Chicharr¨®n y conchas de vainilla en la ?ltima Cena del Cristo de Iztapalapa
La recreaci¨®n de la Semana Santa m¨¢s famosa de la capital ha sido reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de M¨¦xico. EL PA?S visita un ensayo, que se hace desde hace 80 a?os en la misma casa de familia
La mesa est¨¢ servida sobre un mantel blanco de flores bordadas. Encima hay un cop¨®n de vidrio grueso con l¨ªquido oscuro en el interior, dos conchas de vainilla, botellas de refresco sin etiquetas y varias bolsas con ruedas de chicharr¨®n. Cristo camina alrededor. Lleva el jean y el polo blanco apretados al cuerpo. Est¨¢ serio. No cambia el gesto mientras pone la mano sobre los hombros de sus disc¨ªpulos. Regresa al centro y pronuncia: ¡°En verdad os digo: uno de vosotros me va a entregar¡±. David Gonz¨¢lez se ha ganado el papel protag¨®nico. Busca al traidor, que est¨¢ sentado a la mesa en una silla de pl¨¢stico color gris.
El actor que hace de Judas no pudo llegar este s¨¢bado y otra persona interpreta el personaje. Es uno de los ¨²ltimos ensayos de la representaci¨®n de la Semana Santa de Iztapalapa. El domingo saldr¨¢n a la calle de la colonia y durante cinco d¨ªas ¨Cdomingo 2, martes 4, jueves 6, viernes 7 y s¨¢bado 8¨C interpretar¨¢n la Pasi¨®n, Muerte y Resurrecci¨®n de Cristo m¨¢s famosa de la capital. Ser¨¢n miles de actores vestidos con trajes nuevos y pelucas. Habr¨¢ caballos; habr¨¢ ramas de olivos; habr¨¢ micr¨®fonos para que el p¨²blico los escuche desde lejos, porque ser¨¢ multitudinario.
Terminada la primera parte del ensayo, empiezan a repasar la ?ltima Cena en el mismo escenario. Cristo alza una concha de vainilla, la parte a la mitad y la divide entre los ap¨®stoles. La seriedad es m¨¢xima entre los j¨®venes que est¨¢n sentados a la mesa y tambi¨¦n entre los que aguardan alrededor, pegados a los muros de la Casa de los Ensayos. As¨ª se llama el espacio. Es una vivienda que la familia Cano Reyes presta desde hace 80 a?os para que los actores practiquen. El inmueble, de dos pisos, tiene un gran patio central, los muros internos pintados de verde manzana y las ventanas decoradas con herrer¨ªa blanca en forma de flor. Se encuentra en mitad de un callej¨®n.
Alfonso Reyes Ram¨ªrez lleg¨® all¨ª por primera vez a los 10 a?os y desde hace dos a?os es el presidente del Comit¨¦ Organizador de Semana Santa en Ixtapalapa, el grupo de veteranos que coordina el evento. El primer papel que interpret¨® fue el de nazareno. ¡°Antes ensay¨¢bamos aqu¨ª. En mi ¨¦poca, yo creo que los nazarenos ¨¦ramos unos 100. Pero ahora la poblaci¨®n ha crecido. Salen miles¡±, cuenta. Seg¨²n el comit¨¦, este a?o hay al menos 3.000 personas registradas para participar, aunque despu¨¦s se sume m¨¢s gente. La representaci¨®n de la Pasi¨®n, Muerte y Resurrecci¨®n de Cristo ha sido incluida recientemente en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de M¨¦xico; ahora buscan tambi¨¦n el reconocimiento de la UNESCO.
¡°En 1990, particip¨¦ para hacer de Cristo. No se me dio, pero sal¨ª de ap¨®stol¡±, contin¨²a Reyes Ram¨ªrez. El hombre tambi¨¦n ha interpretado a Poncio Pilato, a los romanos que van a caballo, a Herodes, que le gust¨® mucho. A Judas lo hizo tres veces: ¡°Hay veces que tarda uno en volver en s¨ª. Hab¨ªa un se?or que le dec¨ªan el Vivis. Ese se?or muri¨® en el 92 de alcoholismo, el papel lo posey¨®, dec¨ªa que ¨¦l era el Judas. Tambi¨¦n recuerdo a un azotador que dec¨ªa que por pegarle a Cristo le iba mal y dej¨® el papel. Es la creencia, pero nosotros pedimos permiso. Es un respeto pedir permiso por lo que va a hacer uno¡±.
Apenas entrar a la casa, los j¨®venes que acuden al ensayo pasan por la sala en la que est¨¢ Reyes Ram¨ªrez. De las paredes cuelgan dos grandes retratos impresos de Juan Cano y Alicia Reyes, los due?os, ya fallecidos, y en una esquina hay un altar con mantel morado, veladoras, im¨¢genes religiosas y dos coronas de espinas que se usaron en los ensayos y que ya no se pueden tocar. Los chicos pasan, saludan, se persignan y salen. Este s¨¢bado repasar¨¢n solo algunos de los pasajes de la Semana Santa. El ¨²ltimo ensayo general ¨Cse hicieron cinco y cada uno dur¨® alrededor de cinco horas¨C fue hace una semana.
Queda repasar las Bienaventuranzas ¨Clas promesas de felicidad celestial que hace Jes¨²s a sus seguidores¨C, el arrastre de la cruz ¨Csolo un fragmento¨C y el milagro de la resurrecci¨®n de L¨¢zaro. David Gonz¨¢lez, el Cristo, no se olvida ni una l¨ªnea de su di¨¢logo en dos horas. Con la misma entonaci¨®n que se oye en las misas, pronuncia lo que dicen los Evangelios: ¡°Bienaventurados los limpios de coraz¨®n, porque ellos ver¨¢n a Dios. Bienaventurados los que buscan la paz, porque ellos ser¨¢n llamados hijos de Dios¡±. Un canario, una amoladora y una cumbia se superponen a los parlamentos. Pero ¨¦l gana la atenci¨®n. Sobre todo la de una se?ora bajita que ha ido a ver a su nieta y filma todo con el celular.
Gonz¨¢lez, de 25 a?os, trabaja en un tianguis con su familia vendiendo cosm¨¦ticos y perfumes. Pero desde enero ha dejado el puesto en el mercado ambulante para preparar el papel. Adem¨¢s de aprender sus l¨ªneas, ha tenido que entrenarse f¨ªsicamente porque le tocar¨¢ recorrer 2,5 kil¨®metros cargando una cruz que puede llegar a los 100 kilos. Los entrenamientos en el Cerro de la Estrella, donde ser¨¢ crucificado, han sido diarios y bajo el sol de las dos de la tarde. Pero eso no es todo, dice: ¡°Debes de ir completamente concentrado en Dios, pedirle que te ayude. Te juro que as¨ª me he aventado el entrenamiento en dos paradas nada m¨¢s¡±. Se refiere a dos paradas de descanso. Cuando arranc¨®, hac¨ªa hasta seis y el ¨²ltimo d¨ªa fue solo una en dos kil¨®metros.
Una cruz similar a la que cargar¨¢, enorme, de seis metros de largo por tres de ancho, reposa sobre una de las paredes del patio. La que ¨¦l llevar¨¢ fue donada por una familia de carpinteros del barrio, los Ju¨¢rez, y no se conocer¨¢ hasta el d¨ªa de la representaci¨®n. Los j¨®venes colocan la r¨¦plica en el centro para repasar un tramo del viacrucis. Gonz¨¢lez la sostiene en el hombro, donde ya tiene un callo. Un romano azota a Cristo. Pedro, Juan y Mar¨ªa, que van junto a ¨¦l, reciben tambi¨¦n latigazos. Las tiras que los golpean son de cuero. Cuando termine la escena se reunir¨¢n en c¨ªrculo y se ense?ar¨¢n las marcas rojas que les quedaron debajo de la ropa. ¡°En dos d¨ªas se quitan¡±, avisan.
Paulina Garc¨ªa, de 19 a?os, interpreta a Mar¨ªa. ¡°Fuimos 15 se?oritas las que nos presentamos y yo, gracias a Dios, qued¨¦ electa¡±, cuenta la joven, que estudia para ser farmac¨¦utica. Cuando eso ocurri¨®, su madre estaba all¨ª y lloraba. ¡°Es much¨ªsimo honor poder representar a alguien tan importante como es la Virgen y espero ser una digna representante. Todo lo hice consagrada a Dios¡±, dice. Como parte de la preparaci¨®n, ella y el resto del elenco han ido cada domingo, de ocho a nueve, a misa. El desayuno para 70 corr¨ªa a cargo del cura. ¡°Mis compa?eros y el comit¨¦ se esfuerzan un mont¨®n para que todo salga muy bien y para que siga esta tradici¨®n. Espero que la tomen con much¨ªsimos respeto¡±, pide.
Oriundos, sin tatuajes y solteros
La recreaci¨®n de la Semana Santa de Iztapalapa se hizo por primera vez hace 180 a?os. Los habitantes de los ocho barrios de la colonia comenzaron la tradici¨®n para agradecer al Se?or de la Cuevita, que seg¨²n la creencia popular fren¨® en 1833 la epidemia de c¨®lera que estaba matando a los vecinos. Desde entonces, nunca se ha suspendido, aseguran los organizadores. En los ¨²ltimos tres a?os, por la pandemia de la covid-19, la representaci¨®n se hizo con restricciones. Este 2 de abril volver¨¢ completamente a las calles durante cinco d¨ªas. El comit¨¦ no ofrece una cifra de cu¨¢nto cuesta la puesta en escena. Aunque la Delegaci¨®n da algunos apoyos, la mayor¨ªa se financia con donaciones y con dinero que recauda el comit¨¦. Los actores pagan sus propios vestuarios con la ayuda de otros vecinos. En el caso de Cristo, por ejemplo, puede superar los 2.000 pesos entre peluca, postizos, t¨²nica y huaraches.
Este a?o, ocho personas se presentaron para hacer el personaje principal. Suena a poco si se piensa en lo importante que es la representaci¨®n para la colonia y el respeto que se tiene por la tradici¨®n. Pero es que los requisitos son muchos y muy estrictos. Por ejemplo, los actores deben ser ¡°nativos y oriundos¡± de Iztapalapa. Reyes Ram¨ªrez explica: ¡°Que sus abuelos hayan nacido aqu¨ª, que aqu¨ª les hayan cortado el ombligo, y que sean de tercera o cuarta generaci¨®n¡±. ¡°La otra: no tatuajes¡±, contin¨²a el presidente. ¡°Se les investiga, porque hubo una vez un Cristo que estaba casado; aqu¨ª es un pueblo y todo llega, y las redes tambi¨¦n nos facilitan el trabajo. Tienen que tener la Primera Comuni¨®n. Igual las se?oritas¡±.
Gonz¨¢lez los cumpli¨® todos y se convirti¨® en el segundo Cristo de su familia ¨Cel primero hab¨ªa sido su padrino en 1993¨C. ¡°Muchas cosas en la actualidad est¨¢n muy mal: la falta de valores, educaci¨®n... Para m¨ª eso es algo preocupante y esto es una bonita manera de poder dar un buen ejemplo¡±, dice y recalca, varias veces, que ¡°nadie es perfecto¡±: ¡°No lo soy, he tenido muchos errores como toda la gente, pero he intentado llevar mi vida por el camino correcto¡±. Despu¨¦s agrega: ¡°Yo no soy alcoh¨®lico, no soy drogadicto, no tengo vicios y jam¨¢s me he exhibido ante la gente, no tengo yo nada que temer¡±. Su ¨²nica preocupaci¨®n, dice, es recordar los parlamentos.
El ensayo casi termina y uno de los hombres que dirige las escenas (son al menos ocho) muestra la misma concentraci¨®n y compromiso que el resto. ¡°Parece que ya la tenemos lista para el d¨ªa de la representaci¨®n¡±, dice y sonr¨ªe con recato. Ahora se dirige al elenco de j¨®venes: ¡°?Nos ayudan a subir los bancos?¡±. Antes del domingo, el comit¨¦ organizador empezar¨¢ a sacar la escenograf¨ªa a las calles. No hay aplausos ni v¨ªtores al terminar el repaso, solo una ¨²ltima oraci¨®n. ¡°Demos gracias por un d¨ªa m¨¢s de vida y esperemos que todo salga bien. Con un Padre Nuestro y un Ave Mar¨ªa¡±.
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