Toros y jueces
Las tardes taurinas est¨¢n sujetas en M¨¦xico a la decisi¨®n de la justicia, que un d¨ªa dice s¨ª y otro, no
Esta es una entrega de la newsletter semanal de M¨¦xico, que puede seguirse en este enlace
Los aficionados en M¨¦xico no miran el cartel, sino las decisiones judiciales para saber si podr¨¢n asistir a una corrida de toros. Recursos y amparos han convertido las tardes taurinas en una inc¨®gnita que se resuelve de una hora para otra. Los d¨ªas pasados se hab¨ªan programado tres festejos, una vez que los tribunales dieron v¨ªa libre tras m¨¢s de un a?o de prohibici¨®n en la Ciudad de M¨¦xico, pero los tira y afloja entre la empresa de la plaza y las organizaciones antitaurinas tuvieron a los jueces ocupados. Finalmente, hubo toros en la Monumental, el coso m¨¢s grande del mundo, con capacidad para 42.000 asistentes sentados, que este lunes celebr¨® su 78 aniversario.
Otra peculiaridad de los tiempos actuales es que las corridas van siempre acompa?adas de protestas en las afueras del redondel y medio centenar de polic¨ªas se destinaron el fin de semana a custodiar las entradas para evitar altercados. La fiesta brava ha perdido el fulgor de anta?o cuando los toreros eran famosos y aclamados y la plaza, una cita de celebridades digna de la mejor cr¨®nica social. A nadie se le escapa que el declive tiene que ver con la falta de inter¨¦s que muestran las nuevas generaciones hacia lo que consideran un espect¨¢culo b¨¢rbaro de sufrimiento animal. Ciertamente, hay que estar acostumbrado para aguantar una tarde de sangre y espadas. Y los j¨®venes no lo est¨¢n. Si ya les cuesta hincar el tenedor en una tajada de conejo, dif¨ªcilmente soportar¨¢n la muerte de la carne en vivo. Un veganismo creciente es la otra cara de la misma moneda.
Hay, sin embargo, otras v¨ªas de agua que est¨¢n hundiendo el barco, y los aficionados son conscientes de ello. Los ganaderos se quejan del monopolio que ejercen algunos de sus colegas y del inter¨¦s econ¨®mico y poco m¨¢s de los empresarios de las plazas. Los cr¨ªticos lamentan lo deslucidas que son las corridas, sin trap¨ªo. Ya hace lustros que las cr¨®nicas taurinas eran angustiosos lamentos por la mala gesti¨®n de los festejos y los renqueantes animales que sal¨ªan al ruedo. La pol¨ªtica ha venido a sumarse con fuerza a este debate, animada por la pasi¨®n a favor y en contra que despierta entre el electorado. Pero los toros, como el f¨²tbol, son transversales, y aun con sesgos sociol¨®gicos, no puede hablarse de una afici¨®n de derechas, por ejemplo, frente a un repudio de la izquierda. Hay de todo en el coso, lo que hace dif¨ªcil que los partidos se posicionen por el sol o por la sombra.
El presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, por ejemplo, prefiere dejar el asunto en manos de una consulta ciudadana. Lo mismo quiere para los jueces. Que decida el pueblo. En la Ciudad de M¨¦xico, el Congreso local vot¨® a favor de prohibir las corridas en diciembre de 2021, pero los tr¨¢mites, tanto pol¨ªticos como judiciales, todav¨ªa tienen recorrido. Se dir¨ªa que muchos esperan que la fiesta acabe sus d¨ªas de muerte natural y puede que el deseo les sea concedido. El hecho de que el asunto est¨¦ ya en el ¨¢mbito pol¨ªtico habla de una creciente exigencia popular, por una parte, y del desinter¨¦s de la poblaci¨®n por el festejo, por otra. Pero si todo sigue entre rejonazos y caceroladas alguien tendr¨¢ que resolver este pleito.
Sea por el gusto de ver la lluvia en tiempos de sequ¨ªa o por activismo, lo cierto es que la Monumental mexicana estuvo este domingo casi hasta la bandera, con 40.000 aficionados viendo una corrida que no fue ¨¦pica, dicen las cr¨®nicas, pero fue. El mundo de los toros est¨¢ a merced del paso del tiempo, de los nuevos gustos y aficiones. Es dif¨ªcil que un joven sea capaz de mencionar hoy d¨ªa el nombre de un torero, ni utilizar el rico lenguaje heredado de la jerga taurina por siglos. No saben lo que es un coso ni asocian los clarines a una tarde redonda. Entre las nuevas generaciones se preguntar¨¢n de d¨®nde viene eso de echar un capote a alguien o de enviarlo a toriles. Qu¨¦ es eso de que no hay quinto malo, por qu¨¦ dice mi abuelo que hemos enfrentado este asunto a porta gayola, volver¨¢n a preguntarse. Los trajes de luces son ahora cosa de Taylor Swift.
Suscr¨ªbase aqu¨ª a la newsletter de EL PA?S M¨¦xico y reciba todas las claves informativas de la actualidad de este pa¨ªs
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.