La historia convertida en historieta
Los pol赤ticos gustan de descontextualizar los hechos pret谷ritos de un pa赤s para presentarlos, deformados, como explicaci車n meridiana del presente
Utilizar s赤miles hist車ricos facilones como parte central de un discurso pol赤tico solo puede ser descrito como una manipulaci車n. Porque la historia, lo sabe cualquiera, no se trata de una ciencia exacta y no es f芍cil ser categ車rico al hablar del pasado. Cualquier investigador serio sabe que las afirmaciones tajantes suelen ser espinosas o imposibles, porque siempre existen matices, contraversiones, claroscuros, episodios esquivos.... Por eso se indaga, se propone, se revisa, se discute y se intentan enfoques que permitan una comprensi車n m芍s clara de lo que sucedi車. Y por eso existe ese viejo re...
Utilizar s赤miles hist車ricos facilones como parte central de un discurso pol赤tico solo puede ser descrito como una manipulaci車n. Porque la historia, lo sabe cualquiera, no se trata de una ciencia exacta y no es f芍cil ser categ車rico al hablar del pasado. Cualquier investigador serio sabe que las afirmaciones tajantes suelen ser espinosas o imposibles, porque siempre existen matices, contraversiones, claroscuros, episodios esquivos.... Por eso se indaga, se propone, se revisa, se discute y se intentan enfoques que permitan una comprensi車n m芍s clara de lo que sucedi車. Y por eso existe ese viejo refr芍n que pondera las ventajas de ser historiador sobre las de creerse profeta: porque entender el pasado ayuda a comprender mejor el presente, pero solo un farsante postula que sirve tambi谷n para adivinar el futuro. Por ejemplo: la ※dial谷ctica de la historia§ de Hegel (que tanta influencia tuvo en Marx o en Adorno) es un intento articulado y profundo de barruntar la naturaleza del individuo y la sociedad a partir del pasado, y no se parece en nada a la propaganda y mucho menos a la astrolog赤a#
Ajenos a ese rigor, los pol赤ticos gustan de descontextualizar los hechos pret谷ritos de una ciudad, regi車n o pa赤s para presentarlos, deformados, como explicaci車n meridiana del presente. Una explicaci車n que, desde luego, los favorece y les otorga la aureola de ser necesarios y hasta inevitables.
El presidente L車pez Obrador, sin ir m芍s lejos, hace en sus eternas ruedas de prensa de las ma?anas un juego de identificaciones de personajes y roles como de patio escolar: a 谷l le toca jugar el papel del ※bueno§, es decir, de un Benito Ju芍rez, un Madero o un L芍zaro C芍rdenas, que son transformados por su discurso en superh谷roes indistinguibles de los Avengers. Y, por supuesto, quienes no est芍n de acuerdo con 谷l (una categor赤a, no hay que olvidar, que incluye a su oposici車n pol赤tica y a los ※heraldos del pasado§, pero tambi谷n a millones de ciudadanos irritados por sus pifias o desencantados de su figura) son presentados como ※los malos§, es decir, una mezcla de encomenderos del siglo XVI, conservadores del XIX, ※cient赤ficos§ porfiristas del XX y neoliberales tremebundos del XXI. Villanos reventones, pues, cuya falta de amor por el h谷roe se debe solamente a la envidia, la vileza, la ambici車n y la podredumbre espiritual.
As赤, bajo los t谷rminos de esta suerte de pastorela de historia patria manipulada, el apoyo popular a la expropiaci車n petrolera cardenista equivali車 a la compra de los boletitos de la ※rifa del avi車n presidencial§ (con comillas porque no se rif車 ning迆n avi車n y millones de boletos los adquiri車 el propio gobierno). Y la incapacidad del mandatario para tolerar el escrutinio y la cr赤tica de los medios de comunicaci車n (que resultan normales en toda sociedad democr芍tica) es equiparada con el acoso de la prensa huertista a Madero, que termin車 en su asesinato.
Como las condiciones del golpe de 1911 no se parecen en nada a las actuales (lejos de estar en la mira del Ej谷rcito, como le sucedi車 a Madero, L車pez Obrador ha sido el presidente m芍s militarista en decenios), pues hay que exagerar las tintas todo lo que se pueda para ver si alguien se cree que hay un Victoriano Huerta a punto de saltar sobre el inocente mandatario.
※El presidente Andr谷s Manuel L車pez Obrador encarna a la naci車n, a la patria y al pueblo§, reza un comunicado que difundieron los senadores de Morena, que establecen, adem芍s, que escamotearle la lealtad ciega al presidente equivale a ser un traidor# Un traidor como Juan Nepomuceno Almonte, el hijo de Morelos, glos車, por cierto, L車pez Obrador, cuya memoria prodigiosa parece contener todas y cada una de las monograf赤as de historia mexicana de la papeler赤a. El hijo de Morelos, por si alguien no lo recuerda, estuvo en la comisi車n que le ofreci車 el trono de M谷xico a Maximiliano de Habsburgo. Un malvado de cuerpo entero... Igual que cualquiera que ose disentir de las pol赤ticas impulsadas por el actual gobierno federal. La historia, en fin, retratada como una historieta maniquea que sirve para justificar las iniquidades de hoy.
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