Vivir para celebrar el orgullo: ¡°Mi mayor venganza va a ser que todas seamos felices¡±

La activista trans chilena Camila Bolocco no pudo estar en la marcha del orgullo porque a inicios de mes fue asesinada en su departamento en la Colonia Ju¨¢rez, en Ciudad de M¨¦xico. Su cuerpo fue encontrado a unas cuadras de donde este s¨¢bado inici¨® la multitudinaria manifestaci¨®n que cada a?o conmemora la lucha por los derechos de la comunidad LGBTIQ+ en el mundo. Casi un mes despu¨¦s del asesinato, las autoridades no han informado de avances ni posibles responsables. Con m¨¢s de 70 casos registrados en 2021, M¨¦xico es el segundo pa¨ªs con m¨¢s cr¨ªmenes de odio por diversidad sexual y de g¨¦nero, tan solo despu¨¦s de Brasil, seg¨²n datos del Observatorio Nacional de Cr¨ªmenes de Odio LGBT de la Fundaci¨®n Arco¨ªris.

A¨²n muerta, Bolocco sigue siendo violentada. Sus restos llevan m¨¢s de tres semanas en un congelador del Instituto de Ciencias Forenses de Ciudad de M¨¦xico y no han sido repatriados con su familia, como ella hubiera querido. Su identidad pudo ser conservada gracias a que activistas con los que colaboraba alertaron a la polic¨ªa y se dirigieron a su casa luego de cuatro d¨ªas sin que atendiera el tel¨¦fono, seg¨²n explica Ferr¨¢n Ba?os, integrante de Existimos, un colectivo de hombres trans en el Estado de Hidalgo. Despu¨¦s de dos horas de carretera, recuerda que llegaron al mismo tiempo que los agentes y pudieron estar presentes durante las diligencias. ¡°Lo m¨¢s importante era que Camila se fuera con su identidad¡±, destaca.

El siguiente reto es cumplir su ¨²ltima voluntad de volver a su tierra. Sin embargo, la embajada de Chile se ha negado a asumir los costos la repatriaci¨®n, seg¨²n advierte la directora de la asociaci¨®n Casa de las Mu?ecas Tiresas, Kenya Cuevas, quien tambi¨¦n acompa?a el caso. Las ¨²nicas opciones que les han dado ha sido encargarse del traslado del cuerpo, pero no de los gastos funerarios, o enterrarla en M¨¦xico y regresarla dentro de siete a?os a su pa¨ªs. ¡°Tiene un trasfondo de transfobia porque cuando se enteran de que somos mujeres trans o de la diversidad sexual, ponen un tope. He conocido personas cisg¨¦nero que han muerto aqu¨ª y la embajada reacciona de manera inmediata, pero eso no sucede con las mujeres trans¡±, advierte.

Desde que asesinaron a su amiga Paola Buenrostro frente a sus ojos en 2016, Cuevas no ha parado de luchar por los derechos de las mujeres trans, las m¨¢s violentadas de la comunidad LGTBIQ+. De los 70 cr¨ªmenes de odio por diversidad sexual y de g¨¦nero registrados por la organizaci¨®n Letra Ese en 2021, 46 fueron perpetrados contra ellas. Sin embargo, estos asesinatos, de los que organizaciones advierten de un subregistro, son apenas la punta del iceberg de un sinf¨ªn de violencias que las persiguen.

La lucha de Kenya, la trans que sobrevivi¨® a un ataque mortal

Seis a?os despu¨¦s del crimen de Buenrostro, el asesino sigue pr¨®fugo, advierte Cuevas. Ella misma lo detuvo y lo entreg¨®, pero horas despu¨¦s qued¨® en libertad. ¡°A los 15 d¨ªas obtuve una orden de aprehensi¨®n que hasta el d¨ªa de hoy no se ha ejecutado¡±, expone. En respuesta, la activista ha sido v¨ªctima de amenazas y atentados, por lo que ahora cuenta con un escolta personal por parte de la Fiscal¨ªa. ¡°Me atacaron con una navaja en mi trabajo sexual y despu¨¦s fue un atentado con arma de fuego, y a los dos meses, yo sal¨ª de viaje y a mi compa?era la mataron en mi cama y tuve que salir desplazada de ese domicilio¡±, recuerda.

Frente a la adversidad, la activista ataca con una sonrisa. ¡°Mi mayor venganza va a ser que todas seamos felices¡±, expresa. ¡°Despu¨¦s de haber vivido todas las injusticias habidas y por haber: estuve presa, vivo con VIH desde los 13 a?os, estuve en la calle 20 a?os, fui trabajadora sexual 30. Ahora como activista he intentado impactar en la vida de las mujeres, empoderarlas, que sean felices y con esa felicidad colectiva nadie va a poder¡±, comparte.

La activista ha logrado recuperar alrededor de 50 cuerpos de mujeres trans asesinadas no identificadas, de los cuales a¨²n no ha podido localizar a la familia de 12. ¡°Cuando abr¨ª el acta constitutiva de la asociaci¨®n civil, puse una cl¨¢usula para poder rescatar cuerpos de mujeres en violencia y abandono y brindarles servicios funerarios dignos¡±, detalla. ¡°Eso me da una representaci¨®n jur¨ªdica con los cuerpos y si encuentro a la familia, se les entrega todo, pero ya no llegan a una fosa com¨²n o una universidad para investigarlos¡±, se?ala.

Aunque en 2019, logr¨® que el asesinato de su compa?era se convirtiera en el primer transfeminicidio reconocido por las autoridades en M¨¦xico, entre otros retos, la activista advierte de que muchos asesinatos de mujeres trans son clasificados como homicidios. ¡°Ya los nombran como transfeminicidios, pero ante un juez o en los papeles oficiales, mientras no tenga su cambio de identidad jur¨ªdico legal, tiene que quedar como homicidio¡±, se?ala.

Por otro lado, la activista trans Jazz Bustamante considera que m¨¢s all¨¢ de la figura jur¨ªdica del transfeminicidio, es urgente contar con datos desagregados de toda la comunidad LGTBIQ+. ¡°Las mujeres trans son mujeres, eso ya lo sabemos, pero estamos en una etapa en M¨¦xico, donde necesitamos informaci¨®n desagregada y eso se va a lograr creando un protocolo espec¨ªfico para las disidencias sexuales, donde se pueda clasificar correctamente la identidad de g¨¦nero, la orientaci¨®n sexual y la expresi¨®n de g¨¦nero. Si lo metemos con el de feminicidio se perder¨ªa su importancia¡±, comenta.

Apenas el pasado 31 de marzo, durante su ponencia en el primer festival de la visibilidad trans celebrado en Hidalgo, Camila Bolocco destacaba la urgencia de aumentar la expectativa de vida de las mujeres trans. ¡°?Qu¨¦ sacamos de educarlas y darles un cupo laboral si ni siquiera podemos mantenerlas vivas?¡±, expon¨ªa. ¡°Seg¨²n varios estudios, la vida de las mujeres trans es hasta los 35 a?os porque son asesinadas por cr¨ªmenes de odio, por cr¨ªmenes transf¨®bicos, por grupos neonazis, por los mismos clientes. Muchas compa?eras trans tambi¨¦n mueren por enfermedades y por ignorancia y fallas en los sistemas de salud¡±, alertaba la activista de 43 a?os.

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