Roberto Palazuelos: la derrota del pragmatismo naranja
El problema de Movimiento Ciudadano no es Palazuelos, sino c¨®mo pudieron deso¨ªr sus propios discursos
La cuesti¨®n no es que a Roberto Palazuelos se le cay¨® la candidatura de Movimiento Ciudadano a la gubernatura de Quintana Roo. La cuesti¨®n es por qu¨¦ el llamado partido naranja le abri¨® siquiera esa posibilidad al cuestionado empresario, por qu¨¦ tard¨® tanto en desinvitarlo y cu¨¢les ser¨¢n las consecuencias de ello para esa a¨²n joven agrupaci¨®n.
El sexenio est¨¢ atorado por el presidente, que menciona los pecados del ayer para ocultar las graves insuficiencias del hoy. Es un recurso barato, pero goza de efectividad porque esa nebulosa llamada oposici¨®n se afana en comportarse de forma que da la raz¨®n al discurso de que las actuales cr¨ªticas son por la nostalgia de privilegios perdidos. Y de esos comportamientos pocos como el abrazar a Roberto Palazuelos y ofrecerle una candidatura en un partido que se supon¨ªa progresista y de avanzada.
Es deporte favorito en las campa?as el desenterrar materiales comprometedores de los contrincantes. Revivirles episodios poco presentables, declaraciones desafortunadas, conductas indebidas, despistes, recordatorios de momentos en que estuvieron por debajo de las expectativas o que renegaron de lo que hab¨ªan jurado. Como se dice hoy, siempre hay un tuit.
Nadie escapa de ese escrutinio y en la era de las redes sociales se vuelve mucho m¨¢s sencilla la resurrecci¨®n de nuestros pecados. Mas en el caso de Palazuelos ni siquiera hizo falta ir por la pala y el pico para buscarle trapos sucios, porque si a alguien aqu¨ª hay que reconocerle que no minti¨® es al frustrado candidato.
Palazuelos es lo que ¨Csuponemos¡ª ha querido ser desde siempre: un s¨ªmbolo del ¨¦xito materialista, un prototipo de la superficialidad entronizada, un ejemplo de que la jactancia no requiere de sustancia.
Cuenta sus mortales balaceras con carcajadas y no en lo oscurito sino en prime time. En plena ruta preelectoral amenaza con que se har¨¢ del poder para cobrarle las cuentas a quienes le critican o descalifican. Amaga con denunciar en los tribunales a periodistas lo mismo que con revelar comprometedores secretos de sus adversarios. Llama a que todos nos armemos. No por nada le han apodado el Trump de Quintana Roo. Naranja, naranja.
A ¨¦l el pasado no lo alcanz¨®: no hay ruptura entre el personaje que rodeado de mudos bikinis anuncia casinos o bebidas y el gorr¨®n juvenil que reventaba en las residencias del gobierno mexicano en los a?os ochenta. ?se es el problema: c¨®mo no presumir tus pecados del ayer si crees que fueron clave para ser lo que eres.
Palazuelos es Palazuelos, un personaje de la estatura de Yordi Rosado, el entrevistador que festeja la an¨¦cdota donde el hotelero cuenta c¨®mo ¨¦l y su escolta mataron ¡°al gordo¡±. Ja-ja-ja. Al gordo y su ¡°pinche pistolita¡±. Ja-ja-ja. Con mi permiso de portaci¨®n de arma firmado por el mism¨ªsimo secretario de Defensa. Ja-ja-ja.
Racismo, clasismo, sexismo, influyentismo, valemadrismo¡ Don Roberto no se da abasto para recorrer los casilleros de nuestras verg¨¹enzas. Pero, otra vez, si ya saben c¨®mo es, para qu¨¦ lo invitan. Porque ¨¦l nunca pidi¨® ser candidato; o m¨¢s puntualmente: no fue ¨¦l quien se gan¨® una candidatura de MC, fue este partido, que se dice presentable, el que fue al erosionado Tulum a pedirle que unieran sus destinos: siempre quise que camin¨¢ramos juntos, t¨² y tu pasado de junior, t¨² y tu presente de oropel; t¨², la democracia y yo, no s¨¦, pi¨¦nsalo.
?En qu¨¦ estaba pensando Movimiento Ciudadano con esa invitaci¨®n? ?C¨®mo pudo ser siquiera una idea que se pronunciara en voz alta? ?Qui¨¦n o qui¨¦nes fueron incapaces de hacerle ver al l¨ªder de esa organizaci¨®n que no, que con Palazuelos ni a la esquina, que mejor renuncio, que mejor una buena bronca interna e incluso una ruptura antes que una mancha de ese tama?o? ?Qui¨¦n? ?Alguien?
Construir la posibilidad de un futuro le ha tomado a Movimiento Ciudadano d¨¦cadas. Hoy tienen dos gubernaturas, y de estados significativos. Hoy son factor que gravita en la discusi¨®n y en la aritm¨¦tica parlamentarias. Entonces, qui¨¦n no calcul¨® dentro de MC que una decisi¨®n como ¨¦sa los har¨ªa el hazmerre¨ªr en San L¨¢zaro.
Qui¨¦n fue incapaz de adelantar que incluso ahora que se ha frustrado, el espectro de que arroparon e intentaron presentarle a la ciudadan¨ªa a un candidato as¨ª es suficiente para desconfiar de todo discurso donde quieran hablar de derechos de las mujeres, de equidad, de concordia, de seriedad.
Representamos una ruta distinta, postulemos a Palazuelos. Creemos en un M¨¦xico donde no reine la polarizaci¨®n, que nos represente Palazuelos. Tenemos ideas y propuestas, ?que le caiga Palazuelos! Nos desvela el futuro del medio ambiente, el cambio clim¨¢tico, nuestras riquezas naturales¡ ?Palazuelos, Palazuelos, Palazuelos!
En el arranque del a?o que deb¨ªa ser la continuaci¨®n de un buen ciclo electoral como el que tuvo en 2021, Movimiento Ciudadano se trag¨® un sapo no solo h¨®rrido sino t¨®xico. Desembarazarse de un personaje as¨ª har¨¢ honor a las pocas voces que dentro del partido no callaron su desconcierto y condena: Patricia Mercado y Martha Tagle ten¨ªan raz¨®n, no fueron las ¨²nicas, pero fueron de las pocas que se atrevieron a decirlo en voz alta.
En estas horas se har¨¢ oficial el nombre del sustituto de Palazuelos, quien tendr¨¢ que desperdiciar semanas de la campa?a en decir yo no soy Palazuelos ni s¨¦ c¨®mo pudo ser precandidato.
Porque el principal error de Movimiento Ciudadano fue descuidar que M¨¦xico est¨¢ inmerso en una gran batalla de s¨ªmbolos. El gobierno federal no tiene resultados pero posee discurso. Frente a ello la primera obligaci¨®n de los opositores consiste en gritar que el rey va desnudo, no en abonar a la ret¨®rica de que las alternativas est¨¢n a¨²n m¨¢s encueradas.
Y es que con la ins¨®lita invitaci¨®n a Palazuelos, MC tambi¨¦n perdi¨® puntos en la competencia frente a la otra oposici¨®n. La llamada tercera v¨ªa se convirti¨® en la broma del 2022 al dejar en claro que para ellos el futuro incluye a un exponente tan grotesco de nuestro pasado, uno del que incluso el PRI reniega hoy.
Puestos a buscarle una cosa buena a la invitaci¨®n a Palazuelos, quiz¨¢ la genialidad no reconocida de este sainete es que pretend¨ªa que olvid¨¢ramos medi¨¢ticamente a Samuel Garc¨ªa, quitarle algo de visibilidad al vacuo y efectista gobernador de Nuevo Le¨®n. Pero incluso habr¨ªa logrado lo opuesto: si invitan al acapulque?o de nacimiento es porque aspiran a una generaci¨®n de mirreyes que ganen espacios medi¨¢ticos as¨ª luego jueguen a las comiditas con un beb¨¦ de verdad.
Me bajo antes de que me bajen, ha pataleado Palazuelos en un retrato de cuerpo entero: no tengo para defenderme en una asamblea, solo puedo ganar en acuerdos que no incluyan el debate, que excluyan el descont¨®n. No ser¨¢ gobernador. Qu¨¦ pena por ¨¦l, qu¨¦ bien por los de Quintana Roo, que no necesitaban sumar un p¨¦simo gobernante a una galer¨ªa dif¨ªcil de superar en mediocridad o corrupci¨®n.
El pragmatismo a ultranza de MC ha sido derrotado. Toca al partido aprender y reconstruirse. Qui¨¦n sabe si ser¨¢ una lecci¨®n duradera. Porque el problema de Movimiento Ciudadano no es Palazuelos, sino c¨®mo pudieron deso¨ªr sus propios discursos y desatender una realidad que lo ¨²nico que pide es, en efecto, que no haya un retorno a ese pasado de influyentes y prepotentes.
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