El nuevo estilo de Claudia Sheinbaum se aleja del partido hacia un modelo institucional
La presidenta mexicana es sobria en los gestos y ha serenado la pol¨ªtica interna cambiando los ataques personales por la cr¨ªtica pol¨ªtica
No hay dos personas iguales. Porque no quiere o porque no puede, el todav¨ªa corto periodo presidencial de Claudia Sheinbaum tiene rasgos bien distintos del que ejerci¨® su antecesor, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador. Seriedad, en la imagen y el comportamiento, podr¨ªa ser la palabra que define a la mexicana, recientemente elegida cuarta mujer m¨¢s poderosa del mundo por la revista Forbes. Su personalidad y su formaci¨®n, estrechamente vinculada a la academia, la separan en el d¨ªa a d¨ªa del modelo al que la ciudadan¨ªa se hab¨ªa acostumbrado en el ¨²ltimo sexenio, desenfadado y mitinero, pero tambi¨¦n malencarado y burlesco. Las conferencias diarias en la ma?ana son el primer escaparate que proyecta la imagen de Claudia Sheinbaum: austeridad en el atuendo y los mensajes. El l¨ªder social, combativo y en permanente campa?a electoral, ha dejado paso a una mujer sobria, una especie de Angela Merkel latina.
Casi tres meses despu¨¦s de llegar al poder, no se apagan todav¨ªa los ecos sobre la continuidad que representa respecto al gobierno de L¨®pez Obrador, pero los gestos tambi¨¦n son mensajes en pol¨ªtica. Y no son pocos los que la mandataria viene desplegando. ¡°Ella tiene ganas de diferenciarse¡±, sostiene Roy Campos, presidente de la firma encuestadora Mitofsky. Acudi¨® al encuentro del G-20, que re¨²ne a los l¨ªderes econ¨®micos mundiales, convoc¨® a todos los gobernadores, del partido que fueran, en el Acapulco hundido por los huracanes mantuvo conversaciones a pie de calle con la gente. Son tres de los ejemplos citados por Campos que evidencian otra forma de gobernar, m¨¢s institucional. ¡°En el discurso deja claro que el Gobierno no es el partido, que no est¨¢ en pleito permanente con la oposici¨®n¡±, afirma.
Ese tono diferente lo menciona tambi¨¦n Khemvirg Puente, doctor en Ciencias Sociales y consultor pol¨ªtico. Opina que ¡°ha bajado la temperatura al debate pol¨ªtico interno, porque no se engancha f¨¢cilmente y eso es bueno, porque la oposici¨®n se serena, ella se dirige a los adversarios pol¨ªticos con respeto¡±, sostiene. ¡°La polarizaci¨®n en M¨¦xico no va a cambiar, pero si se da solo en t¨¦rminos pol¨ªticos y no personales ya es ganancia¡±, concede Puente.
Sheinbaum proviene de la carrera acad¨¦mica en la universidad, posiblemente el ¨¢mbito en el que se siente m¨¢s c¨®moda. La exposici¨®n p¨²blica, sobre todo en el terreno del mitin y la campa?a electoral, no es su h¨¢bitat, pero tambi¨¦n a ello se ha tenido que acostumbrar, no en vano su trayectoria como servidora p¨²blica ya tiene unos lustros. Y siempre proyect¨® la misma imagen comedida y disciplinada, apegada a la ciencia y los datos. Las Ma?aneras que inaugur¨® L¨®pez Obrador fueron un fenomenal instrumento de cercan¨ªa con el electorado que dio sus r¨¦ditos, y cabe pensar que Sheinbaum no las habr¨ªa seguido de haber considerado que pod¨ªa ya desentenderse de esa tribuna p¨²blica. Esas conferencias diarias se han convertido ahora en el escenario para proyectar algunas diferencias con su antecesor.
Las instrucciones a los periodistas fueron inequ¨ªvocas desde el primer d¨ªa: no pueden intervenir por m¨¢s de cinco minutos, ni formular m¨¢s de dos preguntas, ni mencionar cuestiones personales. Tampoco llevar documentos, cartas, peticiones. Nada de hablar, comer o tomar caf¨¦, ni usar el celular para hacer fotos. Se deshac¨ªa as¨ª de algunos de los aspectos m¨¢s vergonzantes del periodo anterior y optaba por responder con sobriedad y sin ataques a las preguntas de los reporteros. La Ma?anera se ha despojado en alguna medida de ese tono de lecci¨®n pol¨ªtica interminable que ha caracterizado a varios l¨ªderes en Latinoam¨¦rica. ¡°Hasta puede llegar a ser aburrido y quiz¨¢ no logre comunicar tanto, no hay que olvidar que a la Cuarta Transformaci¨®n [el movimiento del expresidente Obrador] le sirvi¨® como estrategia¡± para enviar mensajes al p¨²blico, dice Martha Tagle, consultora de G¨¦nero y Derechos Humanos.
Adem¨¢s de rebajar la temperatura de la pol¨ªtica interna, los consultados coinciden en que el tono puede ser ¨²til en la arena exterior. ¡°Con Trudeau o con Trump [en Canad¨¢ y Estados Unidos], con los que tendr¨¢ que hablar, puede ayudar¡±, sostiene Tagle. ¡°Para L¨®pez Obrador las Ma?aneras eran de lucha, para conservar el poder, y la personalidad de Sheinbaum no es el poder, a ella le marcar¨¢n m¨¢s las pol¨ªticas reales, le puede pegar una mala gesti¨®n en seguridad, o en econom¨ªa, mientras que a L¨®pez Obrador no le afect¨® ni la mala gesti¨®n en la pandemia¡±, apunta Campos. ¡°Su objetivo es m¨¢s gobernar que ganar elecciones, ella es m¨¢s pol¨ªtica y ¨¦l era un l¨ªder social¡±, a?ade.
La pandemia de coronavirus fue, precisamente, uno de los momentos en que la ciudadan¨ªa percibi¨® con mayor claridad la diferencia de liderazgos. Un simple cubrebocas, del que nunca se despojaba Sheinbaum, marc¨® la enorme distancia con el escapulario de la Virgen de Guadalupe que exhib¨ªa sonriente L¨®pez Obrador como toda protecci¨®n ante el virus. Tampoco se coloc¨® la mascarilla Hugo L¨®pez-Gatell, subsecretario de Salud y encargado de la gesti¨®n de la crisis, ni otros secretarios del Gabinete. El lado cient¨ªfico de la entonces jefa de Gobierno de la ciudad se mostraba en su plenitud y si alguna vez abandon¨® la disciplina de sus filas, esa fue clara y contundente.
No caben esperar muchas diferencias pol¨ªticas entres dos l¨ªderes del mismo partido. Ella misma ha dejado claro que no se separar¨ªa de las grandes l¨ªneas marcadas en el sexenio pasado, por m¨¢s que eso le genere severas cr¨ªticas de sus adversarios. Es m¨¢s pol¨ªtica que l¨ªder social, m¨¢s institucional que cercana al pueblo, m¨¢s acad¨¦mica que mitinera, pero quiz¨¢ sea su condici¨®n de mujer la que marca otras grandes diferencias. ¡°Les pasa a todas las mujeres s¨ªmbolo, que se ven en la necesidad de dar una imagen de seriedad, asumir actitudes fuertes para ser tomadas en consideraci¨®n, escuchadas¡±, dice Tagle. Son exigencias autoimpuestas por el ¨¢mbito en el que se mueven. Hasta cierta masculinizaci¨®n, se dir¨ªa, como muestran esos austeros trajes de sastre de los que no se separa a diario, solo cambiados por atuendos bordados y de color en sus giras de fin de semana. ¡°Es lo que se impone, hay que demostrar siempre que vales y que puedes¡±, explica Tagle.
¡°El rol que desempe?a manda un poderoso mensaje a las ni?as de este pa¨ªs¡±, a?ade Campos. ¡°No solo de que se puede llegar, sino de que la herramienta para ello es el estudio, que los estudios sirven¡±. Aventura el analista que habr¨¢ menos continuidad de la que parece entre ambos l¨ªderes y que ¡°aunque la influencia de L¨®pez Obrador es impresionante, ella ejerce el poder y toma decisiones¡±. ¡°Creo que poco a poco iremos viendo c¨®mo se habla menos de esa continuidad, tengo la esperanza de que se ver¨¢ pronto la fuerza de una mujer cient¨ªfica¡±, asegura.
El soci¨®logo Puente afirma tambi¨¦n que la preparaci¨®n acad¨¦mica y la trayectoria de servidora p¨²blica confieren a Sheinbaum ¡°modos diferentes que no tienen solo que ver con la personalidad y que tienen efectos tanto en el estilo de gobernar como en el de comunicar. Es menos propensa a la frivolidad que L¨®pez Obrador, es cr¨ªtica, pero no ataca en lo personal¡±, afirma el analista. ¡°No creo que veamos en ella comentarios machistas, ni xen¨®fobos, ni fuera de lugar, a los que est¨¢bamos acostumbrados¡±. El teatrillo de las Ma?aneras, viene a decir, ha tocado a su fin.
Uno de los ¨¢ngulos que mencionan todos es la diferencia entre un presidente que siempre echaba la vista atr¨¢s ¡°para culpabilizar a los anteriores gobernantes¡±, que siempre ¡°se pon¨ªa de v¨ªctima¡±, respecto de Sheinbaum, que no puede ejercer ese papel, porque el anterior, para empezar, es de su partido.
Como sea, las Ma?aneras, el gran escaparate de la imagen, se han ido despojando del color guinda y se ha optado por las cenefas de bordados, el s¨ªmbolo inequ¨ªvoco de que se trata de un gobierno, no de un partido, y que lo ejerce una mujer. Ser¨¢ la pol¨ªtica lo que marque la diferencia real, pero los gestos, tambi¨¦n son pol¨ªtica.
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