¡°Tengo miedo de que me hagan da?o¡±: los correos del Ej¨¦rcito mexicano desvelan decenas de abusos sexuales en la instituci¨®n
Registros internos de la Sedena retratan un ambiente hostil en el que denunciar por abuso sexual a un militar se vuelve una pesadilla. Las v¨ªctimas suelen ser ignoradas, dadas de baja de las Fuerzas Armadas o trasladadas a otro sitio
La filtraci¨®n masiva de correos del Ej¨¦rcito a la que ha tenido acceso EL PA?S desvela una parte oscura de la instituci¨®n p¨²blica m¨¢s herm¨¦tica de M¨¦xico. Este diario ha revisado m¨¢s de 1.000 archivos donde se registran decenas de abusos sexuales cometidos por parte de cargos superiores a subalternas y a civiles, a veces en grupo, otras con pr¨¢cticas de tortura, que la Secretar¨ªa ha registrado en estos a?os, pero que hab¨ªa mantenido en secreto y con apenas medidas para enfrentarlo. Casos que no hab¨ªan salido a la luz hasta ahora y que retratan el d¨ªa a d¨ªa de los cuarteles, hospitales militares, y el comportamiento de algunos de sus miembros enviados a zonas rurales. La precaria y a veces nula respuesta de la instituci¨®n lleva a que muchas de las v¨ªctimas soliciten un cambio de destino para evitar que sus superiores denunciados tomen represalias contra ellas o sean directamente dadas de baja.
Los documentos hallados entre m¨¢s de 4,1 millones de correos revelan tambi¨¦n el conocimiento de la Secretar¨ªa de la Defensa (Sedena) de estas denuncias en las que est¨¢n implicados al menos 42 militares. Algunos de ellos han recibido sentencias condenatorias y est¨¢n en prisi¨®n, otros se encuentran en proceso, y hay muchos a los que simplemente los trasladaron a otro destacamento. Algunos informes registran quejas de las denunciantes por haber dado de baja a quienes se animaron a reportar casos de abuso y acoso sexual. La Sedena fue consultada por este peri¨®dico sobre la informaci¨®n filtrada a partir del hackeo a sus servidores, y su respuesta fue un escueto ¡°estamos investigando¡±.
La filtraci¨®n de m¨¢s de seis terabytes de informaci¨®n interna del Ej¨¦rcito incluye denuncias que detallan un mismo modus operandi de los agresores, donde a menudo se resguardan en el cargo y el uniforme ¡ªen los casos contra civiles¡ªpara ordenar a las v¨ªctimas que acudan a un lugar rec¨®ndito, solitario, donde no haya testigos. Ellas obedecen al teniente o al capit¨¢n y son acorraladas. De acuerdo a los testimonios de las v¨ªctimas, en muchos casos en que acusaron a sus jefes fueron amenazadas con la idea de que nadie les iba a creer o, si se encontraban en destinos aislados o alejados, les recordaban que all¨ª estaban solas y los ¨²nicos con poder eran los altos mandos.
En un documento de la Secretar¨ªa con fecha del 9 de noviembre de 2021 hay reportados 308 militares acusados, procesados o sentenciados de violar los derechos humanos. De ellos, 23 son se?alados por casos de violaci¨®n calificada o abuso sexual. Cinco fueron sentenciados, 10 fueron procesados y para los dem¨¢s, se archiv¨® el caso. Se refieren a investigaciones que van desde 2009.
Otras denuncias m¨¢s recientes, a las que ha tenido acceso este diario, datan de 2021, e implican a tenientes de Sanidad de la Escuela Militar de Oficiales de Sanidad en la capital, a ingenieros constructores de la Ciudad de M¨¦xico y oficiales de menor rango contra un civil de 19 a?os en La Paz, Baja California. Este ¨²ltimo caso relata c¨®mo tres soldados atacaron a un chico en ese municipio cuando sal¨ªa de su casa y lo torturaron con un tubo met¨¢lico.
Un contralmirante de la Marina destinado en Puerto Pe?asco, en el Estado de Sonora, envi¨® a Defensa en marzo de este a?o una serie de informes que le hab¨ªan llegado desde el Estado de Chihuahua en los que soldados reportaban que hab¨ªan sido v¨ªctimas de abuso sexual y hostigamiento por parte de mandos medios y altos de la Secretar¨ªa. La compilaci¨®n incluye la historia de una mujer de la Guardia Nacional destinada en Ojinaga, en el Estado de Chihuahua, que report¨® que en noviembre de 2021 un superior de la Armada, con cargo de segundo maestre, hizo una demostraci¨®n ¡°excesiva¡± con ella al frente de sus compa?eros para supuestamente ense?ar a inspeccionar a un detenido. ¡°Empez¨® a revisarme de forma exagerada, apretando mi pecho con ambas manos y lastim¨¢ndome¡±, relat¨® la mujer, ¡°posteriormente pas¨® las manos por el resto de mi cuerpo, ocasionando que mis compa?eros se rieran¡±.
Seg¨²n cuenta en el informe, ese mismo superior la hab¨ªa ¡°abrazado a la fuerza¡± cuando se encontraban solos en la lavander¨ªa en un episodio anterior. La mujer denunci¨® tambi¨¦n a otro jefe, un capit¨¢n ¡°que intimida y da miedo¡±, porque en marzo de 2021 la mand¨® a llamar a una oficina, en donde se le insinu¨® y la bes¨® a la fuerza. El contexto que describe era tan tenso que incluye amenazas y amedrentamiento por parte de los mandos: ¡°Tengo miedo de que me hagan da?o¡±. Ante la posibilidad de que su queja no trascendiera, pidi¨® un traslado a otro sitio, una medida que suele aplicarse como castigo dentro del Ej¨¦rcito, pedida en este caso por la v¨ªctima para ¡°evitar alguna represalia¡± por atreverse a alzar la voz. ¡°Otras compa?eras de Marina han formulado denuncias por otros hechos y en contra de otro personal de la Sedena sin que estas prosperen, ya que no las atienden y optan por irse de baja, no decir nada o las cambian de lugar¡±, agrega.
Esa compilaci¨®n de denuncias incluye el relato de otra soldado, que reporta por la misma ¨¦poca que los mandos de la Secretar¨ªa hostigaban sexualmente a las trabajadoras de una coordinadora militar en Punta Naranjos, tambi¨¦n en el Estado de Chihuahua. Seg¨²n la denunciante, los altos mandos del lugar entraban sin ning¨²n cuidado a las habitaciones donde resid¨ªan las mujeres, incluso cuando estaban desnudas, y se acercaban a ellas para poder ¡°seleccionar las que son de su agrado¡±. Aquellas que no acced¨ªan a tener relaciones sexuales con sus jefes, dice la mujer, eran v¨ªctimas de represalias f¨ªsicas y psicol¨®gicas.
De esa dependencia se registraron m¨²ltiples denuncias que van desde discriminaci¨®n a malos tratos. Los relatos firmados con nombre y apellido se repiten con el dedo acusador siempre apuntando a los altos cargos. Los jefes lo excusaban todo con una frase: ¡°Ahora s¨ª van a sentir lo que es estar bajo el mando de la Sedena¡±.
Un cabo de Punta Naranjos cuenta en un documento con fecha de febrero de este a?o que su jefe lo mand¨® a llamar porque una compa?era le hab¨ªa acusado de acoso sexual y abuso de autoridad, pero el hecho no concluy¨® en nada. ¡°Me dijo: ¡®Por esta vez te la voy a perdonar, que sea la ¨²ltima vez porque la pr¨®xima es bote, refiri¨¦ndose a la prisi¨®n militar¡±, cuenta en el documento.
Las medidas de la Secretar¨ªa para enfrentar este tipo de abusos dentro de la instituci¨®n pasan por cursos de protocolo para respetar los derechos de las v¨ªctimas detenidas, tambi¨¦n talleres de g¨¦nero, pero no se ha encontrado en los documentos revisados, y tampoco ha sido anunciada, ninguna pol¨ªtica p¨²blica contundente para atajar una din¨¢mica enquistada en los cuarteles desde hace d¨¦cadas.
En algunos casos la persona que denuncia se vuelve un blanco para la instituci¨®n. Prueba de eso es un documento enviado en agosto de 2018 a la Oficina de Igualdad de G¨¦nero del Ej¨¦rcito en el que se registra el seguimiento ¡°por conducta¡± a una sargento que fue trasladada a Chihuahua ¡°debido a que fue v¨ªctima de acoso sexual por parte de su jefe¡±. El informe dice que para la ¡°neutralizaci¨®n¡± de la situaci¨®n, se mantiene ¡°seguimiento a su conducta militar y civil¡±, pese a que admite que hasta el momento no ha demostrado ¡°conductas contrarias a la disciplina militar¡±.
Una de las pocas medidas que parece haber tomado el Ej¨¦rcito es una carta en la que sus miembros se comprometen a no acosar ni violar los derechos humanos de nadie. De acuerdo a los correos, en junio de este a?o comenz¨® a circular entre las oficinas de la Secretar¨ªa ese documento que deben firmar los militares, en el que aseguran darse por enterados de qu¨¦ actitudes pueden considerarse acoso sexual y prometen ¡°no cometer actos de esta naturaleza¡±. A partir de esa fecha, se registran formatos firmados y enviados por soldados a sus superiores.
Algunos casos escalaron y, despu¨¦s de sortear m¨²ltiples obst¨¢culos, llegaron a los tribunales militares, donde las v¨ªctimas tuvieron que enfrentarse a sus abusadores, en algunos casos respaldados por altos mandos de la instituci¨®n castrense. Es el caso de una soldado que tuvo que esperar dos a?os y medio y escuchar en numerosas audiencias a varios mandos del Ej¨¦rcito desmentir que un teniente y un subteniente hayan abusado sexualmente de ella en un cl¨®set del Hospital Central Militar de Ciudad de M¨¦xico en julio de 2018. Despu¨¦s de ser sometida a numerosas evaluaciones, intentos de desacreditarla y de acallarla con dinero, consigui¨® que les condenaran a la pena m¨ªnima, seis a?os de c¨¢rcel y 5.300 pesos de multa, unos 260 d¨®lares. Una larga pesadilla para volverse en uno de los pocos casos de ¨¦xito de justicia contra los abusos sexuales dentro del Ej¨¦rcito.
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