No hay peor empleador que L¨®pez Obrador
El Gobierno mexicano demanda que las empresas privadas protejan a sus empleados al tiempo en que precariza a los trabajadores p¨²blicos
L¨®pez Obrador protege a todos los empleados de M¨¦xico, menos a los suyos. Su Gobierno ha aumentado el salario m¨ªnimo general, pero ha disminuido la percepci¨®n m¨ªnima de casi todos los funcionarios p¨²blicos. Su Administraci¨®n inaugur¨® un tratado de libre comercio con Estados Unidos que sanciona a quienes violan la ley laboral mexicana. Sin embargo, el Gobierno federal se permite violar impunemente los derechos de sus trabajadores.
L¨®pez Obrador trata a sus empleados, los funcionarios p¨²blicos federales, como si fueran parte de la ¨¦lite perversa y abusiva contra la que ¨¦l lucha. Clasifica a funcionarios que ganan sueldos de clase media como ¡°privilegiados¡± y desconoce las conquistas laborales cuando provienen de empleados de confianza. Su Gobierno se ha caracterizado por despedir trabajadores, recortarles el salario, aumentarles la carga de trabajo, quitarles prestaciones, e incluso solicitarles que compren boletos para la rifa del avi¨®n presidencial ¡°voluntariamente¡± con su sueldo.
Cualquier empresario que tratara as¨ª a su fuerza laboral podr¨ªa ser sancionado por la ley. No as¨ª L¨®pez Obrador. Tal parece que en M¨¦xico la justicia laboral no existe cuando tu jefe es el Estado.
Precarizaci¨®n directa
Hay muchas formas en las que los trabajadores p¨²blicos est¨¢n siendo precarizados. La m¨¢s evidente son los salarios. L¨®pez Obrador prometi¨® solo bajar los suelos ¡°de los de arriba para subir los de abajo¡±. Esto no fue as¨ª. De acuerdo con Diario Oficial de la Federaci¨®n, de 2018 a 2020 se disminuy¨® el salario m¨ªnimo real del personal de investigaci¨®n cient¨ªfica, seguridad p¨²blica y fuerzas armadas. Todos estos eran sueldos menores a 13.000 pesos.
Los m¨¢s afectados han sido las fuerzas armadas que pasaron de ganar un sueldo m¨ªnimo mensual real de 7.000 pesos a solo ganar 6.763 pesos. El sueldo m¨ªnimo real del personal de seguridad p¨²blica tambi¨¦n sufri¨® un descalabro, pasando de 10.000 a 9.700 pesos al mes.
La ca¨ªda en salarios se agrava por la cantidad de plazas laborales que han sido desaparecidas. Con informaci¨®n del Presupuesto de Egresos de la Federaci¨®n es posible identificar que de 2018 a 2020 se han perdido 18.247 plazas en la administraci¨®n p¨²blica.
Los ramos m¨¢s afectados han sido Desarrollo Social con una p¨¦rdida del 67% se sus plazas, las Comisiones de Hidrocarburos y Reguladora de Energ¨ªa, que en conjunto han perdido el 22%, y Turismo donde el 11% de las plazas fueron eliminadas. Tan solo en estos cuatro ramos se han perdido 10.700 empleos en dos a?os.
Los despidos m¨¢s importantes han ocurrido en direcciones generales adjuntas. En el ¨²ltimo a?o, de acuerdo con la organizaci¨®n Signos Vitales, se eliminaron 1.340 direcciones generales adjuntas en el Gobierno federal, es decir un 67%. Entre las secretar¨ªas m¨¢s afectadas se encuentra Hacienda y Gobernaci¨®n, ambas con 637 direcciones adjuntas menos. El plan es que para 2021 no quede una sola.
A estas p¨¦rdidas laborales habr¨ªa que agregar los recortes ocasionados por las medidas de austeridad, sobre todo la reducci¨®n de un 75% al gasto operativo. Muchos trabajadores p¨²blicos no estaban contratados con una plaza sino con gasto corriente. Es por ello que el recorte signific¨® la salida inmediata de personal m¨¦dico, cient¨ªficos y bur¨®cratas en m¨²ltiples dependencias.
Precarizaci¨®n indirecta
M¨¢s all¨¢ de las reducciones salariales y de personal, la calidad del empleo p¨²blico tambi¨¦n ha disminuido notoriamente.
Hay varios testimonios de que muchos despidos han sido forzados, ya sea porque el trabajador pretende que renuncia, o porque se le empuja a ello de manera pasivo-agresiva. Algunos funcionarios dicen que su presencia ha sido sustituida por becarios del programa J¨®venes Construyendo el Futuro, un programa que no crea empleos formales y paga menos de 4.000 pesos al mes.
La falta de personal ha hecho que los funcionarios que quedan tengan que realizar tareas que no les corresponden o para las cuales no tienen conocimiento. Los funcionarios que quedan est¨¢n teniendo que hacerse cargo de temas que no dominan o peor a¨²n, no tienen capacidad para continuar atendiendo todo lo que su puesto de trabajo les demanda.
Los efectos son notorios. Los directorios de las secretar¨ªas no han sido actualizados en meses, las solicitudes de transparencia cada vez toman m¨¢s tiempo en ser respondidas, y programas completos operan en piloto autom¨¢tico. Los funcionarios laboran mucho m¨¢s que las 40 horas que les pide su contrato.
Los trabajadores del Estado se han vuelto un t¨ªtere de las obsesiones de austeridad de su jefe. Se les ha solicitado que reduzcan de manera ¡°voluntaria¡± sus ingresos en cerca del 25% durante la pandemia, que renuncien a sus aguinaldos, y hasta que compren boletos para la rifa del avi¨®n presidencial.
Cuando la renta de oficinas se ha vuelto cara, los trabajadores han sido obligados a empacar y cargar sus propios escritorios en mudanzas informales. Los trabajadores tambi¨¦n han sido motivados a reducir su consumo de agua potable, evitar cargar las bater¨ªas de sus celulares y a adoptar plantas pues ya no hay servicio de jardiner¨ªa.
En general, existe un aparente desprecio para los trabajadores que no hacen trabajo de campo. L¨®pez Obrador le ha pedido a los funcionarios de escritorio que compartan computadoras porque no hay dinero. La Secretar¨ªa del Trabajo simplemente retir¨® el equipo de c¨®mputo porque no pudo continuar pag¨¢ndolo.
La incertidumbre laboral tambi¨¦n ha permeado a niveles hist¨®ricos. Queda el temor de que, de la misma manera en la que en 2019 se eliminaron cientos de plazas de director adjunto que eran parte del servicio p¨²blico de carrera, en el futuro otras podr¨ªan desaparecer por decreto.
En 15 a?os no se hab¨ªa perdido tantas posiciones del servicio profesional de carrera que con L¨®pez Obrador. Como ha mostrado la investigaci¨®n de Fernando Nieto, profesor del Colegio de M¨¦xico, tan solo en los primeros seis meses de 2019 fueron separados de su cargo 5.277 servidores de carrera. Una cantidad aterradora si se considera que en el sexenio anterior en promedio se separaron solo 1.461 funcionarios por semestre.
A todo lo anterior habr¨ªa que agregar la falta de apoyo que ha tenido el personal esencial durante la pandemia. De acuerdo con Amnist¨ªa Internacional, M¨¦xico es el pa¨ªs en el que m¨¢s personal m¨¦dico ha muerto por la covid-19. Por su parte, la Guardia Nacional ha sido criticada por tener a varios de sus elementos viviendo en condiciones de hacinamiento y por no contar con instalaciones de alimentos bien establecidas.
La l¨®gica de precarizar
La l¨®gica que mueve a L¨®pez Obrador a precarizar a sus empleados tiene tintes pol¨ªticos y ¨¦ticos, m¨¢s no racionales. Un jefe racional sabr¨ªa que no puede maltratar a su equipo si quiere obtener buenos resultados.
L¨®pez Obrador no lo ve as¨ª. Por el contrario, ¨¦l se beneficia pol¨ªticamente de precarizar a sus empleados. Hacerlo le permite argumentar que est¨¢ atacando los ¡°privilegios¡± inmerecidos de la ¨¦lite mexicana a¨²n si los funcionarios est¨¢n lejanos de pertenecer a dicha ¨¦lite. Muchos funcionarios s¨ª tienen sueldos muy altos. Sin embargo, a¨²n el sueldo de un secretario de estado, que en 2018 era de 157.000 pesos al mes, representa tan solo una quinta parte del sueldo promedio del 1% m¨¢s rico de M¨¦xico.
Atacar a sus empleados es m¨¢s f¨¢cil que emprender una reforma fiscal que aumentar¨ªa los impuestos de las ¨¦lites. Y es mucho m¨¢s popular. Seg¨²n las encuestas de Gabinete de Comunicaci¨®n Estrat¨¦gica, bajar el sueldo de la burocracia es la tercera medida m¨¢s popular de los 100 primeros d¨ªas de gobierno L¨®pez Obrador. Esta pol¨ªtica solo fue superada en popularidad por el combate al robo de combustible y la corrupci¨®n.
La precarizaci¨®n tambi¨¦n responde a motivos aparentemente ¨¦ticos o morales. Para L¨®pez Obrador el servicio p¨²blico es un apostolado y el nivel salarial un distractor. Frecuentemente reitera la necesidad de dejar a un lado los lujos como una nueva moral de Estado. No parece comprender la diferencia entre un trabajo y un apostolado, ni entre un funcionario p¨²blico y un fiel seguidor.
L¨®pez Obrador se equivoca en tratar de esta manera a sus empleados y los secretarios de estado cometen un error en permitirlo. Si el Gobierno mexicano quiere crear instituciones efectivas y duraderas que permitan reducir la desigualdad y aumentar la calidad de los servicios p¨²blicos, se debe primero invertir en sus empleados.
No se vale pedirle a la iniciativa privada que trate bien a sus empleados y no poner el ejemplo.
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