El asesinato a tiros de un l¨ªder artesano desata una balacera en San Crist¨®bal de las Casas
La muerte a tiros de Jer¨®nimo Ruiz provoca enfrenamientos entre grupos armados e incendios de casas y coches en uno de los principales destinos tur¨ªsticos de Chiapas, que acumula sucesos violentos
Un nuevo asesinato ha roto la aparente paz de San Crist¨®bal de las Casas, uno de los principales destinos tur¨ªsticos de Chiapas. El artesano Jer¨®nimo Ruiz, l¨ªder de Almetrach, la Asociaci¨®n de Locatarios de Mercados Tradicionales de Chiapas, ha sido asesinado a balazos este lunes, seg¨²n la prensa local. Los medios de la zona han narrado que dos hombres armados a bordo de una moto abrieron fuego contra ¨¦l cuando iba a subirse a su veh¨ªculo, un Volkswagen Golf de color rojo, en la colonia Nueva Esperanza.
El asesinato de Ruiz ha desencadenado una jornada de violencia y tensi¨®n en el norte de San Crist¨®bal, especialmente en los alrededores del mercado de artesan¨ªas de Santo Domingo. El Heraldo de Chiapas habla de ¡°enfrentamientos a balazos entre dos grupos armados¡± y veh¨ªculos en llamas a su paso. ¡°La ciudad se encuentra en una situaci¨®n de p¨¢nico debido a la gran cantidad de balas que han sido disparadas¡±, informaba el diario.
Otros medios registraron tambi¨¦n casas incendiadas. En las im¨¢genes difundidas por redes sociales se ve a decenas de personas corriendo por la calle mientras se escuchan disparos de fondo. Los comercios han cerrado antes de tiempo y algunos colegios han cancelado las clases ante el riesgo potencial.
Sin que todav¨ªa haya confirmaci¨®n de las autoridades, la prensa local se?ala que detr¨¢s de los tiroteos se encuentran Los Motonetos y grupos de autodefensa. Los primeros, protagonistas de otros episodios de violencia en la misma zona de la ciudad, son comandos de choque al servicio del mejor postor, implicados en el tr¨¢fico de drogas y la extorsi¨®n, seg¨²n los expertos sobre el terreno. En entrevista con EL PA?S este verano, Marina Page, coordinadora de Sipaz, dijo: ¡°Los llamados Motonetos son hijos de las bolsas de desplazados tzotziles a la periferia m¨¢s pobre de la ciudad. Estos grupos han existido siempre y han sido utilizados por distintos grupos de poder¡±.
Los grupos de autodefensa, por su parte, se multiplican en Chiapas ante el abandono del Estado o la falta de recursos para combatir al crimen organizado. Son grupos de civiles armados que toman las armas para tratar de defenderse, aunque en la mayor¨ªa de los casos, seg¨²n todos los expertos consultados, acaban tambi¨¦n en la ¨®rbita del crimen organizado.
Jer¨®nimo Ruiz dirig¨ªa Almetrach junto a su primo, Narciso Ruiz. La asociaci¨®n ha sido acusada de amenazas por otros empleados de los mercados de la zona, as¨ª como de exigir a los artesanos el cobro de piso, una especie de impuesto revolucionario a cambio de permitirles trabajar en paz. Seg¨²n algunos medios locales, Narciso lleg¨® a ser detenido el verano pasado, aunque la causa de su arresto no est¨¢ clara.
En junio del a?o pasado, otro enfrentamiento en un mercado del norte de la ciudad se sald¨® con al menos un muerto despu¨¦s de cinco horas de plomo y caos: calles bloqueadas, ciudadanos escondidos como pudieron en las tiendas y la impunidad de un comando de hombres armados ante la inactividad de las fuerzas de seguridad. Seg¨²n los testimonios de los presentes en el lugar del crimen, el ataque llevaba tambi¨¦n la firma de Los Motonetos.
San Crist¨®bal de las Casas parec¨ªa ajena a la ola de violencia que devora M¨¦xico. Ciudad con vestigios de su pasado colonial, se ha convertido en un punto tur¨ªstico de referencia por su cercan¨ªa a parques naturales y ruinas arqueol¨®gicas mayas, sus comunidades ind¨ªgenas o el levantamiento del movimiento Zapatista en 1994, que atrae todav¨ªa a izquierdistas de todo el mundo fascinados por la experiencia revolucionaria.
Algunos informes se?alan que la ciudad colonial se ha convertido en los ¨²ltimos tiempos en una nueva ruta para el narcotr¨¢fico que sube desde Centro y Sudam¨¦rica hasta Estados Unidos. El antiguo oasis de paz ve cada vez m¨¢s como la violencia llama a sus puertas: asesinatos de periodistas como Fredy L¨®pez Ar¨¦valo, que poco antes de su muerte hab¨ªa escrito sobre el tr¨¢fico de drogas y la corrupci¨®n; o el fiscal de Justicia Ind¨ªgena, Gregorio P¨¦rez G¨®mez, acribillado por seis balazos mientras investigaba a un grupo armado en Pantelh¨®. Son solo algunos de los casos de un Estado que, como el resto del pa¨ªs, amenaza con convertirse en un polvor¨ªn.
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