Dos mujeres bes¨¢ndose, esa bomba
A¨²n hay un recorrido por integrar los derechos de la comunidad LGBTTTIQ+ a que sean parte del pop, de la m¨²sica, de los personajes, los juguetes, lo que vemos todos los d¨ªas en la cultura masiva
Hace unos d¨ªas explot¨® en las redes sociales y en la prensa una pol¨¦mica en torno a una pel¨ªcula para ni?os en la que hay una familia homoparental formada por dos mujeres y un ni?o. En una escena esas dos mujeres se besan. Buzz Lightyear de Disney-Pixar, estrenada este a?o, est¨¢ prohibida en 14 pa¨ªses y en otros tantos ha sido restringida a mayores de edad. ?Por qu¨¦ en 2022 es un esc¨¢ndalo en redes sociales y en la prensa que dos mujeres se besen en una pel¨ªcula infantil? Estos d¨ªas probamos que el tiempo, por desgracia en materia de derechos humanos, no corre necesariamente en l¨ªnea recta. Lo que pareciera un problema de otra d¨¦cada o de otro siglo, de pronto es un problema actual.
Hoy que es el d¨ªa de la marcha 44 del orgullo LGBTTTIQ+, dedicada a denunciar las m¨²ltiples violencias contra las mujeres de la diversidad sexual, la lesbofobia, la transfobia y la homofobia quedan descubiertas en pol¨¦micas que comienzan con algo tan peque?o como esto. Pareciera que las pol¨¦micas explotan por algo com¨²n y corriente que pasa todos los d¨ªas en la privacidad de las casas, y cuando salen a lo p¨²blico son un esc¨¢ndalo. Como este tuit, a prop¨®sito de la pel¨ªcula de Disney: ¡°Hab¨ªa visto sirenas, bestias, cangrejos y tazas que hablan, pero jam¨¢s a mi familia¡±. Un beso entre dos mujeres es un esc¨¢ndalo, as¨ª llega a la prensa y las redes sociales, pero ?por qu¨¦?
Regresemos en el tiempo, ahora que los relojes parecen ir, veloces, en sentido contrario. En M¨¦xico, el 20 de noviembre de 1901, hubo un baile privado de hombres, la mitad de ellos vest¨ªa ¡°como mujeres¡± con vestidos largos, y la otra mitad ¡°como hombres¡± con trajes de tres piezas. Esa noche la polic¨ªa irrumpi¨® en esa fiesta privada en la que 42 hombres bailaban y se divert¨ªan. El esposo de la hija del entonces presidente Porfirio D¨ªaz ¨CIgnacio de la Torre¨C estaba en la fiesta, pero para evitar el esc¨¢ndalo, por ¨®rdenes del presidente, la prensa empez¨® a corregir la cifra y se public¨® que hab¨ªa 41 hombres en ese baile, borrando as¨ª al yerno del presidente.
La nota fue un esc¨¢ndalo y tambi¨¦n fue la primera vez que un tema homosexual estall¨® en las primeras planas. El peri¨®dico El Popular as¨ª describ¨ªa la escandalosa escena: ¡°Pretendieron huir para quitarse los vestidos del sexo contrario al suyo; pero al darse cuenta la polic¨ªa de que se trataba de algo grave, no dej¨® salir a ninguno de los 41. No daremos a nuestros lectores m¨¢s detalles por ser en sumo asquerosos.¡± Al d¨ªa siguiente de la redada, una parte del castigo antes de llevarlos a la c¨¢rcel consist¨ªa en que los hombres deb¨ªan barrer las calles travestidos.
Este caso marc¨® algo que a la distancia es claro especialmente hoy: fue la primera vez en que hubo hombres ¡°vestidos como mujeres¡± en las calles de la Ciudad de M¨¦xico, en ese tiempo como humillaci¨®n y castigo, pero fue la semilla de lo que hoy se hace con orgullo, fiesta y celebraci¨®n en las mismas calles. Sin embargo, su sombra a¨²n persiste, ?por qu¨¦ carajos un siglo despu¨¦s sigue siendo un esc¨¢ndalo en la prensa, ahora tambi¨¦n en redes sociales, lo que ocurre en lo privado cuando sale a lo p¨²blico, como un beso de amor entre dos mujeres?
Escandaliza igual hoy que hace un siglo, sin embargo esta construcci¨®n levanta vuelo en los medios y en las redes sociales. Lo que, por fortuna y tambi¨¦n por desgracia, quiere decir que tenemos cierto control desde la palabra. Y digo desgracia porque todav¨ªa hoy hay quien repudia o rechaza escenas de la vida privada que no tienen por qu¨¦ ser diferentes en la vida p¨²blica, pero que sea un esc¨¢ndalo es lo que vulnera los derechos de la comunidad LGBTTTIQ+. Aqu¨ª es donde se abre m¨¢s el problema. Lo obvio es decir que si el beso fuera entre una pareja heterosexual, como pasa en la mayor¨ªa de las pel¨ªculas de Disney, Buzz Lightyear no habr¨ªa sido censurada en varios pa¨ªses ni se hubieran prendido en fuego la prensa y las redes, lo mismo hubiera pasado si el llamado baile de los 41 hubiera sido entre parejas heterosexuales.
El esc¨¢ndalo viene de la lesbofobia, la homofobia, la transfobia y el contexto en el que ocurre. En M¨¦xico, por ejemplo, a¨²n en 2022 hay ocho estados que no han aprobado el matrimonio igualitario, la Ciudad de M¨¦xico fue la primera en aprobarlo en 2010, pero faltan: Durango, Zacatecas, Guanajuato, Guerrero, Tabasco, Veracruz, Tamaulipas y el Estado de M¨¦xico. Faltan derechos b¨¢sicos como el tema de salud p¨²blica para la comunidad trans. Hay una cl¨ªnica especializada en la Ciudad de M¨¦xico, pero ?c¨®mo se atienden estas necesidades en otros estados sin que se vulneren sus derechos? En las c¨¢rceles de todo el pa¨ªs, ?d¨®nde se pone a la comunidad trans de tal manera que sus derechos no sean vulnerados al ser privados de la libertad? ?C¨®mo es el recorrido en los tr¨¢mites de adopci¨®n para las familias homoparentales? ?Estamos seguros, seguras de que en el proceso no se vulneran sus derechos? El feminicidio est¨¢ tipificado, pero qu¨¦ hay de los cr¨ªmenes de odio en contra de la comunidad LGBTTTIQ+, ?hay a¨²n m¨¢s puntos fr¨¢giles?
Est¨¢ muy bien que por primera vez funcionarios p¨²blicos se integren a la marcha, como est¨¢ muy bien que nuevas y varias marcas participen en la marcha, pero ojal¨¢ que no lo hagan con fines de washing, de propaganda pol¨ªtica o de mercadeo, ojal¨¢ se comprometan a revisar sus pol¨ªticas internas a favor de la comunidad LGBTTTIQ+, desde respetar sus pronombres hasta respetar sus derechos en el m¨¢s amplio espectro. Por ejemplo, escuchando sus necesidades. Tan sencillo como escucharles para desde all¨ª trabajar en lo que haga falta.
El baile de los 41 hace un siglo fue un esc¨¢ndalo a la prensa, Disney-Pixar fue un esc¨¢ndalo en las redes sociales. A¨²n hay un recorrido por integrar los derechos de la comunidad LGBTTTIQ+ a que sean parte del pop, de la m¨²sica, de los personajes, los juguetes, lo que vemos todos los d¨ªas en la cultura masiva. Que haya menos princesas, m¨¢s mu?ecos de familias homoparentales, peluches de ni?os que se visten de ni?as, canciones que incluyen esta diversidad, pel¨ªculas, series, historias que reflejen esa vida privada en lo p¨²blico. Que en las pol¨ªticas p¨²blicas, que en las empresas cualquiera de los trabajadores y trabajadoras pueda, en un d¨ªa como cualquier otro, preciarse de trabajar en un espacio que respeta los derechos humanos.
En la prensa, en las redes sociales: todos estamos implicados en esta lucha colectiva para desactivar esas bombas que no son m¨¢s que escenas de la vida cotidiana. Hasta que dos mujeres bes¨¢ndose en cualquier pel¨ªcula sea normal. Que se baile y se goce en las calles transformando esa humillaci¨®n en orgullo. Que los hombres ¡°vestidos de mujeres¡± conviertan lo que alg¨²n d¨ªa fue humillaci¨®n, en orgullo, en pasarla bomba. Y que un beso entre dos mujeres sea la bomba que es, esa de amor.
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