Querido Gabo: las cartas a Garc¨ªa M¨¢rquez que aparecieron en una caja
La familia del escritor descubre misivas que el novelista recibi¨® de personalidades como Fidel Castro, Woody Allen o el rey Juan Carlos y las exhibe en Ciudad de M¨¦xico. La muestra coincide con otra dedicada al autor en el Museo de Arte Moderno
Todas estaban en una caja archivada. Los remitentes las hab¨ªan enviado desde La Habana, Nueva York, Tel Aviv o la selva de Chiapas, y el destinatario era Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez. Fidel Castro, en tinta, le contaba que un periodista italiano lo hab¨ªa entrevistado durante 15 horas para la televisi¨®n; Robert Redford le ped¨ªa que la visita a Sundance fuera ¡°la primera de muchas¡±; Pablo Neruda le confirmaba una cita: el 12 de julio con ¡°Mario, Cort¨¢zar y los Donoso¡± en la Taberna del Caballo Verde en Par¨ªs. Eran m¨¢s de un centenar de misivas enviadas al escritor colombiano entre 1972 y 2013, pero su familia, asegura Emilia Garc¨ªa Elizondo, nieta del premio Nobel de Literatura, jam¨¢s las hab¨ªa visto.
La caja estaba en un mueble con m¨¢s cajas. Era blanca, de pl¨¢stico, y ten¨ªa una inscripci¨®n en el frente que dec¨ªa ¡°nietos¡±. Se supon¨ªa que all¨ª hab¨ªa fotos, pero cuando Garc¨ªa Elizondo y su padre, Gonzalo Garc¨ªa Barcha, la abrieron, encontraron 150 cartas conservadas dentro de sobres de pl¨¢stico. As¨ª las hab¨ªa guardado Mercedes Barcha, esposa del intelectual, fallecida en 2020. La familia todav¨ªa no entiende qu¨¦ hac¨ªan all¨ª las cartas, ya que todo el legado de Garc¨ªa M¨¢rquez se conserva en la Universidad de Texas, en Austin. El hallazgo fue hace poco m¨¢s de un mes y los descendientes del escritor se apresuraron a seleccionar las m¨¢s ¡°interesantes¡±. ¡°Escogimos aquellas en las que se pod¨ªa leer la relaci¨®n de amistad entre Gabo y la otra persona¡±, se?ala la nieta del autor.
¡°Est¨¢s en una edad en la que probablemente no quieras que te recuerden tu edad, pero si juegas bien tus cartas, puedes vivir para siempre. As¨ª que feliz cumplea?os¡±, le recomienda Robert Redford en una misiva firmada en 1988, cuando Garc¨ªa M¨¢rquez acababa de cumplir 61 a?os. El actor redactaba ese mensaje despu¨¦s de que el novelista y su esposa lo visitaran en el festival de cine de Sundance, en Utah, Estados Unidos. Garc¨ªa M¨¢rquez ya estaba, de todos modos, encaminado hacia esa inmortalidad de la que le hablaba Redford: hab¨ªa ganado el Premio Nobel de Literatura; hab¨ªa publicado Cien a?os de soledad, que se convertir¨ªa en la segunda novela en espa?ol m¨¢s le¨ªda despu¨¦s de Don Quijote, y hab¨ªa escrito la que ¨¦l consideraba su mejor obra, El coronel no tiene quien le escriba.
Un gui?o a ese libro de 1961 es el t¨ªtulo de la muestra que re¨²ne una treintena de las cartas halladas por la familia. El escritor s¨ª tiene quien le escriba se inaugur¨® el jueves en la casa donde vivi¨® el autor en Ciudad de M¨¦xico hasta que muri¨® en 2014. En simult¨¢neo, otra exposici¨®n sobre el legado de Garc¨ªa M¨¢rquez llega al Museo de Arte Moderno a partir de este s¨¢bado. Las dos coinciden este a?o, cuando se cumplen cuatro d¨¦cadas desde que el escritor recibi¨® el Premio Nobel de Literatura en 1982. En la vivienda donde Garc¨ªa M¨¢rquez lleg¨® a juntar m¨¢s de 5.000 libros, la familia acondicion¨® un espacio como sala de exposiciones y desde el pasado octubre, organizan all¨ª eventos como esta muestra de cartas desconocidas, a la que se accede con una entrada de 200 pesos (10 d¨®lares) y cita previa.
Robert Redford no era el ¨²nico que quer¨ªa felicitar al escritor el 6 de marzo. Bill y Hillary Clinton le desean un d¨ªa ¡°verdaderamente memorable¡±. Expresidentes mexicanos ¡ªdesde Ernesto Zedillo a Enrique Pe?a Nieto¡ª lo saludan en pocas l¨ªneas. Carlos Fuentes celebra una amistad ¡°de medio siglo¡±. El rey Juan Carlos le env¨ªa un telegrama: ¡°Ayer intent¨¦ llamarte por tel¨¦fono (...). Muchas felicidades. Un abrazo¡±. Tambi¨¦n llegaban felicitaciones para Mercedes, que cumpl¨ªa a?os en noviembre. ¡°Estas son las ma?anitas que le canta el t¨ªo Joaqu¨ªn¡±, escribe Sabina en 2004, tras la publicaci¨®n de Memoria de mis putas tristes, la novela en la que Garc¨ªa M¨¢rquez narra la relaci¨®n de un anciano con una menor: ¡°Todas putas y tristes menos Mercedes, / Todas tan listas, tan tontitas de baba, / todas vinagre, afeites y sal si puedes, / todas culiparlando menos la Gaba¡±.
Tambi¨¦n hay cartas firmadas por Fidel Castro que arrancan con un ¡°Querido Gabo¡±. En una de 1987, el revolucionario cubano, ya al frente del Gobierno de la isla, le narra su encuentro con el periodista italiano Gianni Min¨¢. ¡°Dice ser amigo tuyo¡±, le escribe Castro. ¡°Min¨¢ quer¨ªa un peque?o pr¨®logo (...). Aqu¨ª estuvo hace unos d¨ªas y me rog¨® que te hiciera llegar su deseo¡±, contin¨²a. La carta est¨¢ escrita con caligraf¨ªa puntiaguda en un papel blanco sin dobleces. ¡°Yo dud¨¦ mucho en hacerlo pero tuve que cumplir. Pr¨®logos, discursos y cosas por el estilo han sido siempre para ti con sobrada raz¨®n un gran fastidio. Adem¨¢s los intelectuales en Europa te asocian demasiado con nosotros¡±, escribe Castro, ¡°por ello, yo simplemente cumplo con Min¨¢¡±.
El compromiso pol¨ªtico de Garc¨ªa M¨¢rquez, cercano a los gobiernos y guerrillas de la izquierda latinoamericana, tambi¨¦n se ve en las cartas que le env¨ªa el subcomandante Marcos, l¨ªder del Ej¨¦rcito Zapatista de Liberaci¨®n Nacional, desde ¡°las monta?as del sureste mexicano¡± en julio de 1994, seis meses despu¨¦s del alzamiento en Chiapas. La primera, al parecer, se hab¨ªa extraviado. Entonces Marcos le manda una segunda, de cuatro p¨¢ginas. ¡°Ac¨¢, como quien voltea al sur que nos duele, nos vamos a reunir para conspirar contra las sombras que nos ahogan. H¨¢ganos el favor de acompa?arnos con el cabito de luz que en sus letras anda¡±, lo invita y cierra: ¡°Vale, maestro. Aunque no venga lo esperamos¡ Siempre¡±.
En 1999, despu¨¦s de que Garc¨ªa M¨¢rquez fuera diagnosticado con un c¨¢ncer linf¨¢tico, empiezan a llegar las cartas en las que le desean que se encuentre mejor. ¡°Si me necesitas para cualquier cosa, ll¨¢mame¡±, le dice Woody Allen, ¡°lo peor de estar enfermo cuando ya eres adulto es que no te permiten faltar a clase¡±. El escritor hondure?o Tito Monterroso le dice que tras la noticia no supo qu¨¦ hacer: ¡°Me he debatido entre respetar tu privac¨ªa o romperla¡±. El siguiente s¨¢bado se iban a ver, seg¨²n cuenta el narrador en su carta, pero aun as¨ª le anticipa ¡°un gran abrazo¡± del ¡°viejo amigo de siempre¡±.
El fot¨®grafo Richard Avedon le suplica tambi¨¦n ese a?o que le permita retratarlo: ¡°S¨¦ que no te encuentras bien, pero me llevar¨ªa un m¨ªnimo de tiempo, y dar¨ªa el m¨¢ximo de mi ser¡±. Seg¨²n explica en la carta, la fotograf¨ªa que le hab¨ªa tomado hac¨ªa a?os ¡°bajo la lluvia sin luz¡± hab¨ªa sido un ¡°fracaso¡± que lo persegu¨ªa. ¡°?Me permites que lo intente de nuevo? ?Podr¨ªa ir a Ciudad de M¨¦xico para retratarte como es debido?¡±, le pide. Garc¨ªa M¨¢rquez acept¨® la propuesta y Avedon pudo volver a retratarlo en 2004, pero muri¨® semanas despu¨¦s y la familia no supo nada de esos negativos. Otra foto hecha por Avedon, sin embargo, cuelga hoy en la sala donde se exponen las cartas, un espacio vidriado, donde solo hay otra imagen: el escritor, su esposa y sus dos hijos, unos sobre otros, todos riendo.
Hay m¨¢s misivas: de Simon Peres, ex primer ministro de Israel, que le agradece un desayuno ¡°tan c¨¢lido y refrescante¡± y le env¨ªa tres libros; de Pasqual Maragall, alcalde de Barcelona en 1982, que lo invita a ser parte del Consejo de Honor del Festival de las Artes durante los Juegos Ol¨ªmpicos que se van a celebrar en la ciudad; del ex secretario general de Naciones Unidas Kofi Annan, que en 2004 le agradece por compartir tan ¡°francos e interesantes pensamientos sobre la situaci¨®n en Colombia¡±. Pero Garc¨ªa M¨¢rquez raramente respond¨ªa por escrito esos mensajes, cuenta Garc¨ªa Elizondo. ¡°?l no era de escribir cartas, se la viv¨ªa hablando por tel¨¦fono¡±, recuerda la nieta.
Un legado de m¨¢s de 27.000 archivos
De joven, sin embargo, cuando hablar por tel¨¦fono era todav¨ªa demasiado caro, Garc¨ªa M¨¢rquez no pod¨ªa permitirse otra cosa que contestar por escrito. En aquellas misivas, cuenta el historiador ?lvaro Santana-Acu?a, se lee al joven periodista colombiano intentando convertirse en escritor. ¡°En una carta, dice que est¨¢ tratando de ser escritor profesional, pero no puede porque tiene que mantener a su familia y no consigue buenos contratos¡±, explica Santana-Acu?a. ¡°Cuando est¨¢ escribiendo Cien a?os de soledad¡±, contin¨²a el acad¨¦mico, ¡°expresa que tiene dudas sobre si la novela es buena¡±. Solo despu¨¦s, cuando su situaci¨®n econ¨®mica mejora, las cartas que redacta empiezan a ser pocas y breves.
La correspondencia de su juventud est¨¢ resguardada por el Harry Ransom Center, la instituci¨®n de la Universidad de Texas en Austin que conserva todo el legado del Nobel, que incluye adem¨¢s originales de obras publicadas e in¨¦ditas, material de investigaci¨®n, fotograf¨ªas, guiones, cuadernos de notas y ahora, tambi¨¦n, las cartas recientemente encontradas. Aunque m¨¢s de 27.000 documentos est¨¢n digitalizados, otros, como el original de su ¨²ltima novela, En agosto nos vemos, no pueden verse en l¨ªnea. En 2020, el centro organiz¨® la exposici¨®n La creaci¨®n de un escritor global para ense?ar el material al p¨²blico. Tras ser postergada por la pandemia de covid-19, la muestra se ha trasladado por primera vez a Am¨¦rica Latina y desde este s¨¢bado se podr¨¢ recorrer en el Museo de Arte Moderno, en Ciudad de M¨¦xico.
La exposici¨®n re¨²ne m¨¢s de 300 objetos. Santana-Acu?a, curador de la muestra, apunta que ¡°la gran sorpresa¡± durante la selecci¨®n del material fue descubrir ¡°la enorme cantidad de trabajo que le llevaba la creaci¨®n de una sola p¨¢gina¡±. ¡°Era una persona muy perfeccionista¡±, dice Santana-Acu?a, que destaca c¨®mo el autor correg¨ªa sus textos incluso despu¨¦s de publicados: ¡°Tras la primera edici¨®n de El amor en los tiempos del c¨®lera, por ejemplo, revis¨® todo el texto e hizo cambios que se metieron de manera silenciosa en la siguiente edici¨®n¡±.
El visitante podr¨¢ ver, por ejemplo, el original de Cien a?os de soledad y escuchar al autor leyendo el comienzo de la novela en una grabaci¨®n. Ver¨¢ tambi¨¦n una de las m¨¢quinas de escribir el¨¦ctricas donde Garc¨ªa M¨¢rquez redactaba antes de comprarse su primera computadora. ¡±?l a veces se quejaba y dec¨ªa que al haber empezado a usar el ordenador, su estilo hab¨ªa empeorado¡±, cuenta Santana-Acu?a. Hay, adem¨¢s, declaraciones elogiosas a Shakira y felicitaciones para Rigoberta Mench¨² por haber ganado el Nobel de la Paz en 1992. Y tambi¨¦n objetos personal¨ªsimos del autor, como su carta astral. La agente literaria Carmen Balcells la mand¨® a hacer despu¨¦s de que se descubriera, en 1997, que el intelectual hab¨ªa nacido un a?o antes del que se cre¨ªa. ¡°Estaba preocupada por si le iban a ocurrir cosas diferentes¡±, dice Santana-Acu?a. ¡°La carta astral que se muestra en la exposici¨®n dice que no¡±, asegura el curador, ¡°que a Garc¨ªa M¨¢rquez le aguardaban grandes cosas en la vida y que segu¨ªa teniendo una fantas¨ªa desencadenada¡±.
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