Hacia una nueva masculinidad
Admiten estar ante una revoluci¨®n, con sus excesos, pero tan justa como inexorable. Son los hombres. O al menos algunos hombres: los que apuestan por la igualdad de la mujer
LA CUARTA OLA feminista sigue su curso, imparable. Las sucesivas campa?as medi¨¢ticas puestas en marcha y los ecos intensos de la huelga internacional del 8 marzo de 2018 reactualizan y siguen poniendo de relieve el hartazgo de las mujeres ante el fantasma de la desigualdad que recorre el mundo. Hoy urge implicar a la mitad de la poblaci¨®n: los hombres. Campa?as como #heforshe de las Naciones Unidas buscan espec¨ªficamente su compromiso con la igualdad de g¨¦nero. Esto no se concibe como una cuesti¨®n de mujeres, sino de derechos humanos. ?C¨®mo se posicionan los varones en Espa?a ante el empuje de las corrientes feministas? Hemos preguntado a cinco hombres ¡ªde edades comprendidas entre los 18 y los 72 a?os¡ª por sus certezas y sus dudas en torno a la cuesti¨®n.
Para Joaquim Bech de Careda, abogado criminalista que trata delincuentes a diario en su bufete de Figueres, sus referentes de masculinidad est¨¢n alejados del h¨¦roe marginal. ?l cita tres: ¡°Mi abuelo porque, como el pr¨ªncipe de Salina de El Gatopardo, era consciente de ser una especie en extinci¨®n; el compositor Leonard Bernstein por su sincretismo musical y por atreverse a experimentar con su sexualidad, y el fil¨®sofo indio Krishnamurti¡±. Bech ha sido testigo del avance de las mujeres en el derecho: ¡°En los juzgados ordinarios hay una mayor¨ªa de en torno al 60% o 65% de mujeres: ostentan el poder real y efectivo para ejecutar leyes, decidir la custodia de los hijos, la prisi¨®n para delincuentes o si se acusa a un hombre o no en un delito de violencia dom¨¦stica¡±. Tras m¨¢s de dos d¨¦cadas ejerciendo la abogac¨ªa, ha visto c¨®mo se superaban tab¨²es: ¡°Para muchos hombres era muy duro enfrentarse a un tribunal formado por mujeres¡±. Este prestigioso abogado llega a nuestra cita en bicicleta y habla con admiraci¨®n de sus colegas: ¡°No solo asumen la dura responsabilidad de administrar la justicia con el sobreesfuerzo profesional que nos exigen las carencias del sistema judicial, sino que luego llegan a casa y cuidan de sus hijos¡±. Seg¨²n Bech, ellas son mayoritariamente las que hacen funcionar la justicia, y lo hacen de un modo diferente: ¡°En un mundo muy masculino como el de la delincuencia, ellas no se basan en la preeminencia de la fuerza ni de la potestas (el poder del Estado para imponerse), sino en convencer¡±.
Aunque Espa?a ocupa el lugar n¨²mero 29 de 149 pa¨ªses en el ranking general sobre pa¨ªses m¨¢s igualitarios del Foro Econ¨®mico Mundial, todav¨ªa quedan aspectos importantes por mejorar. Por ejemplo, en cuanto a participaci¨®n econ¨®mica y oportunidades para las mujeres, nuestro pa¨ªs est¨¢ en la posici¨®n 80?, pero respecto a la brecha salarial (salario percibido por el mismo trabajo) desciende al puesto 129? (de un total de 149). Seg¨²n el Global Gap Gender Report de 2018, elaborado por el Foro Econ¨®mico Mundial, al paso actual, se tardar¨¢n entre 60 y 200 a?os, dependiendo del pa¨ªs, para eliminar globalmente la brecha salarial, lograr la plena participaci¨®n pol¨ªtica, el acceso la educaci¨®n y a la salud. Las j¨®venes generaciones de mujeres no quieren morir sin alcanzar la igualdad. ?C¨®mo no entender su apremio?
¡°Me molesta que se exija defensa exclusivista: o eres feminista, o eres antifeminista¡± (Oriol Fort, gestor cultural)
Tras la desaparici¨®n de su padre durante la dictadura argentina, el actor Juan Diego Botto fue criado por su madre, la actriz Cristina Rota, y vive en Espa?a desde los tres a?os. Consciente de que las cosas eran todav¨ªa m¨¢s dif¨ªciles para ella por ser mujer, Botto se define como feminista sin ambages y desmonta el mito del feminismo como movimiento que reclama m¨¢s derechos para las mujeres que para los hombres: ¡°Hay que tener una mirada global sobre el mundo¡±, observa, ¡°las mujeres son asesinadas, comerciadas en trata de blancas y objetificadas sistem¨¢ticamente¡±. Seg¨²n Botto, ¡°se est¨¢ definiendo una nueva masculinidad y la cuarta ola feminista la est¨¢ empujando, pero tardar¨¢ en ser mayoritaria¡±. De hecho, la Asociaci¨®n Americana de Psicolog¨ªa acaba de editar una gu¨ªa donde alerta sobre las consecuencias negativas del modelo actual de masculinidad, como por ejemplo la represi¨®n de las emociones, el estoicismo, la dominaci¨®n, la agresividad, la competitividad o el sexismo. Los altos ¨ªndices de criminalidad, victimizaci¨®n y suicidio masculinos se vinculan al llamado ¡°silencio emocional¡± que los hace sentir d¨¦biles y aislados. No se trata de desechar todos los valores asociados a la masculinidad, sino de ser flexibles en los positivos (valent¨ªa, liderazgo¡) y renunciar a los negativos (violencia, sexismo¡). El propio Botto admite que ha tenido que trascender el referente de masculinidad de su pel¨ªcula favorita, John Wayne en El hombre tranquilo, porque ¡°abofetea a las mujeres para tranquilizarlas¡±.
¡°Se est¨¢ definiendo una nueva masculinidad y la cuarta ola feminista la est¨¢ empujando, pero tardar¨¢ en ser mayoritaria¡± (Juan Diego Botto, actor)
Los referentes de Oriol Fort, gestor cultural jubilado, son tambi¨¦n f¨ªlmicos: ¡°James Dean por romper moldes, Marlon Brando por mezclar firmeza y supersensibilidad, y James Stewart por ser buena persona¡±. Este hombre tranquilo, que en los a?os setenta no dudaba en tomar parte en encuentros feministas ¡ª¡°eran 300 mujeres y yo¡±, recuerda¡ª, ha observado de primera mano c¨®mo el movimiento feminista ¡°se ha deselitizado, se ha extendido m¨¢s all¨¢ de la militancia y se ha hecho m¨¢s transversal, interseccional e internacional¡±. Sin embargo, hay algo que no le gusta y que le inquieta: ¡°Me molesta que se exija una defensa exclusivista: o eres feminista, o eres antifeminista¡±. La educaci¨®n es una pasi¨®n para este estudiante maduro que se licenci¨® en Humanidades a los 67 a?os con calificaci¨®n de excelente y al que preocupa la sexualidad masculina: ¡°Si nos educan para no robar y para no ser violentos, tambi¨¦n hay que tener claro que las mujeres no son objetos para satisfacer nuestra necesidad f¨ªsica: el sexo requiere seducci¨®n¡±, explica.
A Javier Padilla Moreno-Torres, polit¨®logo, su investigaci¨®n hist¨®rica sobre la joven estudiante Dolores Gonz¨¢lez Ruiz ¡ªabogada superviviente de la matanza perpetrada por pistoleros ultraderechistas en la calle de Atocha en 1977¡ª le ha permitido comparar la mentalidad de las d¨¦cadas de los a?os sesenta y setenta en Espa?a con la actual. Y concluye: ¡°Hemos ganado mucho en las relaciones hombre/mujer. Antes era un desastre. Ahora el discurso hegem¨®nico entre la gente universitaria es otro¡±. Para este joven becario en la Uni¨®n Europea, las campa?as #metoo y #cu¨¦ntalo han incrementado la ¡°concienciaci¨®n sobre lo que no se puede hacer¡± en las relaciones personales, pero no percibe desorientaci¨®n alguna: ¡°No conozco a nadie que diga que ahora no sabe c¨®mo ligar¡±. A Padilla le cuesta ¡°hablar sobre los hombres como colectivo¡± porque tiene claro que ¡°no hay una homogeneidad¡±. Por ello, la campa?a #notallmen, surgida para contrarrestar lo que se percibi¨® como un ataque a todo el g¨¦nero masculino por parte del #metoo, le parece ¡°obvia y absurda, pues ninguna feminista dice que todos los hombres sean violadores¡±.
Juan Diego Botto lo tiene claro: ¡°Todos sabemos cu¨¢ndo alguien es receptivo¡±. Si las campa?as de denuncia ¡°dimensionaron la normalizaci¨®n del abuso¡±, tambi¨¦n desvelaron la solidaridad mal entendida. ¡°Si no te muestras de acuerdo con cierto tipo de masculinidad, hay hombres que cierran filas y te consideran un calzonazos, un flojo¡±, afirma el actor. Oriol Fort, por su parte, no percibe ¡°ning¨²n universo de odio¡± hacia los hombres, pero advierte contra el ultrafeminismo ¡°por creer que no somos capaces de entender la opresi¨®n patriarcal, enfrentarse a nosotros y negar el di¨¢logo¡±.
¡°Si no existe debate, el ¨²nico conflicto posible ya no es el intelectual, sino el violento¡± (Manuel Lagoa, estudiante de Filosof¨ªa)
El m¨¢s joven de los entrevistados, Manuel Lagoa Garc¨ªa, estudiante de Filosof¨ªa e hijo de una catedr¨¢tica de Qu¨ªmica, es consciente de pertenecer a un entorno socioecon¨®mico abierto e igualitario privilegiado, donde no se desautoriza a las mujeres. Lagoa comparte las propuestas feministas, pero le preocupa que ¡°se mezclen las causas sociales con el entramado socioecon¨®mico y se reduzca a un producto m¨¢s a consumir¡±. En su mundo estudiantil, sus amigas est¨¢n, sostiene, ¡°descontentas con el movimiento porque se tiene un miedo irracional al conflicto y al debate¡±. De la contradicci¨®n se va a la descalificaci¨®n: ¡°Eres un fascista o un rojo¡±. A este joven le preocupa la ausencia de debate intelectual porque provoca posiciones herm¨¦ticas, ¡°como el se?or que afirma que ¡®el feminismo quiere destruir Espa?a¡¯ o la feminista que suelta cosas sin an¨¢lisis porque es guay¡±. Sin debate, ¡°el ¨²nico conflicto posible ya no es intelectual, sino violento,¡± afirma Lagoa. Significativamente, su referente masculino es su padre, al que considera como ¡°la ra¨ªz del respeto mismo por su mansedumbre, por no irritarse ni irritar a nadie con su c¨®lera¡±.
Todos los entrevistados para este reportaje han sido testigos de micromachismos (actitudes cotidianas sexistas) hacia sus parejas: desprecio intelectual, mansplaining (hombres explicando a mujeres temas en los que ellas son expertas), malos tratos laborales y acoso sexual, entre otros. Todos se manifiestan a favor de se?alar estas actitudes err¨®neas que Fort antes ¡°ve¨ªa como bromas¡±, pero que ahora ve ¡°como bromas innecesarias¡±. La autorreflexi¨®n es imprescindible: ¡°Tenemos que cambiar nosotros mismos¡±, afirma Botto, al tiempo que confiesa que a veces se pilla a s¨ª mismo ¡°haciendo mansplaining¡±. A Javier Padilla tampoco le cuesta reconocer que ha organizado mannels (mesas redondas solo de hombres): ¡°Se trata de un sesgo, obviamente inconsciente, que debo corregir leyendo a m¨¢s autoras¡±.
¡°Las mujeres son m¨¢s reflexivas, mesuradas y equilibradas, son menos competitivas y m¨¢s de equipo¡± (Joaquim Bech, abogado criminalista)
La experiencia de Joaquim Bech apunta en la misma direcci¨®n, pues, tras trabajar en bufetes masculinos muy competitivos, cre¨® su propia firma con una mayor¨ªa de mujeres. Se siente mucho m¨¢s c¨®modo con ellas, por ser ¡°m¨¢s reflexivas, mesuradas y equilibradas¡±. El trato con sus compa?eras ha constituido un proceso de aprendizaje dado que, en su opini¨®n, ¡°tienen un modo de trabajar completamente diferente: son menos competitivas, se organizan de forma m¨¢s horizontal y menos jer¨¢rquica, son m¨¢s de equipo¡±. Como empresario, no le preocupa la cuesti¨®n de la maternidad: ¡°Es una prioridad de la vida que se debe disfrutar¡±. Bech va incluso m¨¢s all¨¢ y propone ¡°desmitificar el trabajo como finalidad vital y valorar m¨¢s el aprendizaje y el amor¡±. En la pr¨¢ctica, esto conlleva ¡°desaprender patrones con gran esfuerzo¡± para, por ejemplo, ejercer la corresponsabilidad en el cuidado de su hija, porque los varones ¡°debemos cuidar emocionalmente, no solo procurar la seguridad econ¨®mica y jur¨ªdica¡±.
Bech aboga por ¡°dejar atr¨¢s restos evolutivos que hoy d¨ªa son rasgos psicop¨¢ticos que no nos traen felicidad; aportar m¨¢s compasi¨®n, m¨¢s corresponsabilidad, m¨¢s empat¨ªa, y reconocer nuestra vulnerabilidad: cuando m¨¢s vulnerable eres, no te conviertes en m¨¢s fr¨¢gil, sino que refuerzas la relaci¨®n con el otro¡±. El extremo opuesto a la vulnerabilidad masculina lo encontramos en la prostituci¨®n, ¡°ep¨ªtome de la sociedad de consumo neoliberal y su voracidad cremat¨ªstica¡±, seg¨²n este abogado especializado en violencia de g¨¦nero y prostituci¨®n. El joven Manuel Lagoa es firme: hay que ¡°dejar de consumir prostituci¨®n y castigar al cliente, porque el cuerpo no es una mercanc¨ªa¡±. Preocupado por el incremento de la prostituci¨®n entre los hombres j¨®venes, Bech sit¨²a su causa en el consumo de pornograf¨ªa en Internet: ¡°Es all¨ª donde se reiteran las relaciones patriarcales y arrancan los problemas relacionales. Ante la imposibilidad de establecer relaciones sanas, se pretende normalizar la sumisi¨®n en el prost¨ªbulo o en plataformas de contactos¡±, argumenta.
En relaci¨®n al #yositecreo, Joaquim Bech valora aspectos positivos: ¡°Se ha desmitificado el proceso judicial y creado conciencia social de la importancia de denunciar lo m¨¢s r¨¢pidamente posible cualquier abuso, sexual o laboral¡±. Pero admite que tambi¨¦n los hay negativos: ¡°Pone en cuesti¨®n la presunci¨®n de inocencia, fundamento esencial del Estado de derecho¡±. El abogado se?ala a los medios de comunicaci¨®n como responsables de generar una condena social sin conocer los detalles de la investigaci¨®n judicial.
¡°Esta es una victoria de la que los hombres salimos beneficiados¡± (Javier Padilla, premio Comillas de ensayo 2019)
El cambio de mentalidad personal, social y pol¨ªtica que implica la igualdad no parece haber generado una marea de hombres desesperados y desorientados tratando de surfear la cuarta ola, sino una mayor conciencia de la necesidad de implicarse en esta evoluci¨®n. El feminismo parece haber calado. Quiz¨¢ porque, como afirma Bech, ¡°tras un largo periodo fundado en el predominio de los hombres sobre las mujeres, con el apoyo de las religiones monote¨ªstas, estamos ante un deshielo de las estructuras de poder masculino y su deconstrucci¨®n debido al empoderamiento de las mujeres¡±. De hecho, este abogado llega a afirmar que ¡°las mujeres est¨¢n estableciendo una nueva dial¨¦ctica revolucionaria que nos salvar¨¢ de la gran debacle que se avecina¡±. Y llama a los varones ¡°a dejarse abrazar por nuevas formas de vida y dar un salto hacia sociedades igualitarias sin guerras. Debemos dejarnos llevar por esta nueva corriente¡±. Juan Diego Botto est¨¢ dispuesto a ¡°entregar privilegios a cambio de libertad¡±, y Javier Padilla parece estar disfrutando ya de ella: ¡°El primer beneficiado del cambio soy yo, pues vivo en un mundo menos estereotipado, m¨¢s libre. Es una victoria de la que los hombres salimos beneficiados.
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