¡®La Bruma¡¯, el viaje de un hombre al origen de su machismo
La artista mexicana Elisa Galv¨¢n retrata en vi?etas la historia de Fernando, quien regresa a la casa materna para descubrir con horror el origen de varias de las decisiones que han forjado su car¨¢cter
Elisa Galv¨¢n Escobar (Boston, 32 a?os) ten¨ªa 13 a?os de edad cuando pas¨® un a?o entero de su vida dibujando en una biblioteca en Inglaterra. Debido a su naturaleza t¨ªmida, las acuarelas, los l¨¢pices y las hojas de papel han sido para ella siempre una especie de refugio: ¡°El dibujo, el arte es mi oasis. No importa en qu¨¦ situaci¨®n est¨¦, siempre es un espacio donde yo puedo ser, donde puedo estar c¨®moda, por muy aislada que est¨¦ del mundo¡±, cuenta. En 2021 public¨® su novela gr¨¢fica La Bruma, en la que, a trav¨¦s de vi?etas bellamente elaboradas, describe el camino de Fernando, Nando, un ch...
Elisa Galv¨¢n Escobar (Boston, 32 a?os) ten¨ªa 13 a?os de edad cuando pas¨® un a?o entero de su vida dibujando en una biblioteca en Inglaterra. Debido a su naturaleza t¨ªmida, las acuarelas, los l¨¢pices y las hojas de papel han sido para ella siempre una especie de refugio: ¡°El dibujo, el arte es mi oasis. No importa en qu¨¦ situaci¨®n est¨¦, siempre es un espacio donde yo puedo ser, donde puedo estar c¨®moda, por muy aislada que est¨¦ del mundo¡±, cuenta. En 2021 public¨® su novela gr¨¢fica La Bruma, en la que, a trav¨¦s de vi?etas bellamente elaboradas, describe el camino de Fernando, Nando, un chico que viaja a su casa materna en Tuxpan, Veracruz, y descubre con horror el machismo imperante que identifica en ¨¦l mismo, pero que tiene or¨ªgenes en el entorno en el que ha crecido. ¡°Me empec¨¦ a preguntar: y ellos [los hombres], ?qu¨¦ est¨¢n haciendo, c¨®mo sobrellevan toda esta violencia o c¨®mo es que llegan a ese punto de hacerle tanto da?o no solo a las personas que quieren sino a s¨ª mismos?¡±, se cuestiona la autora.
Masculinidad hegem¨®nica: es uno de los conceptos que Galv¨¢n estudi¨® para poder hacer una investigaci¨®n que sostuviera te¨®ricamente su novela gr¨¢fica. El t¨¦rmino es un concepto propuesto por la soci¨®loga australiana Raewyn Connell, como una manera concreta de expresar el g¨¦nero masculino, la m¨¢s aceptada y la que aporta legitimidad al patriarcado. Es justamente la forma en la que se garantiza la posici¨®n de poder de los hombres y la subordinaci¨®n de las mujeres. Adem¨¢s, la autora se sumergi¨® en las p¨¢ginas de las investigaciones de acad¨¦micos como Juan Guillermo Figueroa, del Colegio de M¨¦xico, o en las del libro Ellos hablan, de la periodista mexicana Lydia Cacho.
Este camino la llev¨® a recibir la orientaci¨®n de la organizaci¨®n GENDES A.C., dedicada al an¨¢lisis de la violencia de g¨¦nero y a la construcci¨®n de relaciones igualitarias entre hombres y mujeres en M¨¦xico. ¡°Me puse a revisar la literatura en psicolog¨ªa m¨¦dica y estudios sociol¨®gicos (...) En GENDES me mostraron un panorama que yo no conoc¨ªa y que justo ellos me mostraron sobre el trabajo que hacen con hombres de todas las edades y de todos los sectores. Y c¨®mo tienen esta necesidad de hablar de todas esas cuestiones que no saben c¨®mo canalizar¡±, recuerda.
En La Bruma, Nando, un joven en sus treintas, viaja a visitar a su familia en su ciudad natal, en Veracruz, y con el paso de los d¨ªas se da cuenta de c¨®mo los recuerdos de su padre ausente y del papel que tuvo que asumir Gloria, su madre ¡ªuna madre como muchas mujeres mexicanas al frente de un hogar que les ha tocado mantener y sostener en solitario¡ª, van tejiendo un retrato de su propia identidad. Adem¨¢s, las historias paralelas de sus dos hermanas, Andrea e Irma, contribuyen a esa visi¨®n adulta que ¨¦l va construyendo sobre c¨®mo distintas formas de poder masculino recaen sobre los cuerpos, las vidas, los h¨¢bitos y las decisiones de vida de las mujeres que le han rodeado siempre.
A trav¨¦s de sus recuerdos infantiles, Nando recorre meticulosamente el origen de algunos de sus miedos y de ideas que piensa inamovibles. Se tiene que enfrentar a la actitud machista y degradante del esposo de su hermana, y a la ausencia y la pelea constante con su hermana feminista. Descubre poco a poco que no hace falta mirar muy lejos ni analizar el exterior para darse cuenta de c¨®mo las cosas est¨¢n mal y pueden siempre ir a peor. En su propio n¨²cleo familiar encuentra las preguntas y las respuestas que ha querido evadir dentro de su propia relaci¨®n, fracturada en gran medida por la forma en la que se ha conducido con respecto a su pareja.
Galv¨¢n, que naci¨® en Boston debido a que su madre y su padre trabajaban como investigadores en el MIT, tard¨® solo dos a?os en regresar a su pa¨ªs de origen. Cuando ten¨ªa 13 a?os y se encerr¨® en aquella biblioteca londinense, vio la pel¨ªcula de La princesa Mononoke, de Hayao Miyazaki y supo en ese preciso instante que quer¨ªa dedicarse a eso, a crear sus propios personajes e historias. A?os m¨¢s tarde, estudi¨® dise?o y comunicaci¨®n visual en la UNAM. Ha trabajado para Cambridge University Press, haciendo libros de texto; tambi¨¦n en la editorial Pearson; en la empresa Richmond; en Save the Children, para despu¨¦s trabajar en animaci¨®n haciendo lo que ella siempre quiso hacer: dise?o de personajes para una serie de Netflix llamada Legend Quest: Masters of Myth y posteriormente para ?nima Estudios.
¡°Ah¨ª permanec¨ª en el estudio haciendo concept art y dise?o de fondos, pero por mucho que me encanta la animaci¨®n, sent¨ªa que todav¨ªa no cubr¨ªa esa necesidad m¨ªa de contar mis propias historias y hacerlas de una manera r¨¢pida. Y fue cuando publiqu¨¦ mi primera novela: Hipocr¨®nicas, en 2020¡å, recuerda. Esta primera novela gr¨¢fica trata sobre una chica hipocondriaca que, reconoce, era en parte ella en una etapa de su vida en la que recuerda haber somatizado muchas cosas en su propio cuerpo. Para Galv¨¢n, con la realizaci¨®n de La Bruma, es la primera vez que plantea un tema ¡°serio socialmente¡± en su trabajo.
Su acercamiento con el feminismo, a trav¨¦s de su hermana, y algunas experiencias cercanas y propias, la llevaron directamente al tema de las masculinidades. A partir de su investigaci¨®n y de que el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, Fonca, aceptara esta idea para ser trabajada y publicada, Galv¨¢n trabaj¨® arduamente hasta la publicaci¨®n de la novela. ¡°Y cuando anunci¨¦ el proyecto con unas diez vi?etas, de la noche a la ma?ana hab¨ªa much¨ªsima respuesta y fue algo agobiante¡±, recuerda.
Tambi¨¦n, la autora menciona en c¨®mo adem¨¢s del recibimiento positivo que ha tenido su trabajo entre el p¨²blico masculino, ha habido algunas cr¨ªticas que considera interesantes y sumamente trascendentales: su padre le dijo que no estaba acostumbrado a leer en c¨®mics temas tan serios, y otras personas de alrededor de los 50 a?os de edad, le cuestionaron en por qu¨¦ artistas como ella, de su generaci¨®n, estaban tan interesados en hacer novela gr¨¢fica sobre temas tan personales e introspectivos. ¡°Creo que eso es lo que tambi¨¦n es satisfactorio del arte, que t¨² lo haces con un prop¨®sito, pero lo interesante es ver c¨®mo es que cuando ya llega el p¨²blico ellos lo toman y lo reinterpretan o lo hacen suyo¡±, dice.
Cada vez que Galv¨¢n se sienta a dibujar se pone un soundtrack para trabajar, elige cuidadosamente las canciones que tambi¨¦n empaten con la historia que est¨¢ creando. Tiene una visi¨®n cinematogr¨¢fica de sus relatos, y cuenta que antes de cada proyecto, reproduce las pistas elegidas e imagina una especie de tr¨¢iler o adelanto de lo que ser¨¢ el proyecto una vez terminado. Confiesa que para La Bruma, escuch¨® algunas canciones que le remitieran a la playa ¡ªpor ser parte del escenario de la historia¡ª entre las que recuerda Mi playa, de Ely Guerra. Y confiesa, entre risas, que si su novela alg¨²n d¨ªa fuera adaptada al cine, quisiera indudablemente que el argentino Gustavo Santaolalla fuera el art¨ªfice de la m¨²sica.
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