El ¡®grand finale¡¯ del sexenio de AMLO
En su af¨¢n de controlar absolutamente esta sucesi¨®n, incluida dejar a Sheinbaum jueces maniatados, m¨¢s que remate ¨¦pico de su sexenio, podr¨ªa ser el embri¨®n de un colof¨®n catastr¨®fico.
Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador considera un error el no haberse involucrado en la interna del PRD, en los a?os noventa, en la que se eligi¨® a su sucesor. Aquello fue un cochinero y parte del lodo charpe¨® a AMLO. Hoy, cueste lo que cueste, pretende controlar todo.
Este domingo el tabasque?o entrega al Congreso de la Uni¨®n su ¨²ltimo informe de Gobierno y rendir¨¢, como es tradicional en todos los presidentes el 1 de septiembre, un mensaje a la naci¨®n. Ma?ana hablar¨¢, cosa ritual en ¨¦l, desde el Z¨®calo.
La ocasi¨®n marcar¨¢ algo in¨¦dito. En otras administraciones, tras el sexto informe a¨²n restaban al jefe del Poder Ejecutivo un eclipse de tres meses. Ese plazo ahora ser¨¢ de un mes. Treinta d¨ªas que, a pesar de su cortedad, son tan anhelados por unos, como temidos por otros.
Esa carga emotiva no es solo por el cari?o o la animosidad, exacerbados en la inminencia del que ¨¦l ha dicho que ser¨¢ su fin de ciclo p¨²blico, que AMLO suscita. Eso es solo la espuma. El principal agitador social es su irrefrenable, y para muchos, irreflexivo, actuar.
Treinta d¨ªas que cambiar¨¢n a M¨¦xico no es hoy un clich¨¦. Para un bando se trata del asalto reformador indispensable para allanar el camino a Claudia Sheinbaum; el bando contrario coincide en lo de ¡°asalto¡±, pero lo denuncia como el final de una breve era democr¨¢tica.
Si bien septiembre tiene conmemoraciones patri¨®ticas que podr¨ªan ser usadas por L¨®pez Obrador para, en voz propia o por interp¨®sita persona, enviar mensajes, el de este domingo es probablemente el ¨²ltimo de su sexenio. Su despedida, el momento de hacer el balance.
?Cu¨¢n distintos ser¨¢n los mensajes del 1 de diciembre de 2018, cuando asumi¨® la presidencia, con el de ma?ana cuando informe del estado en que entrega la naci¨®n? Sin lugar a dudas, totalmente diferentes en forma y fondo.
El AMLO de diciembre de 2018, aunque ya hab¨ªa cancelado el fastuoso aeropuerto de Texcoco de Pe?a Nieto, todav¨ªa se mostraba conciliador, abierto a la pluralidad, comprometido con las libertades y el respeto a las instituciones. El de 2024 carcajea al respecto.
Al final de su ciclo sexenal el actual presidente de la Rep¨²blica ya no guarda forma alguna al descalificar a quienes no piensan como ¨¦l o se le oponen. Tanto que lo ¨²ltimo que anhela, e intentar¨¢, son reformas constitucionales de fondo para borrar el legado de la transici¨®n. Y eso genera olas m¨¢s all¨¢ de la pol¨ªtica.
Qu¨¦ paradoja lo que se ver¨¢ en las pr¨®ximas horas. El presidente entregar¨¢ al Congreso de la Uni¨®n este 1 de septiembre un informe que o bien no vale mucho o bien no contiene lo principal: al reporte del sexto a?o de gobierno le falta lo esencial, el llamado Plan C.
M¨¢s que auditar ¡°los otros datos¡± de este presidente, labor ordinaria y obligada de un Poder Legislativo que ha de servir de balance y vig¨ªa de otros poderes, diputadas y diputados, senadoras y senadores ocupar¨¢n su tiempo en lo que falta al sexenio, en lo que apenas viene.
El informe sexenal tendr¨¢ que esperar, y acaso escurrir dato a dato en los pr¨®ximos d¨ªas, en medio de la avalancha que AMLO pretende que borre de la Rep¨²blica al Poder Judicial federal. Y es, desde luego, la m¨¢s importante de las reformas del Plan C, pero solo una de ellas.
La determinaci¨®n del presidente de erradicar otro poder, y de obligar a ir a las urnas ¡ªsu terreno¡ª a quienes busquen un puesto de juez, magistrado o ministro, es el epicentro del que surgen temblores que justo en septiembre terminar¨¢n por sacudir el armado institucional.
Quienes han visto y estudiado c¨®mo se cocinan las crisis econ¨®micas tienen escalofr¨ªos por datos que ven acumularse a la par de la obcecaci¨®n por imponer una reforma judicial que, cuando menos, ser¨¢ una pesadilla para la siguiente administraci¨®n al instrumentarla.
Desde la elecci¨®n en la que Sheinbaum triunf¨® con rotundidad y, con ella al frente, Morena y aliados obtuvieron mayor¨ªa constitucional en la C¨¢mara de Diputados, y pr¨¢cticamente lo mismo en el Senado, la econom¨ªa no ha dejado de mandar advertencias.
Porque los inversionistas esperaban que la presidenta electa hiciera buena la promesa hecha en el cierre de su campa?a electoral, esa de que entend¨ªa que otros no votar¨ªan por ella, y que a esos otros les ofrec¨ªa respeto e inclusi¨®n.
Lo que cualquier puede ver desde el 2 de junio, sin embargo, es algo que no gusta al capital. Un presidente saliente que intensifica todos los d¨ªas mucho m¨¢s que el discurso descalificador: su inamovible decisi¨®n de vengarse del Poder Judicial, y capturarlo, sin importar las consecuencias.
A la presidenta electa su predecesor y l¨ªder no le da margen para mandar ning¨²n tipo de se?al de genuino apaciguamiento. En esto Sheinbaum es, pr¨¢cticamente y como la sociedad entera, una espectadora m¨¢s del ¨ªmpetu de un presidente que desestima riesgos.
La moneda mexicana perdi¨® en tres meses la capa de ¡°superpeso¡±. Roza ya las veinte unidades por d¨®lar y eso, que para sectores exportadores y para quienes reciben remesas, es bueno, no resulta halag¨¹e?o porque la depreciaci¨®n tiene causa grave: desconfianza.
L¨®pez Obrador meti¨® a M¨¦xico en la cola de una turbulencia de la que ¨¦l ¨²nico responsable es ¨¦l. Lleva tres meses atizando una hoguera en la que pretende quemar a sus adversarios del Judicial sin reparar que el fuego se puede salir de control e incendiar la casa entera.
No son temores hist¨¦ricos. Su gobierno puede ser ponderado por haber puesto en el centro de la agenda a los m¨¢s pobres. Pero los resultados de su gesti¨®n son de mediocres a malos: el peor sexenio en crecimiento econ¨®mico y con pron¨®sticos al respecto a la baja, y un fiasco institucional por doquier.
En vez de dejar a su sucesora dise?ar las pol¨ªticas y los tiempos para la continuaci¨®n y mejora de su obra ¡ªencima gan¨® quien efectivamente es vista como la m¨¢s leal a Andr¨¦s Manuel¡ª, desde la elecci¨®n el presidente solo ha sembrado vientos que ya son tormenta.
El enrarecido ambiente va mucho m¨¢s all¨¢ del terreno econ¨®mico. La disfuncionalidad del modelo obradorista de enfrentar (es un decir) a los criminales, ha hecho crisis e incluso desde Estados Unidos se burlan con capturas y componendas de sus abrazos...
Andr¨¦s Manuel llegar¨¢ ma?ana al Z¨®calo en medio de una temporada de tormentas que tienen, eminentemente, origen en su actuar. El factor clim¨¢tico de cada verano coincide esta vez con el temor de lo que se cre¨ªa erradicado: el riesgo de una crisis sexenal.
No toda lecci¨®n sirve luego de receta infalible. Si cuando era l¨ªder perredista AMLO cometi¨® el error de renunciar a meterse, a controlar su sucesi¨®n, no necesariamente es un acierto manipular la actual sucesi¨®n al punto de cambiar la Constituci¨®n al cuarto para las doce.
Nadie cree en la promesa de L¨®pez Obrador, y en este caso de Sheinbaum tampoco, de que las urnas purificar¨¢n al Poder Judicial. La gente tiene sentido com¨²n y ¨¦ste advierte que Morena (y poderes f¨¢cticos como el crimen organizado) capturar¨ªa a los juzgadores.
La propuesta de elegir jueces, magistrados y ministros es irracional en cuanto a que con ello se garantice independencia de otros poderes. Por si fuera poco, hacer tan radical cambio de manera sectaria, de espaldas a juzgadores, academia y partidos, es la peor de las se?ales.
Si L¨®pez Obrador imagin¨® un grand finale con poder total, lo est¨¢ logrando. Pero en su af¨¢n de controlar absolutamente esta sucesi¨®n, incluida dejar a Sheinbaum jueces maniatados, m¨¢s que remate ¨¦pico de su sexenio, podr¨ªa ser el embri¨®n de un colof¨®n catastr¨®fico.
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