La inevitable ca¨ªda del fiscal de Nuevo Le¨®n tras meses de silencio por el ¡®caso Debanhi¡¯
El m¨¢ximo responsable de la investigaci¨®n del asesinato de la joven de 19 a?os dimite despu¨¦s de que la Fiscal¨ªa General atrajera el caso con escasos avances
El fiscal general de Nuevo Le¨®n, Gustavo Adolfo Guerrero, ha renunciado a su cargo este mi¨¦rcoles. En una carta dirigida al Congreso estatal, el exfuncionario explica que el viernes cumpli¨® 40 a?os en el servicio p¨²blico y hab¨ªa decidido jubilarse. Se retira con uno de los grandes casos de violencia de g¨¦nero sin resolver, el asesinato de la joven de 19 a?os que desapareci¨® el 9 de abril cerca de un motel en la capital del Estado, Monterrey, y cuyo cad¨¢ver fue hallado dos semanas despu¨¦s en una cisterna. El caso de Debanhi Escobar se convirti¨® en un s¨ªmbolo de la impunidad de los feminicidios en el pa¨ªs y cimbr¨® a una instituci¨®n que demostr¨® fuertes irregularidades desde el inicio. Este mi¨¦rcoles el m¨¢ximo responsable deja el puesto, solo cinco d¨ªas despu¨¦s de que la Fiscal¨ªa General de la Rep¨²blica atrajera el expediente con escasos avances. No hay un solo detenido por la muerte de la joven.
El que fuera tambi¨¦n presidente del Tribunal Supremo de Nuevo Le¨®n en tres per¨ªodos desde 2001 hasta 2015 y fiscal general desde 2018, ha decidido poner fin a su cargo un a?o y medio antes de lo previsto. El caso Debanhi pudo haber sido uno m¨¢s en su carrera, de las decenas de mujeres desaparecidas y despu¨¦s encontradas muertas en la entidad. Pero el macabro crimen contra la joven desat¨® un esc¨¢ndalo institucional, no solo por la intensa b¨²squeda que emprendi¨® el Estado para encontrarla y convertirla en un s¨ªmbolo de lucha contra la violencia de g¨¦nero ¡ªencabezada por el gobernador Samuel Garc¨ªa y su esposa Mariana Rodr¨ªguez, presionados por una oleada de indignaci¨®n feminista¡ª sino por el rosario de fallos de la Fiscal¨ªa que trunc¨® cualquier indicio para esclarecer su asesinato. Su primer encontronazo fuerte con el gobernador se dio solo unas semanas despu¨¦s de que se destapara el caso. Y Guerrero fue consciente de que su amplia carrera hab¨ªa tomado otro rumbo: iba cuesta abajo y sin frenos.
Hace cinco d¨ªas, la Fiscal¨ªa General de la Rep¨²blica (FGR) atrajo finalmente un caso que llevaba estancado en los despachos de Nuevo Le¨®n seis meses. Durante ese tiempo que tuvo la instituci¨®n encabezada por Guerrero para investigar, al cad¨¢ver de Debanhi se le practicaron dos autopsias, aunque se elaboraron tres informes. Ninguno coincid¨ªa. El ¨²ltimo, que se consider¨® el definitivo, para el cual se tuvo que exhumar a la joven despu¨¦s de 68 d¨ªas enterrada, estableci¨® que hab¨ªa muerto por ¡°asfixia por sofocaci¨®n¡±. Todo apuntaba, como se sospechaba, a que la hab¨ªan asesinado. Pero ese m¨ªnimo avance, tras seis meses de investigaci¨®n, provocaron de nuevo una ola de indignaci¨®n nacional por la incapacidad de despejar con seriedad las inc¨®gnitas m¨¢s b¨¢sicas del crimen. Y la instituci¨®n solo consigui¨® regresar al punto de partida.
La ca¨ªda del fiscal comenz¨® el d¨ªa en que en una rueda de prensa, junto al padre de la v¨ªctima, Mario Escobar, y el m¨¦dico forense que le hab¨ªa practicado la primera autopsia, insinu¨® que la joven se hab¨ªa ca¨ªdo a la cisterna del motel por accidente. La Fiscal¨ªa, que ya hab¨ªa cometido errores clave, como no asegurar desde el principio los v¨ªdeos de las c¨¢maras de seguridad del motel de esa noche, adem¨¢s de que hab¨ªan registrado el hotel hasta cuatro veces y la joven apareci¨® en ese mismo establecimiento dos semanas despu¨¦s, trat¨® de cerrar el caso y minimizar la presi¨®n p¨²blica. No contaba el fiscal de voz temblorosa, frases sin terminar y ojos cansados, con que la paciencia de las mujeres en M¨¦xico hab¨ªa tocado techo.
La medida sistem¨¢tica de cerrar un caso de una muerte violenta de una mujer con un suicidio o un accidente se hab¨ªa registrado tantas veces en el pa¨ªs ¡ªdonde mueren asesinadas 10 al d¨ªa¡ª que ya se hab¨ªa convertido en un eslogan en las calles. La hip¨®tesis de que la culpa hab¨ªa sido de ella prendi¨® una mecha mal calculada. Y a la Fiscal¨ªa de Guerrero no le qued¨® otra opci¨®n que ordenar la destituci¨®n de dos fiscales a cargo de la investigaci¨®n y tratar de recomponer el puzzle desde el principio. Pero ya era tarde.
Un d¨ªa despu¨¦s de que se diera a conocer los resultados del segundo informe de necropsia ¡ªun documento solicitado por el padre de la v¨ªctima al que tuvo acceso EL PA?S¡ª que apuntaban por primera vez al asesinato de la joven, el Gobierno de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador decidi¨® intervenir. El encargado de revisar los avances en la investigaci¨®n de la Fiscal¨ªa estatal fue el subsecretario de Seguridad, Ricardo Mej¨ªa, y anunci¨® que se pondr¨ªa a disposici¨®n del caso todo el aparato federal, incluida la parte de inteligencia del Ej¨¦rcito y peritos forenses independientes.
Desde entonces, las ruedas de prensa de Guerrero dejaron de tener preguntas. El caso hab¨ªa pasado a manos de la Fiscal¨ªa General al menos de forma simb¨®lica, pues los escasos avances se daban a conocer en las ma?aneras del presidente y no en las instituciones de Nuevo Le¨®n. El crimen de Debanhi Escobar se le fue diluyendo entre las manos al fiscal al mismo tiempo que desde el Gobierno federal se reconoc¨ªan errores graves e incluso investigaciones internas que apuntaban a funcionarios negligentes de su instituci¨®n. Hace unas semanas, el padre de la v¨ªctima hab¨ªa solicitado en una carta al Congreso la renuncia del fiscal.
El ¨²ltimo episodio de la ca¨ªda de su carrera se produjo hace cinco d¨ªas, cuando la FGR anunciaba la atracci¨®n definitiva del expediente. El tr¨¢mite supuso la aceptaci¨®n definitiva de su derrota en el caso. Falta por conocer, no obstante, si la dependencia federal ser¨¢ capaz de aclarar las enormes lagunas de uno de los feminicidios que m¨¢s ha indignado al pa¨ªs. Despu¨¦s de seis meses, decenas de registros al mismo lugar donde se encontr¨® y con todo el apoyo del aparato del Estado desde mayo, la Fiscal¨ªa General no ha conseguido mucho m¨¢s de lo que lograra la instituci¨®n de Guerrero. Y el caso Debanhi promete sentar un precedente m¨¢s de que, ni con toda la presi¨®n de la opini¨®n p¨²blica de su lado, es posible que se haga justicia.
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