Paco Ignacio Taibo II: ¡°La espada de Bol¨ªvar tiene un car¨¢cter simb¨®lico. Es Bol¨ªvar, co?o¡±
El escritor y director del Fondo de Cultura Econ¨®mica cree que un tercio de los que llegan a los gobiernos de izquierdas no cuadran con la est¨¦tica de esta ideolog¨ªa
Paco Ignacio Taibo II, hijo de Paco Ignacio Taibo I (media familia en la Wikipedia), est¨¢ a la puerta de la librer¨ªa Rosario Castellanos, buque insignia del Fondo de Cultura Econ¨®mica de M¨¦xico, que preside desde 2019. Se ha sentado en una mesa redonda de caf¨¦, bebe coca-cola y fuma sin transici¨®n. Es su despacho, dice. Lleva una camiseta y el pelo al agua, hacia atr¨¢s, una barba m¨¢s que incipiente. Clavadito a un capo mafioso: Tony Soprano, para ser exactos, amaneciendo a sus tareas en la puerta del negocio. La idea no le hace gracia. ¡°Lejos de eso, estar a la puerta de una librer¨ªa me...
Paco Ignacio Taibo II, hijo de Paco Ignacio Taibo I (media familia en la Wikipedia), est¨¢ a la puerta de la librer¨ªa Rosario Castellanos, buque insignia del Fondo de Cultura Econ¨®mica de M¨¦xico, que preside desde 2019. Se ha sentado en una mesa redonda de caf¨¦, bebe coca-cola y fuma sin transici¨®n. Es su despacho, dice. Lleva una camiseta y el pelo al agua, hacia atr¨¢s, una barba m¨¢s que incipiente. Clavadito a un capo mafioso: Tony Soprano, para ser exactos, amaneciendo a sus tareas en la puerta del negocio. La idea no le hace gracia. ¡°Lejos de eso, estar a la puerta de una librer¨ªa mejora la sensibilidad¡±, argumentar¨¢. El escritor, anta?o creador y director de la Semana Negra de Gij¨®n, donde naci¨® hace 73 a?os, mira con los ojos rebosados de p¨¢rpados. ?De qu¨¦ color ser¨¢n? Se mostrar¨¢ distendido, provocador e irreverente, porque siempre lo es, a tono con los contenidos period¨ªsticos de las vacaciones, ¡°esa l¨®gica espa?ola de ¡®viene el verano¡±, que tan rara le parece en un M¨¦xico donde no se distinguen las estaciones.
Pregunta. Paco Ignacio Taibo II. Eso suena muy aristocr¨¢tico o pontificial.
Respuesta. Fue un debate interno, cuando termin¨¦ mi primera novela tuve una reuni¨®n nocturna con mi padre. ?C¨®mo vamos a firmar? ?l siempre fue un hombre muy generoso. Dijo: ¡°?Y si nos ponemos I y II?¡± Eran las dos de la ma?ana y est¨¢bamos en la sala de su casa, ¨¦l en pijama. Es muy aristocr¨¢tico, le dije. Me respondi¨®: ¡°S¨ª, pero tambi¨¦n de pelotaris¡±. No s¨¦ de d¨®nde sac¨® eso, que hab¨ªa un Juanchi I y Juanchi II en el front¨®n, me dijo. Y a partir de aquel d¨ªa, mi padre empez¨® a firmar su columna en el peri¨®dico como Paco Ignacio Taibo I.
P. La mitad de los Taibo est¨¢n en la Wikipedia. ?Eso es un honor?
R. Es casualidad. Pero tambi¨¦n est¨¢n todos los Gonz¨¢lez y los P¨¦rez. No es tan grave, ?no?
P. ?Las revoluciones las hace la burgues¨ªa?
R. A veces s¨ª, La Fayette, Kropotkim, hay de todo en la vi?a del se?or, son fen¨®menos de construcciones de conciencia por largos e intrincados caminos donde tu origen se mezcla con lo vivido y tomas el partido de los pobres o el de los oligarcas.
P. ?Por qu¨¦ tom¨® usted el de los pobres?
R. Por tradici¨®n familiar.
P. No por reflexi¨®n personal.
R. Desde luego, pero eso fue a los 15 a?os. De los 11 a los 15 yo era de izquierdas, pero todav¨ªa no reflexionaba.
P. Los 15 es la edad de empezar a reflexionar.
R. S¨ª, pero yo ya ven¨ªa con una tradici¨®n familiar progresista.
P. ?Cu¨¢les son sus contradicciones?
R. Pocas, f¨ªjate. De alguna manera, a lo largo de todos estos a?os logr¨¦ volverme uno y no dos. Ante las tentaciones de ser un cargo p¨²blico y ser escritor no me apunt¨¦ a ese debate interno, sigo siendo las dos cosas.
Ante las tentaciones de ser un cargo p¨²blico y ser escritor no me apunt¨¦ a ese debate interno, sigo siendo las dos cosas¡±
P. Se considera un bloque.
R. Na, la palabra bloque es muy fuerte, me considero un personaje coherente con su pasado. A ver, yo dej¨¦ de usar corbata en 1967.
P. ?Por qu¨¦ lo tiene tan presente?
R. Porque estaba escribiendo de eso antes de ayer. ?bamos a un baile de fin de a?o y a un compa?ero no le dejaron entrar porque no ten¨ªa corbata y todos, el resto del grupo del Frente Izquierda, nos quitamos la corbata y la tiramos al suelo. Desde entonces no la he vuelto a usar ni una sola vez en mi vida. Pues eres coherente, si te la quitaste por una raz¨®n no te las tienes que poner por otra.
P. La coherencia es una de las cosas que est¨¢ m¨¢s perdida en estos tiempos, ?qu¨¦ opina? Esos que se declaran republicanos y luego se casan por la Iglesia o cosas as¨ª.
R. Ja, ja. Conmigo no hay ese problema, yo soy ateo desde los siete a?os.
P. Desde los siete.
R. S¨ª, se?ora. Paseaba con mi t¨ªo por Gij¨®n cuando aparece un cura, y mi t¨ªo me urge: ¡°Anda dile¡±. ¡°?Por qu¨¦ no reparten los tesoros del Vaticano?¡±, le plant¨¦. ¡°Ay, Ignacio¡±, mir¨® a mi t¨ªo, ¡°a este ni?o tienes que llevarlo a misa¡±. Yo contest¨¦: ¡°No voy a misa porque no dejan fumar¡±. ¡°Pero si t¨² no fumas¡±. ¡°Pero voy a fumar mucho¡±, le contest¨¦. Y entonces hizo la cruz con los dedos y sali¨® huyendo de la conversaci¨®n. Era la Espa?a franquista de 1956.
P. Felipe VI no se levanta cuando pasa la espada de Bol¨ªvar y se monta la de Dios.
R. A lo mejor ni sab¨ªa qu¨¦ es, ni la trascendencia de esa espada, quiero pensar lo mejor, que es ignorancia, la ignorancia general que el poder espa?ol tiene hacia Am¨¦rica Latina, no acaba de ajustar su relaci¨®n en t¨¦rminos de pasado y presente. Esa espada tiene un car¨¢cter simb¨®lico, a m¨ª me gusta.
P. ?Por qu¨¦?
R. Porque es Bol¨ªvar, co?o. El tipo que por primera vez pone sobre la mesa, de la Patagonia al r¨ªo Bravo, la idea de un solo continente. Yo soy bolivarista guevariano.
P. Pues esa espada pase¨¢ndose en una urna de cristal recuerda a Blancanieves.
R. El mismo sentido del humor c¨¢ustico que aplica a la espada de Bol¨ªvar ?por qu¨¦ no se lo aplica a las ceremonias religioso- mon¨¢rquicas espa?olas? Y al Escorial, vaya a pasear al Escorial para gozar del equivalente macabro de la espada de Bol¨ªvar.
P. A eso iba, si se critica a Dios se da por hecho que existe. ?No se presta demasiada atenci¨®n a la monarqu¨ªa?
R. Cuando tienes algo tan prehist¨®rico como una monarqu¨ªa en el r¨¦gimen pol¨ªtico igual hay que prestarle un poco de atenci¨®n.
P. Cuando el presidente mexicano, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, repite la palabra pueblo, ?usted en qui¨¦n piensa?
R. En el pueblo. Cuando has vivido en el movimiento social tantos a?os, has alfabetizado en escuelas b¨¢sicas en barrios tan humildes que todo huele a azufre, cuando has recorrido desde abajo la sociedad, con trabajadores ca?eros, del vestido, cuando dormiste en la puerta de huelgas, donde ni puerta hab¨ªa¡ El pueblo est¨¢ clar¨ªsimo. Y cuando me parece tan rid¨ªcula la oligarqu¨ªa, tan de hijos del Hola y del mal gusto¡
P. Pero entre el pueblo llano y la oligarqu¨ªa hay mucha clase media.
R. S¨ª, bueno, no es culpa de ellos.
P. Usted socioecon¨®micamente est¨¢ ubicado en la clase media.
R. Ya, pero la ideolog¨ªa no la manda el dinero que ganas al mes.
La pol¨ªtica no es solo un problema de ¨¦tica, tambi¨¦n de est¨¦tica¡±
P. Pero tener otros gustos o considerarse de otra forma, ?no es mejor ni peor, ?verdad?
R. Eres el que eres, no tienes por qu¨¦ andar comprando uniforme de granadero con plumas arriba. Creas gustos. La pol¨ªtica no es solo un problema de ¨¦tica, tambi¨¦n de est¨¦tica. La est¨¦tica es importante. Hay una est¨¦tica de la izquierda, o deber¨ªa haberla.
P. ?Una est¨¦tica como modo de lucha?
R. Por lo menos una coherencia con la ¨¦tica. Me sorprende que cuando construyes gobiernos progresistas hay siempre como un tercio de los que llegan a ellos que est¨¦ticamente no cuadran, en el fondo les gusta el oropel, los protocolos, las estructuras del poder formal.
P. Le veo con una coca-cola en la mano y se me rompen los esquemas¡
R. Pa que veas, lo logro tambi¨¦n con eso.
P. La provocaci¨®n como objetivo.
R. En Italia, una vez me dijo un compa?ero: ¡°Paco, la coca-cola es sangre de vietnamita¡±. Le contest¨¦: ¡°S¨®plame un huevo¡±.
P. Cuando uno va a los poblados pobres de M¨¦xico y ve que desayunan comen y cenan con coca-cola¡
R. El Ch¨¦ lo contar¨ªa mejor. En una Am¨¦rica Latina que recorri¨® a pie, con enfermedades intestinales terribles, los refrescos y el agua embotellada eran una soluci¨®n.
P. Para gobiernos que no hacen lo que tienen que hacer.
R. Que hacen lo que les mandan los capataces. Tambi¨¦n lo dijo cuando fue director de la Coca-Cola en la Habana: no hay que prohibirla, hay que nacionalizarla.
P. El Fondo de Cultura Econ¨®mica es una enorme editorial latinoamericana¡
R. Una transnacional de izquierdas.
P. ?Pero es suficiente para que lea la gente sin recursos?
R. Nada es suficiente, aunque es un material de impulso brutal, tenemos 10.000 clubes de lectura creados estos a?os en comunidades donde no hab¨ªa ni un libro. El Fondo est¨¢ para eso. Hay que llegar en dos planos, entre los j¨®venes, provocando. Y reprovocar a viejos lectores, que est¨¢n volviendo a leer con este nuevo Gobierno.
P. ?Por qu¨¦?
R. Porque crea curiosidad, que es la madre de la iniciaci¨®n y el regreso a la lectura.
P. ?Usted cree que este Gobierno ha provocado un regreso a la lectura?
R. Nada de usted cree, me apuesto las manos y la cabeza, te muestro cientos de clubes de lectura, o el incremento en ferias de libro en barrios de lectores que vuelven a leer.
P. Bueno, si les han llevado los libros.
R. Claro, es que no se pueden articular voluntades si no tienes mecanismos.
P. ?No se bloquea usted cuando le preguntan por su libro favorito?
R. S¨ª. La verdad es que mi libro favorito cambia todos los meses y me est¨¢ pasando algo peligros¨ªsimo: entr¨¦ en una etapa de relectura de libros que me conmovieron profundamente y la mitad de ellos no son tan buenos como cre¨ªa y eso me pone muy nervioso. ?Era yo idiota o qu¨¦?
P. ?Por qu¨¦ es peligroso descubrir que lo que te gust¨® con 20 a?os no te gusta con 50?
R. Porque tu juicio emocional adolescente entra en cuesti¨®n.
P. ?Y eso es peligroso o saludable?
R. Peligroso porque, ?en qu¨¦ te apoyas? Cuando dices a un adolescente: ¡°?Ya le¨ªste los Sherlock Holmes de Conan Doyle? Procura leer los cuentos y no las novelas, y los reales y no los ap¨®crifos, que son muy malos¡¡±. Alguien que trabaja en el mundo del libro es un recomendador natural y si mi juicio queda en cuesti¨®n, eso me preocupa, no me angustia ni me paraliza, pero s¨ª me preocupa.
P. No estar recomendando lo correcto¡
R. No ser fiel a la justicia de un recomendador, que tiene la solidez de su gusto y la capacidad de contagio que su gusto ejerce sobre otros.
P. Pues venga, eche aqu¨ª unas recomendaciones para mayores y peque?os.
R. Para j¨®venes yo dir¨ªa que si no han le¨ªdo Espartaco, de Howard Fast, est¨¢n en Babia. Para adultos mayores¡ Quiz¨¢ la trilog¨ªa de Strat¨ªs Tsircas. Escribi¨® tres novelas sobre la II Guerra Mundial desde el lado que nunca se vio: los griegos de izquierdas que emigraron despu¨¦s de la intervenci¨®n italoalemana y la complicidad de la monarqu¨ªa y los dejaron sin pa¨ªs y se fueron a Alejandr¨ªa, a El Cairo y a Jerusal¨¦n. Es una trilog¨ªa sobre las tres ciudades.
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