Virtud y defecto de Padilla L¨®pez
Quienes quieran sucederlo, o aquellos que pretendan adue?arse de la Universidad de Guadalajara deben ofrecer, m¨ªnimo, llenar tan pol¨¦micos pero exitosos zapatos
El licenciado Ra¨²l Padilla L¨®pez, jefe del grupo Universidad, cacique, visionario, g¨¢ngster, educador, pistolero, hombre de letras, cine y m¨²sica, nepotista, pol¨ªtico, humanista, porro, ef¨ªmero bar¨®n del futbol, benefactor, emprendedor (?empresario?) priista, perredista, hagamoscista, fegista, rector, exfegista, dem¨®crata, ?morenista?...
Decir Ra¨²l Padilla L¨®pez, muerto en su casa hoy por decisi¨®n propia a los 68 a?os, evoca una mir¨ªada de facetas y momentos de la vida reciente de Jalisco y de M¨¦xico, y, sobre todo, supone una enorme interrogante sobre lo que ocurrir¨¢ sin ¨¦l en su casa y criatura: la Universidad de Guadalajara (UdG).
En las pr¨®ximas horas se conocer¨¢n los postreros designios que Padilla L¨®pez querr¨ªa para los suyos, nunca mejor dicho, una vez que ¨¦l desapareciera. Pero ese experimento sucesorio no se dar¨¢ en el vac¨ªo ni en el mejor momento. La UdeG llevaba cuatro d¨¦cadas girando en torno de la voluntad, visi¨®n, caprichos y mando de quien ayer se quit¨® la vida, y su ausencia prefigura torpedos contra la universidad y delicadas luchas intestinas.
Aqu¨ª, que nadie se equivoque, no se est¨¢ hablando de los problemas y retos propios de una sucesi¨®n cuando la edad, la enfermedad o el destino retiran a un l¨ªder longevo o caduco. Para la universidad p¨²blica m¨¢s importante de todas las que est¨¢n fuera de la capital mexicana, la s¨²bita desaparici¨®n del licenciado ¨Ccomo todo mundo le dec¨ªa con un tono de reverencia que lindaba con el temor¡ª resalta la inexistencia de un heredero obvio, o de un esquema institucional que garantice continuidad y futuro.
S¨ª, ¡°heredero¡± en una universidad que en sus tiempos y sin pudores se declar¨® marxista leninista, seguidora de los postulados del materialismo hist¨®rico, antiimperialista y, por supuesto, nacionalista. Menjurje rematado con la visi¨®n y capacidad de Padilla L¨®pez para emprender iniciativas culturales y ganar espacios pol¨ªticos que le posibilitaran convertirse en una piedra en los zapatos de poderes formales y f¨¢cticos de Jalisco y M¨¦xico. No por nada un presidente tan poderoso como L¨®pez Obrador le ha dedicado ep¨ªtetos en su ma?anera.
Porque el champurrado de consignas marxistoides de los m¨ªtines le sirvieron a Ra¨²l en sus primeros tiempos para distinguirse de d¨ªa del r¨¦gimen priista al que en la oscuridad serv¨ªa la Federaci¨®n de Estudiantes de Guadalajara, siniestra organizaci¨®n porril e incluso criminal que este licenciado tuvo a bien utilizar y desechar. Con gran ambici¨®n supo desprenderse de todo lo que ya no le serv¨ªa en su ascenso al poder.
De l¨ªder de la FEG a rector, y de la rector¨ªa a un maximato que muchos le perdonaban porque era pr¨®digo en iniciativas que distinguieron a Jalisco por su vida acad¨¦mica y cultural desde los ochenta. Nunca solt¨® el poder tras dejar la rector¨ªa (1989-1995), pero tampoco est¨¢ claro que con ¨¦xito haya procurado el crecimiento del perfil adecuado para que en los pr¨®ximos d¨ªas se logre el control, y se garantice una estable supervivencia, de la UdeG, sus centros educativos, ferias, festivales y recintos culturales.
Juan Carlos Romero Hicks, exrector ¨¦l mismo adem¨¢s de pol¨ªtico, me coment¨® hace no mucho que los jaliscienses d¨¢bamos poco cr¨¦dito a lo hecho por Ra¨²l como rector. ¡°Se dehizo de la FEG, aplac¨® la pugna con la Aut¨®noma de Guadalajara, construy¨® un modelo acad¨¦mico descentralizado de vanguardia en la red universitaria, apoy¨® la consolidaci¨®n de grupos de investigaci¨®n y posgrado, proyect¨® internacionalmente la vocaci¨®n cultural de la UdeG con la FIL y la muestra de cine, y obtuvo la autonom¨ªa universitaria¡±, fueron ¨Capretadamente¡ª las palabras del hoy diputado panista.
S¨ª, Padilla L¨®pez aprovech¨® la coyuntura provocada por la debilidad del PRI en los a?os noventa en Jalisco, cuando la inseguridad era tema de todos los d¨ªas con sus noches de plomo, y cuando esc¨¢ndalos internacionales como el asesinato del cardenal Juan Jes¨²s Posadas y las tr¨¢gicas explosiones del sector Reforma, debilitaron aquel pu?o priista.
Pero esa toma de poder, esa manera de hacerse de la universidad y proyectarla se dio a costa de no pocos de quienes le hab¨ªan apoyado en su ascenso, de aquellos que recibir¨ªan de ¨¦l ingratitud y maltratos, entre ellos la familia del hoy gobernador Enrique Alfaro.
Ra¨²l entroniz¨® a un grupo donde siempre destacaron sus propios apellidos y gente que le era absolutamente leal. Renov¨® la universidad en su alcance regional y su visibilidad internacional, sin duda, pero no la hizo la m¨¢s democr¨¢tica en sus decisiones o en su vida interna. Ni la m¨¢s receptiva a la cr¨ªtica. Hasta un rector suicidado se dio en su reinado.
Y a juicio de algunos de sus cr¨ªticos, m¨¢s que abrir carreras que sirvieran para la pujanza de Jalisco o conectadas con la innovaci¨®n, el manejo acad¨¦mico de la UdeG privilegiaba sobre todo la pol¨ªtica, la universidad al servicio de la grilla. Supo imponerse a gobiernos priistas y panistas, incrustando gente suya en el aparato gubernamental, negociando candidaturas y respaldos, utilizando a estudiantes, maestros y personal administrativo para protestas y chantajes. Hasta que Alfaro dijo hasta aqu¨ª.
Aunque la pandemia supuso un momento estelar para la UdeG, tambi¨¦n represent¨® el inicio de un pleito de pron¨®stico reservado con el gobierno estatal. El aparato universitario, aceitado para la movilizaci¨®n o para hacer, entre otras cosas, de la Feria Internacional del Libro un ¨¦xito, fue puesto a disposici¨®n de la campa?a de vacunaci¨®n contra el Covid-19. En conjunto con la administraci¨®n alfarista, los jalisciense fueron inmunizados en operativos eficientes y efectivos.
Pero fue la ¨²ltima colaboraci¨®n entre ambos grupos de poder. La Universidad quiso luego imponer a Alfaro sus proyectos y demandas, y el gobernador dijo no y se dispuso a aguantar marchas y protestas orquestadas por Ra¨²l. El mandatario estaba convencido de que Padilla L¨®pez podr¨ªa hacer ruido, pero que el poder ya se le hab¨ªa escapado de las manos sin remedio.
Ra¨²l, que hasta un chiquipartido pol¨ªtico fund¨®, pod¨ªa tomar las calles pero no pod¨ªa imponerse a un gobernador que en 2021 ratific¨® que sabe y puede ganar diputaciones y alcald¨ªas como nadie hoy en Jalisco; ni Morena, que en otras entidades arrasa con facilidad, puede hoy con el Movimiento Ciudadano alfarista.
La reciente FIL result¨® impactada por esa rivalidad. Padilla jug¨® a que el boicot que le decret¨® Alfaro fuera en detrimento de la buena imagen del gobernador entre los c¨ªrculos acad¨¦micos e intelectuales del pa¨ªs, pero el emecista sab¨ªa que lo que se jugaba bien val¨ªa esa batalla: ser el mandatario que contuviera por fin al mandam¨¢s universitario.
Aun sin las figuras de Movimiento Ciudadano la FIL 2022 fue un ¨¦xito, pero la falta de presupuesto p¨²blico para otras iniciativas y la irreductible postura del gobernador naranja representaban un reto in¨¦dito para Padilla L¨®pez, que en una de sus ¨²ltimas apariciones en estos meses se dej¨® retratar con pol¨¦micos personajes morenistas. Algo estar¨ªa negociando con el oficialismo, pues apenas el mes pasado Claudia Sheinbaum fue recibida con hospitalidad en un recinto universitario.
Pero esa batalla de poder para determinar el derrotero de la UdeG ya tocar¨¢ a otros. En los ¨²ltimos 35 a?os Padilla L¨®pez puso en el mapa acad¨¦mico-cultural de M¨¦xico a su tierra y su universidad. Quienes quieran sucederlo, o aquellos que pretendan adue?arse de esa casa de estudios deben ofrecer, m¨ªnimo, llenar tan pol¨¦micos pero exitosos zapatos.
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