Marcelo Ebrard, en su nuevo libro: ¡°Pude buscar un acuerdo con Felipe Calder¨®n para conseguir poder o recursos, pero nunca lo hice¡±
El canciller relata en ¡®El camino de M¨¦xico¡¯ los episodios en los que ha demostrado su lealtad al presidente L¨®pez Obrador, con quien ha militado por 23 a?os y al que busca suceder en 2024
El canciller Marcelo Ebrard cuenta que dos veces se ha hecho a un lado para despejar el camino a Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. La primera sucedi¨® en el a?o 2000, en el contexto de las elecciones para el Gobierno de Ciudad de M¨¦xico, donde ambos se postularon para ser, por distintos partidos, alcaldes de la capital. La segunda ocurri¨® en 2011, cuando ambos quer¨ªan la candidatura presidencial del Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica (PRD), que se definir¨ªa mediante una encuesta para medir qu¨¦ pol¨ªtico era el mejor posicionado. En las dos ocasiones, Ebrard (Ciudad de M¨¦xico, 63 a?os) se quit¨® para dejar pasar a L¨®pez Obrador, en un esfuerzo por demostrar que lo suyo es saber esperar, ser paciente, mantener la unidad y honrar su palabra, seg¨²n cuenta el canciller en su libro El camino de M¨¦xico (Aguilar, 2023), una autobiograf¨ªa con la que el funcionario busca apuntalar sus anhelos presidenciales para el pr¨®ximo a?o.
Tras bajarse de la contienda interna del PRD en 2011, L¨®pez Obrador agradeci¨® a Ebrard por ¡°no dejarse cautivar por los cantos de sirenas¡±, en referencia a las maniobras del oficialismo por dividir al movimiento de izquierda. ¡°Canto de las sirenas que bien podr¨ªa haber escuchado o promovido como jefe de Gobierno [de Ciudad de M¨¦xico], pues habr¨ªa bastado buscar un acuerdo con Felipe Calder¨®n y su gobierno contra Andr¨¦s para conseguir apoyos y presupuesto. Pero no, nada de escuchar el canto de las sirenas o naufragar en los acantilados del oportunismo¡±, escribe el funcionario en su libro. Y luego, en otra parte, insiste: ¡°Pude buscar, pero nunca lo hice, un arreglo con el Gobierno federal (o alianzas por el estilo) para conseguir poder y recursos. Jam¨¢s sucedi¨®¡±. Ebrard asegura que en su relaci¨®n con L¨®pez Obrador nunca ha habido mentiras, golpes bajos ni traiciones.
En ese entonces, el Gobierno federal estaba en manos del panista Felipe Calder¨®n, n¨¦mesis pol¨ªtico de L¨®pez Obrador, que lo acusaba, a ¨¦l y a un grupo de potentados, de haber orquestado un fraude electoral para impedirle ganar en 2006 la Presidencia de la Rep¨²blica. Si bien L¨®pez Obrador perdi¨® en esa elecci¨®n, Ebrard s¨ª logr¨® hacerse con el Gobierno de la Ciudad de M¨¦xico (2006-2012). Ese era el segundo intento del canciller por lograr ese cargo. En el 2000, Ebrard se hab¨ªa postulado por el Partido de Centro Democr¨¢tico (PCD), que fund¨® con Manuel Camacho Sol¨ªs, el pol¨ªtico que negoci¨® la paz con el EZLN en 1994 y al que considera su mentor. Aquella vez, finalmente, declin¨® su candidatura ante el riesgo de ver triunfar al PAN en la capital, en un momento en que el hartazgo de d¨¦cadas de Administraciones del PRI favorec¨ªa una oleada de entusiasmo panista para la elecci¨®n presidencial, con Vicente Fox como candidato. ¡°Fui congruente y resolv¨ª respaldar a AMLO en las elecciones para la jefatura de Gobierno¡±, dice Ebrard.
En 2012 L¨®pez Obrador intentar¨ªa de nuevo llegar a la Presidencia. Pero Ebrard, que estaba en el ¨²ltimo tramo de su gesti¨®n en la capital y gozaba de gran popularidad, tambi¨¦n quer¨ªa contender por la silla presidencial. Ambos aspirantes acordaron que la candidatura del PRD fuera dada al pol¨ªtico mejor evaluado en una encuesta aplicada a 2.000 personas. Era noviembre de 2011. Las encuestas favorecieron a L¨®pez Obrador por un margen de 1.6%. ¡°Treinta y dos. Esa fue la cantidad exacta de votos que me dejaron fuera de la carrera presidencial de 2012¡å, anota Ebrard. Era ya un logro suyo. De por s¨ª era impensable que alguien desafiara al l¨ªder de la izquierda. Lo sorprendente no era que perdiera Ebrard, sino lo m¨ªnimo de la brecha.
El canciller cuenta que valor¨® la idea de pedir un balotaje o segunda vuelta, pero no lo hizo por tres razones: una, el acuerdo inicial entre ambos contendientes era: ¡°El que gana, gana¡±, no importando la diferencia; dos, a L¨®pez Obrador ¡°le resultar¨ªa inaceptable¡± una segunda vuelta; tres, ello provocar¨ªa una ruptura de la izquierda frente al crecimiento del PRI, que llevaba las de ganar la elecci¨®n presidencial con su abanderado, Enrique Pe?a Nieto, seg¨²n la mayor¨ªa de los sondeos. ¡°La izquierda dividida solo ir¨ªa al precipicio. Cumplo lo que he dicho¡±, fueron las palabras de aceptaci¨®n de los resultados de Ebrard ante simpatizantes del PRD y un L¨®pez Obrador que, a unos pasos, le aplaud¨ªa. ¡°Vamos todos juntos sin odio ni rencores a construir una rep¨²blica amorosa¡±, convocaba el l¨ªder.
En ese momento Ebrard pens¨® algo as¨ª como un mantra: ¡°Los Pinos puede esperar¡±, seg¨²n escribe en su libro. Los Pinos era entonces la sede de Gobierno donde despachaba el presidente de M¨¦xico, sitio de poder que L¨®pez Obrador ha trasladado a Palacio Nacional. El canciller sostiene que la paciencia le ha permitido fortalecer su relaci¨®n con L¨®pez Obrador, de quien ha sido desde colaborador ¡ªen sus gabinetes en la capital y el federal¡ª hasta coordinador de campa?a. ¡°Nos conocemos a fondo, nos confiamos proyectos y cumplimos la palabra¡±, se?ala. ¡°Creo que lo que nos ha mantenido juntos es una relaci¨®n de confianza (jam¨¢s nos hemos mentido) y el respeto mutuo, algo que tambi¨¦n es una rara avis en la pol¨ªtica, porque ha sido mi jefe, pero tambi¨¦n hemos llegado a competir, como en la encuesta de 2011, que defini¨® al candidato presidencial de las izquierdas del 2012. Y jam¨¢s hubo de parte de ninguno de los dos un golpe bajo o una traici¨®n¡±.
Ligado inevitablemente a la trayectoria L¨®pez Obrador, pero reacio a depositar en su sombra sus m¨¦ritos propios, Ebrard ha hecho gala de que su estilo propio de gobernar es el de la ¡°continuidad con cambio¡±. As¨ª lo hizo en la Ciudad de M¨¦xico, donde, cuenta en su libro, fortaleci¨® aquellos programas sociales exitosos heredados del obradorismo, pero tambi¨¦n impuls¨® una agenda propia de ampliaci¨®n de los derechos sexuales y reproductivos ¡ªse despenaliz¨® el aborto y se aval¨® el matrimonio igualitario¡ª y se empuj¨® la construcci¨®n de infraestructura de transporte m¨¢s amplia y menos contaminante. Ante la nueva sucesi¨®n presidencial, el canciller propone repetir esa f¨®rmula de gobierno: dar continuidad al proyecto de L¨®pez Obrador e introducir mejoras. En 2011 puso pausa, se hizo a un lado y dej¨® libre el camino de M¨¦xico. ?Palacio Nacional puede volver a esperar?
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