La llegada de Claudia Sheinbaum a la presidencia de M¨¦xico inyecta ¨¢nimo a un feminismo alica¨ªdo y desesperanzado
El movimiento de las mujeres saluda las medidas urgentes anunciadas por la mandataria y conf¨ªa en una nueva voluntad pol¨ªtica que otorgue recursos para combatir la violencia y las discriminaciones
El feminismo recupera la respiraci¨®n en M¨¦xico. Tras un sexenio de p¨¦simas relaciones con el presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, en el que el movimiento de las mujeres se vio no pocas veces maltratado en lo te¨®rico y ahogado en los recursos econ¨®micos para la protecci¨®n de tantos miles de v¨ªctimas, la presidenta Claudia Sheinbaum ha devuelto en cuatro d¨ªas el ¨¢nimo al colectivo. ?nimo, pero mucha cautela todav¨ªa, a la espera de que los gestos en favor de la igualdad y las medidas anunciadas, apenas 48 horas despu¨¦s de iniciar el mandato, tengan un reflejo inequ¨ªvoco en los Presupuestos federales de noviembre.
Nadie espera milagros en un pa¨ªs con 10 asesinadas de promedio diario por la violencia de g¨¦nero, donde la pobreza se ceba con las ind¨ªgenas y la salud de las mujeres acumula riesgos mortales, donde las ni?as han incrementado el absentismo escolar y los consejos de administraci¨®n de las empresas no superan un 10% de presencia femenina. Pero la confianza en que haya voluntad pol¨ªtica para construir los cimientos para la igualdad sustantiva se abre camino en una naci¨®n azotada por el machismo.
La presidenta y comandanta suprema de los ej¨¦rcitos, como se hace llamar Sheinbaum, no ha participado en un solo acto protocolario esta primera semana de mandato en el que no haya estado rodeada de mujeres, aunque las haya incorporado con calzador, como en la salutaci¨®n militar del pasado jueves, donde las Fuerzas Armadas rinden honores y subordinaci¨®n al presidente reci¨¦n elegido. Ese d¨ªa, Sheinbaum incluy¨® en el saludo a 10 uniformadas de rangos que normalmente no desfilaban ante el jefe de la Rep¨²blica. O era as¨ª o no era. Y fue.
Un viaje urgente de la presidenta para inspeccionar los destrozos que un terrible hurac¨¢n ha dejado en las costas del Pac¨ªfico desplaz¨® el anuncio de las primeras medidas para las mujeres al segundo d¨ªa de mandato. Se trata de ayudas econ¨®micas para las que tienen entre 60 y 64 a?os, previas a la pensi¨®n, que se extender¨¢n escalonadamente para algunas y de forma inminente en los poblados ind¨ªgenas; se comunic¨® la modificaci¨®n de varios art¨ªculos constitucionales para salvaguardar derechos y libertades en todos los niveles de gobierno, desde los Estados a los municipios; cambios en las leyes de trabajo para igualar salarios; intervenci¨®n policial y protecci¨®n jur¨ªdica en fiscal¨ªas especializadas, ambas con perspectiva de g¨¦nero; becas individualizadas por cada alumno y la redacci¨®n de una cartilla que alcance los lugares m¨¢s remotos donde las mujeres conozcan sus derechos y c¨®mo conseguirlos y defenderlos. Est¨¢ pendiente tambi¨¦n el desarrollo de un sistema de cuidados que posibilite a las mujeres el trabajo fuera de casa. Las primeras beneficiadas, si no se altera lo previsto, ser¨¢n las maquiladoras del norte del pa¨ªs y las jornaleras del campo. La prioridad sigue una de las grandes consignas de los morenistas: ¡°Por el bien de todos, primero los pobres¡±.
Las feministas cercanas al poder o alejadas sin remedio de ¨¦l en el sexenio anterior, ven en estas actitudes un giro necesario, y eso que la presidenta ha prometido continuidad con las pol¨ªticas de su antecesor. ¡°Continuidad con cambios¡±, ha sido uno de sus lemas. Al menos en materia de igualdad se percibe ya una distancia con el carism¨¢tico presidente que ha dejado el poder entre multitudes agradecidas. Un buen momento para demostrar las diferencias entre el gobierno de un hombre y el de una mujer, siendo ambos del mismo partido, el izquierdista Movimiento de Regeneraci¨®n Nacional (Morena). L¨®pez Obrador tuvo que defenderse en su d¨ªa de insultos clasistas que circulaban por las redes sociales, ¡°indio patarraj¨¢¡±, le llamaban, entre otras lindezas. Su sucesora recibe halagos parecidos, pero adem¨¢s, machistas. ¡°Sirvienta¡±, le han dicho. ¡°Ahora vamos a tener una ama de casa seis a?os¡±. Ya desde hace unos a?os la seguridad social es obligatoria para estas trabajadoras, pero adem¨¢s, Sheinbaum ha respondido: ¡°Ser ama de casa es un orgullo¡±.
¡°Me alegro de ver que esos comentarios mis¨®ginos han sido criticados en las redes¡±, dice la abogada Patricia Olamendi, una de las voces feministas m¨¢s cr¨ªticas con el anterior mandatario, consciente, como todas, del machismo que atraviesa el pa¨ªs. Olamendi, integrante de Mujeres en Plural y Todas M¨¦xico, se alegra tambi¨¦n de las modificaciones constitucionales porque eso obligar¨¢ a cambios que involucren a los ¨®rganos federales y de otros niveles de gobierno. ¡°Si est¨¢ en la Constituci¨®n se puede reclamar por todas las v¨ªas¡±, afirma. Percibe una ¡°buena voluntad pol¨ªtica¡± y conf¨ªa en los primeros gestos de este Gobierno y en las ayudas econ¨®micas, cuyo proceso inicia este mismo lunes. ¡°Creo que las medidas que ir¨¢n ahora al Congreso contar¨¢n con una discusi¨®n abierta y propositiva, el resto de partidos no puede oponerse a ello¡±. Aunque lo hicieran, Morena cuenta con tan amplia mayor¨ªa en las C¨¢maras que poco pueden pelear los contrarios.
Olamendi se ha quejado mucho en estos a?os de la falta de di¨¢logo con las organizaciones feministas y del ahogo econ¨®mico para sus tareas parapol¨ªticas. Ahora dice: ¡°Si las cosas van adelante, tampoco es necesario el di¨¢logo. Y si nos piden colaborar, yo estoy dispuesta a prestar mi formaci¨®n en la capacitaci¨®n de abogadas, por ejemplo, con gusto lo har¨ªa. Este pa¨ªs nos necesita a todas¡±. Donde antes denunci¨® ¡°acusaciones, difamaciones, incluso violencia y represi¨®n¡± para el colectivo feminista, ahora reconoce el esfuerzo que se est¨¢ haciendo y la voluntad pol¨ªtica: ¡°Quiero ver la llegada de Claudia, no tengo mala impresi¨®n de ella, no creo que sea corrupta y s¨ª que se enfrenta a un pa¨ªs en condiciones espantosas. Se har¨¢ lo mejor que se pueda¡±, conf¨ªa. No espera milagros, pero cree que los gestos tambi¨¦n est¨¢n ayudando a concienciar a la poblaci¨®n. ¡°Ya le ha dicho a los reporteros que en sus conferencias matutinas se hablar¨¢ todos los d¨ªas de la mujer. Eso es bueno¡±.
La presidenta ha trasladado al gabinete federal una iniciativa que ya impuso en su Gobierno de la Ciudad de M¨¦xico, la creaci¨®n de la Secretar¨ªa de las Mujeres. Otro elemento pionero en la historia del pa¨ªs. Todas est¨¢n pendientes de las atribuciones y el presupuesto con el que contar¨¢. Al frente hay una joven mujer, Citlalli Hern¨¢ndez Mora, de 34 a?os, que proviene del movimiento feminista, al contrario de Sheinbaum, cuyo basamento pol¨ªtico es la lucha universitaria y los movimientos de izquierda. Hern¨¢ndez tambi¨¦n llega con experiencia en el vilipendio machista: ha sufrido y sufre agrios comentarios por su f¨ªsico. La llamaban cenadora, en lugar de senadora, en alusi¨®n al tama?o de su cuerpo. Es de semblante sonriente y muy bregada en la grilla pol¨ªtica. No parece un hueso f¨¢cil de roer.
Los ¨²ltimos d¨ªas, casi horas, ha habido tambi¨¦n cr¨ªticas razonables que lamentan la ausencia en el vocabulario de la presidenta de palabras como aborto o feminismo. Marta Lamas, gran te¨®rica de la igualdad, cercana al poder actual y con d¨¦cadas de lucha por la interrupci¨®n del embarazo, no ve gran problema en ello. ¡°Es solo una cuesti¨®n estrat¨¦gica, est¨¢ hablando a las mujeres del pueblo, que no son feministas o que todav¨ªa siguen considerando mal esa palabra, igual que el aborto. Sheinbaum no quiere generar resistencias, pero tiene claro el proyecto de igualdad¡±, asegura Lamas. En M¨¦xico, el aborto est¨¢ despenalizado por la Corte Suprema, pero no se ha legislado sobre ello convenientemente, de modo que se practica, aunque con dificultades, a golpe de amparos jur¨ªdicos, en ocasiones. Pero los Estados van avanzando camino. ¡°Ya se hablar¨¢ de ello¡±, vaticina. El movimiento feminista se mueve ahora en el posibilismo, las carencias en el pa¨ªs son muchas y acuciantes. ¡°Creo que [la presidenta] no quiere polarizar¡±, afirma. Para Lamas, tener una mujer en la presidencia no solo es simb¨®lico, adem¨¢s es muy significativo, dice, el hecho ¡°de que sea de izquierdas, con proyectos. Ah¨ª radica el potencial¡±, afirma, convencida de que el feminismo es connatural a la izquierda y no espera lo mismo de una mujer de derechas. No cree, Lamas, que el feminismo en M¨¦xico est¨¦ alica¨ªdo, al contrario, dice que la llegada de Sheinbaum culmina largos procesos de entusiasta activismo. ¡°Hay muchos feminismos y muchos de ellos son potentes y no est¨¢n desesperanzados¡±, afirma.
Preguntada por el futuro inmediato o sexenal, Lamas tampoco cree en los milagros. ¡°Me preocupa la mitificaci¨®n, no hay varitas m¨¢gicas, hacer cambios constitucionales no acabar¨¢ con los feminicidios ma?ana, conf¨ªo m¨¢s en la voluntad de las reformas. Hay que ser cautos para no decepcionarnos con las altas expectativas. Los problemas seguir¨¢n, pero se abordar¨¢n distinto y se sentar¨¢n las bases para resolver las cosas¡±, afirma.
En todo el mundo, la lucha feminista viene ganando enormes batallas, pero nadie olvida las muchas que se perdieron, las decepciones a izquierda y derecha, con hombres y con mujeres, las altas ilusiones defraudadas y la conciencia clara de lo pronto que se bajan los escalones que tanto cost¨® subir. ¡°Adem¨¢s, los feminismos son muchos, y siempre habr¨¢ algunas que est¨¦n en contra y en la pelea, incluso aunque gobierne una mujer¡±, sostiene Lamas. No cree que se baje de un momento a otro la intensidad de la protesta que el movimiento ha protagonizado en el sexenio pasado. Muchas son j¨®venes y la pelea es propia y necesaria a esas edades.
Tampoco Olamendi cree que se reduzcan los decibelios en la calle. ¡°Antes del nuevo 8 de marzo nos espera el 25 de noviembre¡±, d¨ªa contra la violencia de g¨¦nero. ¡°El sentir de desamparo y desprotecci¨®n de las mujeres en M¨¦xico persiste, probablemente no bajar¨¢ hasta que no se empiecen a ver resultados. Por ahora, seguimos viendo al juez que libera al violador, a la muchacha cuyas denuncias no son atendidas y a la que muri¨® habiendo denunciado. La impunidad no ha cambiado¡±, afirma.
A pesar de todo, el feminismo recupera el aliento en M¨¦xico. Dice Olamendi: ¡°Lo que est¨¢ ocurriendo est¨¢ bien, lo que se est¨¢ anunciando, qu¨¦ bueno, pero que empiece ya¡±.
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