Ronald Johnson, el halc¨®n de Trump en M¨¦xico
El candidato a embajador ser¨¢ el encargado de ejecutar fielmente las pol¨ªticas sobre inmigraci¨®n y lucha antidroga del futuro presidente republicano
A un mes de su triunfo en las elecciones, Donald Trump acab¨® con el misterio. El presidente electo eligi¨® esta semana al coronel en retiro Ronald Johnson, un ex boina verde con amplia experiencia en el aparato de inteligencia de Estados Unidos, como embajador en M¨¦xico. ¡°Juntos, vamos a poner fin a los cr¨ªmenes de los migrantes, detener los flujos ilegales de fentanilo y otras drogas peligrosas a nuestro pa¨ªs, y hacer a Estados Unidos seguro otra vez¡±, se?al¨® el republicano sobre su ¨²ltimo movimiento en una tensa partida de ajedrez con las autoridades mexicanas. Despu¨¦s de las amenazas comerciales, del amago de deportaciones masivas, de las presiones en el combate al narcotr¨¢fico y de los tensos primeros contactos con Claudia Sheinbaum, lleg¨® Johnson, un soldado del pr¨®ximo mandatario estadounidense.
El nuevo embajador estadounidense ser¨¢ la cara m¨¢s visible de la pol¨ªtica de Trump hacia M¨¦xico, una pol¨ªtica fundamental para ambos pa¨ªses que comparten una relaci¨®n comercial que genera un mill¨®n de d¨®lares por minuto y una frontera de 3.152 kil¨®metros que cruzan un mill¨®n de personas cada d¨ªa. Tambi¨¦n ser¨¢ el hombre encargado de ejecutar fielmente la visi¨®n del presidente electo para el pa¨ªs vecino, como ya hizo en su breve paso por El Salvador, de septiembre de 2019 a enero de 2021, durante la primera presidencia del magnate, en su ¨²nica experiencia previa como m¨¢ximo representante diplom¨¢tico.
¡°Trump va a buscar un perfil antes que nada leal, porque es su criterio n¨²mero uno para los nombramientos. Una persona leal a ¨¦l, a su proyecto, que vaya a ejecutar su agenda para M¨¦xico sin cuestionamientos y de la manera m¨¢s directa posible¡±, opina Stephanie Brewer, directora para M¨¦xico de la Oficina de Washington para Am¨¦rica Latina (WOLA).
Esa visi¨®n, seg¨²n la experta, ¡°es sumamente transaccional, centrada en la migraci¨®n, el control de las drogas y ciertos temas comerciales para contrarrestar el papel de China. Reducir lo m¨¢s posible el n¨²mero de personas que llegan a la frontera sur de Estados Unidos y agregar nuevos acuerdos con M¨¦xico para que acepte la deportaci¨®n de personas no mexicanas a territorio mexicano. En el ¨¢mbito del control de drogas, la propuesta de Trump y varios de sus asesores es de acciones, incluso militares, de parte de fuerzas de Estados Unidos en M¨¦xico, tratando de dar una imagen de ser un hombre fuerte, que aborda los problemas¡±.
El nombramiento de Johnson reforzar¨ªa esa imagen resolutiva y de firmeza que Trump quiere enviar a M¨¦xico y, por extensi¨®n, al resto de Am¨¦rica Latina. Antes de que el l¨ªder republicano le convirtiera en embajador en El Salvador (2019-2021) durante su primer mandato, el futuro representante en M¨¦xico hab¨ªa cumplido un amplio historial en el Ej¨¦rcito, donde estuvo destinado en Am¨¦rica Latina, y en los servicios secretos estadounidenses.
Militar y agente de inteligencia
Graduado de la Universidad Estatal de Nueva York y maestro por la Universidad Nacional de Inteligencia, Johnson ha ganado notoriedad en M¨¦xico por su perfil militar, lo primero que salta a la vista de los analistas. ¡°Su designaci¨®n manda un claro mensaje de que la prioridad ser¨¢ la cooperaci¨®n en Seguridad y el combate al crimen organizado en todas sus dimensiones: tr¨¢fico de drogas, personas, armas y en contra de pol¨ªticos involucrados o protectores de carteles¡±, comenta Martha B¨¢rcena, embajadora mexicana en Washington durante el primer periodo de Trump.
Entr¨® en servicio en el Ej¨¦rcito en Panam¨¢. En los a?os ochenta estuvo destinado en El Salvador como uno de los 55 asesores militares oficiales estadounidenses en el pa¨ªs centroamericano durante su sangrienta guerra civil. Tambi¨¦n se convirti¨® en un especialista en operaciones encubiertas como miembro del grupo de operaciones especiales, conocido informalmente como ¡°boinas verdes¡±: lo m¨¢s granado de las fuerzas estadounidenses y un equipo muy selecto del que tambi¨¦n ha formado parte el futuro consejero de Seguridad Nacional, Mike Waltz.
Del Ej¨¦rcito pas¨® a la CIA, donde trabaj¨® durante dos d¨¦cadas como operativo desplegado en zonas de riesgo, desde Irak a Afganist¨¢n, pasando por los Balcanes. All¨ª, en los a?os noventa form¨® parte de un grupo de operaciones dedicado a la b¨²squeda y captura de los acusados de cr¨ªmenes de guerra en la antigua Yugoslavia. En la Agencia Central de Inteligencia lleg¨® a dirigir los departamentos de Aviaci¨®n, Tierra, mar¨ªtimo y paramilitar, y estar al frente de las operaciones paracaidistas. Tambi¨¦n actu¨® como asesor del Mando Sur, el que tiene a su cargo Am¨¦rica Latina, con la excepci¨®n de M¨¦xico.
Casado desde hace cuarenta a?os con Alina Arias, nacida en Cuba y con la que ha tenido cuatro hijos, su curr¨ªculum vitae le describe como un hombre de acci¨®n por cielo, mar y tierra. Es un experto paracaidista, un ¨¢vido buceador y cintur¨®n negro de taekwondo. Johnson ¡°representa la visi¨®n y el proyecto de Trump y el mensaje que (el presidente electo) quiere proyectar: un mensaje militarizado, de jugar el papel de hombre fuerte y de negociar duro¡±, explica Brewer. ¡°Y que ese enfoque no solo se va a jugar desde Washington o en los espacios bilaterales entre los dos pa¨ªses, sino en el d¨ªa a d¨ªa desde la Embajada en M¨¦xico¡±.
La embajadora de M¨¦xico en Washington durante la primera era Trump, Martha B¨¢rcena, apunta que la experiencia en los servicios de inteligencia puede ser determinante para entender c¨®mo percibe Am¨¦rica Latina el pr¨®ximo embajador y c¨®mo ¡°su perspectiva puede estar influida por la visi¨®n desde el Comando Sur¡±. Incluso, ya fue un factor en su paso por El Salvador, un nombramiento que ¨¦l describi¨® como ¡°el mayor honor de su vida profesional¡±. El desaf¨ªo en Ciudad de M¨¦xico, sin embargo, ser¨¢ mayor. ¡°Obviamente las diferencias entre ambos pa¨ªses son abismales, no s¨®lo en lo obvio del tama?o y poblaci¨®n, sino en la complejidad, los retos y la interdependencia de la relaci¨®n bilateral¡±, comenta B¨¢rcena.
La propuesta del ex militar como embajador pone la guinda a un equipo de pol¨ªtica exterior que combina veteranos en pol¨ªtica exterior latinoamericana -como el senador por Florida Marco Rubio, la propuesta del presidente electo para dirigir el Departamento de Estado, y quien ser¨¢ el n¨²mero dos en la diplomacia estadounidense, Chris Landau, precisamente tambi¨¦n antiguo embajador de la era Trump en Ciudad de M¨¦xico- con expertos en seguridad: tanto Johnson como el futuro consejero de Seguridad Nacional en la Casa Blanca, Michael Waltz, son antiguos boinas verdes, con un amplio historial en misiones encubiertas en el extranjero y, especialmente, en Am¨¦rica Latina.
Arturo Sarukh¨¢n, representante de M¨¦xico en Estados Unidos durante la presidencia de Felipe Calder¨®n, destaca el ¡°factor Florida¡± como un punto determinante para entender su nombramiento, que a¨²n debe ser ratificado por el Senado. ¡°Esta no fue una propuesta de Trump sino de Rubio y Waltz¡±, asegura el diplom¨¢tico. ¡°Eso hace que, si bien no tendr¨¢ l¨ªnea directa de comunicaci¨®n con Trump, s¨ª que la tendr¨¢ con Rubio y Waltz, que conocen bien el contexto general de la relaci¨®n bilateral y tienen posturas duras con respecto al legado que dejan las pol¨ªticas de seguridad de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador¡±, agrega.
Paso por El Salvador
El paso de Johnson por El Salvador arroja m¨²ltiples paralelismos con M¨¦xico. Trump lo escogi¨® para poner a raya a las pandillas centroamericanas y con la misi¨®n expl¨ªcita de contener los flujos migratorios. Pero tambi¨¦n porque su equipo estaba preocupado por los acercamientos que Nayib Bukele, reci¨¦n llegado al poder, hab¨ªa tenido con China. Todos son puntos vigentes en la posici¨®n del republicano hacia su vecino.
En el pa¨ªs centroamericano tambi¨¦n fue ampliamente rese?ado su estirpe militar y lo poco com¨²n de su perfil entre sus predecesores diplom¨¢ticos. Sarukh¨¢n recuerda s¨®lo a John Negroponte, que tambi¨¦n pas¨® por la CIA y fue un personaje pol¨¦mico que coordin¨® desde Honduras la estrategia de Washington para favorecer a los contras, justo cuando Johnson estaba en combate en El Salvador, como un precedente similar. Negroponte fue el embajador en M¨¦xico de 1989 a 1993, en la presidencia de George Bush padre.
Desde sus primeros d¨ªas en San Salvador, el excoronel fragu¨® una estrecha relaci¨®n con Bukele, anclada en sus afinidades personales, pero tambi¨¦n en un entendimiento meramente transaccional: si las autoridades salvadore?as se alineaban a los objetivos de la Casa Blanca, el republicano estaba dispuesto a obviar cuestiones de pol¨ªtica interna que ya se hab¨ªan interpuesto antes en las relaciones entre ambos pa¨ªses. Sarukh¨¢n apunta, por ejemplo, que la pr¨®xima Administraci¨®n estadounidense pondr¨¢ en la mira ¡°el arropamiento¡± de la Cuarta Transformaci¨®n, el proyecto pol¨ªtico de L¨®pez Obrador y Sheinbaum, hacia Cuba, Nicaragua y Venezuela o ¡°el coqueteo con Mosc¨²¡±. B¨¢rcena coincide en cierto sentimiento ¡°anticomunista¡± como punto de an¨¢lisis.
El salvadore?o ?scar Chac¨®n, portavoz de la red promigrante Alianza Am¨¦ricas, matiza que Johnson es ¡°un hombre sumamente pragm¨¢tico¡±, que antepone los resultados que le solicitan a las convicciones pol¨ªticas de sus interlocutores para conseguirlos. ¡°Su pragmatismo no se amarra a paradigmas ideol¨®gicos, incluso aunque crea en ellos¡±, comenta.
A juicio de algunos expertos, tambi¨¦n la seguridad ser¨¢ uno de los asuntos fundamentales en la relaci¨®n bilateral en los pr¨®ximos cuatro a?os. ¡°La seguridad va a ser un ¨¢rea clave, sobre todo en lo que se refiere a la presencia de China en Am¨¦rica Latina¡±, apuntaba esta semana Bonnie Glick, n¨²mero dos de la Agencia de cooperaci¨®n al desarrollo estadounidense (USAID) durante el mandato del presidente republicano.
Glick es optimista acerca de las perspectivas para una relaci¨®n entre Washington y Am¨¦rica Latina que ha quedado una y otra vez en segundo plano a lo largo de las sucesivas administraciones estadounidenses, pese a abundantes promesas de lo contrario. ¡°Por primera vez vamos a tener un secretario de Estado y un subsecretario de Estado expertos ambos en Am¨¦rica Latina. Marco Rubio y Chris Landau, nuestro antiguo embajador en M¨¦xico, ambos hablan espa?ol de manera fluida y est¨¢n profundamente interesados por las relaciones de Estados Unidos en Am¨¦rica. Vamos a ver un inter¨¦s fortalecido hacia en Hemisferio Occidental¡±, consideraba la antigua funcionaria, ahora en la Fundaci¨®n para la Defensa de las Democracias.
Ken Salazar, el embajador de la Administraci¨®n de Joe Biden, anunci¨® que volver¨¢ a Estados Unidos el pr¨®ximo 7 de enero, dos semanas antes de la semana de posesi¨®n de Trump. Con un perfil mucho m¨¢s pol¨ªtico, Salazar tuvo una estrecha relaci¨®n con L¨®pez Obrador hasta que sus diferencias en asuntos como la reforma judicial y el combate al crimen organizado los distanciaron en agosto pasado. Johnson parece tener una l¨ªnea m¨¢s similar a Landau, menos volcado en lo pol¨ªtico y m¨¢s enfocado en concretar objetivos puntuales, principalmente basados en el inter¨¦s nacional de Estados Unidos para M¨¦xico.
Las principales inc¨®gnitas que prevalecen en la relaci¨®n entre Estados Unidos y M¨¦xico, y por extensi¨®n en la pr¨®xima misi¨®n de Johnson, es si ambos pa¨ªses podr¨¢n colaborar m¨¢s all¨¢ de las diferencias y llegar a acuerdos transaccionales que dejen satisfechas a ambas partes. Sheinbaum ha confiado en encontrar puntos en com¨²n para contener las amenazas de Trump y mantener en funcionamiento los circuitos cr¨ªticos entre ambos pa¨ªses. A diferencia de Bukele, sin embargo, la presidenta mexicana ha insistido en que habr¨¢ ¡°cooperaci¨®n, no subordinaci¨®n¡± y que espera un ¡°trato de iguales¡± del pr¨®ximo interlocutor de la Casa Blanca. Tras una serie de tr¨¢mites y protocolos, se espera que Johnson aterrice en M¨¦xico en los primeros meses de 2025.
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