El trabajo dom¨¦stico no remunerado representa un 26,3% del PIB nacional de M¨¦xico, pero no aparece en las estad¨ªsticas
Las mujeres son las que realizan la mayor parte de las labores de cuidados y limpieza del hogar, pero no aparecen en los datos porque no reciben un salario
El valor econ¨®mico de las labores dom¨¦sticas y de cuidados no remuneradas equivale en 2021 a 6,8 millones de pesos, un 26,3% del PIB nacional, seg¨²n los datos recabados por el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (Inegi). Las mujeres aportaron 2,6 veces m¨¢s valor econ¨®mico que los hombres por estas labores, que incluyen servicios tan corrientes pero necesarios como alimentar a la familia (desde comprar los productos en el supermercado hasta cocinarlos y servirlos en la mesa), limpiar l...
El valor econ¨®mico de las labores dom¨¦sticas y de cuidados no remuneradas equivale en 2021 a 6,8 millones de pesos, un 26,3% del PIB nacional, seg¨²n los datos recabados por el Instituto Nacional de Estad¨ªstica (Inegi). Las mujeres aportaron 2,6 veces m¨¢s valor econ¨®mico que los hombres por estas labores, que incluyen servicios tan corrientes pero necesarios como alimentar a la familia (desde comprar los productos en el supermercado hasta cocinarlos y servirlos en la mesa), limpiar la casa, lavar la ropa, administrar las cuentas del hogar y cuidar de los ni?os o de los adultos mayores.
Este trabajo ha sido hist¨®ricamente denostado frente al trabajo pagado, que realizaban en mayor medida en los hombres, pero su realizaci¨®n es esencial para que el resto de la econom¨ªa siga funcionando. Desde que se empezaron a recabar estos datos en 2003, el valor de los cuidados ha llevado una tendencia ascendente, que alcanz¨® su pico con la pandemia de Covid-19. En 2020 el trabajo dom¨¦stico no remunerado represent¨® el 27,6% del PIB, cuando en 2019 no super¨® el 23% del PIB nacional.
Aunque las mujeres siguen siendo las que m¨¢s carga tienen, los hombres han ido lentamente asumiendo estas tareas, hasta realizar en 2021 el 27% de todas las tareas dom¨¦sticas que tienen valor econ¨®mico. En 2003 esa cifra no superaba el 20%. El valor que gener¨® este trabajo no remunerado fue superior al de actividades econ¨®micas como el comercio (19,6%), la industria de manufacturas (18,1%) o los servicios educativos (3,6%). Cuando las mujeres est¨¢n casadas, frente a cuando est¨¢ divorciada o soltera, es cuando se acent¨²a m¨¢s la diferencia entre sexos. En esta situaci¨®n, la mujer genera un 75% del valor generado por personas casadas.
Fue el economista Gary Becker en 1965 el que propuso por primera vez que este tipo de trabajos sin salario no deber¨ªan quedar excluidos de la contabilidad nacional, por ser un ¡°servicio esencial y necesario para la econom¨ªa¡±, cuenta el Inegi en su informe. En su Teor¨ªa de Distribuci¨®n del Tiempo desrroll¨® que el hogar no es solo ¡°un agente consumidor de bienes¡±, sino que tambi¨¦n produce muchos bienes y servicios. Los alimentos hay que cocinarlos, la cocina no se limpian solas, los ni?os y los adultos mayores o las personas dependientes necesitan cuidados y atenci¨®n, etc.
De 1985 en adelante, en diferentes reuniones internacionales de car¨¢cter feminista, se empez¨® a recomendar la importancia de estas labores. Para poder compararla entre pa¨ªses y analizar la importancia de esta tarea, se necesitan datos que sean homog¨¦neos entre pa¨ªses. El Informe sobre los Derechos de la Mujer, de 1985, o la Conferencia Regional de la Mujer de Am¨¦rica Latina en 2013 han tratado de impulsar nuevas metodolog¨ªas para medir el trabajo no remunerado, bas¨¢ndose en el valor de mercado de estos servicios si tuvieran que ser suplidos por trabajadores formales.
En la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer de 1995 se inst¨® a los organismos internacionales y a los gobiernos a producir estad¨ªsticas que diferenciasen por sexo, para poder analizar c¨®mo afectaba este condicionante en temas de pobreza, violencia o el uso del tiempo. Estos estudios han redundado en datos de desigualdad cada vez m¨¢s precisos. La desigualdad afecta incluso a las mujeres que trabajan y reciben un salario por ello. Sus posibilidades de crecimiento dentro del sector o la empresa son mucho menores que las de los varones debido al exceso de tareas dom¨¦sticas que se ven obligadas a realizar.
En M¨¦xico, el 43,6% de las mujeres productivas trabaja, pero muchas de ellas tienen m¨¢s dificultades que sus compa?eros para ascender. Seg¨²n el documento Estados con Lupa de G¨¦nero 2022, solo Baja California y la Ciudad de M¨¦xico tienen una calificaci¨®n aprobatoria en t¨¦rminos de condiciones favorables para el desarrollo laboral de las mujeres en el pa¨ªs. En un mundo ideal, una mejor inclusi¨®n de las mujeres podr¨ªa hacer que el PIB de M¨¦xico podr¨ªa crecer un 15% si el 8,2 millones de mujeres que trabajan informalmente se incorporasen al mercado de trabajo de manera formal.
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