexicana es ahora traicionada por quienes debieran cuidarla.
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