El k¨¢iser mexicano para el filial del Barcelona
Sobreviviente de todo y de vuelta de los flashes, las cr¨ªticas y los trofeos, Rafa M¨¢rquez llega a los banquillos en busca de refrendar los ¨¦xitos que le dio la cancha
Es uno de los grandes futbolistas mexicanos de la historia y, si no el mejor de manera indiscutible, muchos lo consideran al menos el m¨¢s trascendente por sus logros colectivos. Fue, adem¨¢s, el eterno capit¨¢n de la selecci¨®n nacional, con la que disput¨® cinco mundiales, seis copas Am¨¦rica, cuatro copas de Oro y tres Confederaciones. Este fin de semana arranc¨® una nueva etapa en su carrera, ahora como director t¨¦cnico, y no lo hizo en cualquier lugar, sino como entrenador del Barcelona Atl¨¨tic (conocido como Bar?a B), la principal filial del FC Barcelona, el club en el que m¨¢s brill¨® en los terrenos de juego, y con el que alcanz¨® el hito de ganar un ¡°sextete¡± en 2009, es decir, la victoria en todos y cada uno de los torneos que disput¨® en el a?o futbol¨ªstico espa?ol, europeo e internacional. Pero todos estos logros no significan que la trayectoria de Rafa M¨¢rquez haya estado exenta de altibajos y tropezones, o que la haya tenido regalada.
Rafael M¨¢rquez ?lvarez naci¨® en Zamora, Michoac¨¢n, en 1979. Debut¨®, jovenc¨ªsimo, como defensa central en el Atlas, antes de cumplir 17 a?os. Era 1996. El equipo no viv¨ªa sus mejores tiempos, pero la llegada de novatos de gran calidad y, luego, la direcci¨®n de Ricardo Lavolpe, cambi¨® el panorama. Aquel equipo es recordado a¨²n por su buen juego y por haber alcanzado la final del Torneo de Verano de 1999, en el que cayeron en penales ante el Toluca. M¨¢rquez destac¨® por su marcaje, su t¨¦cnica, salida de bal¨®n y visi¨®n de juego y unas dotes de liderazgo notables para alguien de su edad. Apenas ten¨ªa 20 cuando lo compr¨® el A. S. M¨®naco de la Liga francesa.
Inici¨® su andanza europea en 1999 y con buen pie. El M¨®naco gan¨® el torneo y ¨¦l fue votado como mejor central del campeonato. Se consolid¨® en el puesto y para 2003 lleg¨® a su puerta la gran oportunidad. El Barcelona de Espa?a lo uni¨® a sus filas, aunque en su primer a?o fue v¨ªctima de lesiones y poca continuidad. Pero en 2004 se hizo con la titularidad. Vinieron a?os de gloria: el mencionado ¡°sextete¡± y ligas, copas, Champions. Saldr¨ªa del club en 2010, ya como un consagrado.
Era, para ese momento, una estrella mundial en toda regla. Tambi¨¦n un tipo de car¨¢cter firme, rasgo que muchos le criticaron en los medios especializado a lo largo de los a?os. Por ejemplo, es recordado que se hizo expulsar en el juego contra la selecci¨®n de Estados Unidos en los octavos de final de su primer mundial, el de Corea-Japon 2002, cuando perdi¨® los estribos y le dio un cabezazo a Cobi Jones. Pero M¨¢rquez madur¨® y se le recuerdan intervenciones fundamentales y hasta goles ante Argentina (2006), Sud¨¢frica (2010) y Croacia (2014).
Desfil¨®, hacia el final de su carrera, por el Red Bulls de Nueva York, el Le¨®n (con el que gan¨® sus ¨²nicas dos ligas mexicanas), el Hellas Verona de Italia y, cerrando el c¨ªrculo, el Atlas, club con el que se retir¨® en 2018.
Justo un a?o despu¨¦s, en 2017, enfrent¨® acusaciones bastante serias por parte del Departamento del Tesoro de EU, que lo se?al¨® por sus presuntos v¨ªnculos de negocios con organizaciones criminales y por fungir, supuestamente, como prestanombres de Ra¨²l Flores Hern¨¢ndez, el ¡°T¨ªo¡±, implicado por EU en indagaciones de lavado de dinero. Le fue retirado el permiso de ingresar a suelo estadounidense y se congelaron sus bienes en aquel pa¨ªs. Comenz¨® as¨ª un complejo proceso legal que termin¨® con su salida de la ¡°lista negra¡± y la reposici¨®n de sus derechos en 2021. Mucho antes, en 2006, ya hab¨ªa pasado por la prueba del acoso de la ¡°prensa rosa¡± cuando se divorci¨® de la actriz Adriana Lavat y se fue a vivir con su actual pareja, la modelo Jaydy Michel, quien hab¨ªa estado casada con el cantante espa?ol Alejandro Sanz.
Sobreviviente de todo, pues, y de vuelta de los flashes, las cr¨ªticas y los trofeos, Rafa M¨¢rquez llega a los banquillos en busca de refrendar los ¨¦xitos que le dio la cancha. Veremos si su viejo apodo de el ¡°K¨¢iser¡± le sigue acomodando igual de bien.
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