Bosque de Chapultepec, otra mirada
La mera posibilidad de construir un s¨ªmbolo de esperanza me parece una tarea urgente en este pa¨ªs y en este momento
?Capricho presidencial y futuro elefante blanco o una obra trascendente para millones como lo fue la remodelaci¨®n del centro hist¨®rico de la capital? ?Versi¨®n 4T de la infame Estela de Luz o proyecto detonador de un enorme polo tur¨ªstico, comercial, cultural y ecol¨®gico?
Lo cierto es que lo que comenz¨® como una necesidad modesta, darle un nuevo uso a la ex residencia presidencial de Los Pinos, termin¨® convirti¨¦ndose en un vasto proyecto para reconvertir casi 800 hect¨¢reas de bosque y todo lo que contiene en la apuesta urbana m¨¢s ambiciosa del Gobierno de L¨®pez Obrador. Adem¨¢s de un presupuesto significativo, 10.000 millones de pesos en tres a?os (500 millones de d¨®lares), se invit¨® para coordinarlo a Gabriel Orozco, una de las luminarias del arte contempor¨¢neo internacional y ¨¦l mismo un artista acostumbrado a las tempestades.
Aunque muchos detalles del plan maestro no se han presentado a¨²n, la obra ha generado una ola de descalificaciones de distinta ¨ªndole y de variopinta procedencia. Muchas de estas cr¨ªticas pueden atribuirse a los sospechosos comunes: adversarios pol¨ªticos y detractores de AMLO que no est¨¢n dispuestos a desaprovechar un proyecto tan medi¨¢tico para pasarle factura, o a las acostumbradas capillas culturales que se sent¨ªan con mayor derecho a concebir y regentear la idea y a falta de ello se han dedicado a denostarlo.
Sin embargo, hay cuestionamientos de fondo, que convendr¨ªa considerar. En un texto reciente, Jorge Volpi ha hecho una presentaci¨®n de algunos de ellos: ¡°Un proyecto que ser¨ªa ideal para otro pa¨ªs o acaso para otro tiempo, pero no para el M¨¦xico de 2020¡±. El autor afirma que se trata de una obra centralista en detrimento del resto del territorio y en cierta forma con cargo a otras ¨¢reas culturales castigadas por la pandemia y los recortes presupuestales. ¡°Una afrenta tanto a los trabajadores de la cultura como a los mexicanos que no viven en la capital¡ sus desorbitados recursos deber¨ªan redirigirse a un fondo de emergencia que atienda al devastado sector cultural en vez de a un proyecto tan brillante como superfluo¡±.
Un an¨¢lisis de los documentos preliminares y los entretelones del proyecto me llevan a coincidir parcialmente con Volpi: se trata en efecto de un proyecto brillante, pero no creo que sea superfluo.
Parte del equ¨ªvoco, me parece, es que los cr¨ªticos lo circunscriben a sus alcances culturales, como si obedeciese a una decisi¨®n esencialmente de pol¨ªtica cultural. La confusi¨®n es explicable porque est¨¢ adscrito a la Secretar¨ªa de Cultura, lo dirige un connotado artista y la motivaci¨®n original surgi¨® del deseo de convertir a la residencia de Los Pinos en un museo. Pero eso cambi¨® desde hace mucho y dr¨¢sticamente a partir de la invitaci¨®n a Gabriel Orozco, quien durante su trayectoria profesional se ha interesado en temas de paisajismo urbano y permacultura.
La revisi¨®n del Plan Maestro muestra que el Bosque de Chapultepec es un proyecto urbano de enorme impacto para efectos acu¨ªferos y ecol¨®gicos (algunos de ellos urgentes) y de trascendencia urban¨ªstica al modificar las vialidades e interconexiones de amplias zonas desvinculadas, entre otras cosas, por el parque mismo. Las obras consideradas modificar¨ªan la vida cotidiana de varios cientos de miles, si no es que millones de ciudadanos de esta parte de la ciudad y agilizar¨ªa hasta un 50% la atribulada circulaci¨®n en la avenida Constituyentes, cuello de botella del tr¨¢nsito de la capital con el Occidente del pa¨ªs. Reducir el proyecto a una reiteraci¨®n de museos en un espacio en donde ya hay una saturaci¨®n equivaldr¨ªa, estirando el argumento, a considerar que la remodelaci¨®n del centro hist¨®rico fue una obra de exclusivo inter¨¦s cultural.
Al tratarse de un proyecto transversal su financiamiento obedece a una partida especial decidida desde la Presidencia, aun cuando por motivos nominales haya sido ubicada en el presupuesto de Cultura, pero esto no significa que esos recursos habr¨ªan sido manejados por este ministerio si el proyecto no hubiera existido o fuera cancelado. No es algo que se le est¨¢ restando a la comunidad cultural, por el contrario, una parte se le estar¨ªa sumando.
Por otro lado, s¨ª hay un ¡°costo de oportunidad geogr¨¢fico¡± al orientar estas cifras al centro del pa¨ªs y no a otra regi¨®n. Sin embargo, frente a un panorama de recursos tan escaso la relaci¨®n costo beneficio pensada en millones de habitantes permite verlo con otros ojos. Entre 15 y 20 millones de personas, seg¨²n la fuente, acuden al bosque de Chapultepec cada a?o. Basta asomarse un fin de semana para darse cuenta de que la gran mayor¨ªa pertenece al sector de los que menos tienen y, por lo mismo, carecen de jardines en casa o espacios de esparcimiento en sus barrios. La posibilidad de potenciar este sitio de esparcimiento, salud, cultura, aprendizaje y opciones econ¨®micas tiene un impacto redistributivo por donde se le vea, por no insistir sobre las nuevas zonas beneficiadas por la conectividad y recuperaci¨®n ambiental ya mencionadas.
Por lo dem¨¢s, la atenci¨®n de la pandemia requiere tambi¨¦n de la construcci¨®n de s¨ªmbolos de esperanza. Por razones hist¨®ricas, por su tama?o, por su importancia ecol¨®gica en el contaminado valle de M¨¦xico, el Bosque de Chapultepec es emblem¨¢tico para los mexicanos. Equivale a dos veces la extensi¨®n de Central Park de Nueva York y y casi tres a Hyde Park de Londres. El Castillo de Chapultepec, la controvertida historia de Los Pinos y los que se alojaron all¨ª, la ciudadanizaci¨®n del Campo Marte o el Campo Militar 1, ahora reintegrados al Bosque, en conjunto es algo que pertenece a todos los mexicanos y no solo a los capitalinos.
Entre las razones que se daban para construir en Texcoco un aeropuerto de primer mundo dise?ado por Foster, era demostrar que M¨¦xico pod¨ªa tener una terminal envidia de cualquier metr¨®poli. Hay en efecto valores subjetivos dif¨ªciles de calcular. Construir un proyecto brillante y multifuncional, un polo urbano, ecol¨®gico y art¨ªstico de referencia internacional, con el potencial de beneficiar a millones de mexicanos y visitantes a un costo treinta veces menor al del aeropuerto tiene un valor incalculable; el hecho de que se entregue a los ciudadanos varios cientos de hect¨¢reas que fueron un emblema militar o recinto de la ¨¦lite env¨ªa un mensaje importante para entender que algo ha cambiado, pese a todo.
Se puede diferir sobre la ubicaci¨®n espec¨ªfica de un pabell¨®n en tal sitio o los alcances de un nuevo museo, y habr¨¢ que esperar el detalle de cada obra, pero la mera posibilidad de construir un s¨ªmbolo de esperanza me parece una tarea urgente en este pa¨ªs y en este momento.
@jorgezepedap
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