Los esc¨¢ndalos de L¨®pez Obrador, ?err¨¢ticos o calculados?
La constataci¨®n del poder de sus adversarios y los muchos obst¨¢culos de la realidad lo han llevado a confiar ¨²nicamente en el n¨²cleo duro de sus seguidores
Las famosas conferencias del presidente Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador se han convertido en el teatro en el que tienen lugar los esc¨¢ndalos de la pol¨ªtica convertida en espect¨¢culo. Sea por designaciones controvertidas de embajadores y el desaf¨ªo a la canciller de Panam¨¢, por el anuncio de una pausa en las relaciones con Espa?a o por el en¨¦simo encontronazo con periodistas y medios que critican al presidente. Ninguna de estas pol¨¦micas son centrales a los grandes problemas de M¨¦xico (empleo, crecimiento, inseguridad p¨²blica, salud), pero todas ellas han acaparado la conversaci¨®n medi¨¢tica en su momento y monopolizado en buena medida la atenci¨®n de los protagonistas de la vida p¨²blica.
Las ma?aneras de AMLO siempre han tenido esa caracter¨ªstica, pero de un tiempo a la fecha se han acelerado la frecuencia y la intensidad de sus declaraciones explosivas. En las ¨²ltimas semanas el presidente parece empe?ado en soltar una bomba medi¨¢tica cada dos o tres d¨ªas, sea por iniciativa propia (el reclamo a Espa?a, por ejemplo) o por reacci¨®n a las cr¨ªticas de sus adversarios (denuncias sobre su hijo Jos¨¦ Ram¨®n).
?Qu¨¦ hay detr¨¢s de esto? ?a qu¨¦ obedece? ?el presidente est¨¢ perdiendo el control y reacciona cada vez m¨¢s visceralmente como resultado de su c¨®lera y frustraci¨®n ante los magros resultados de su Administraci¨®n, como afirman sus adversarios? ?O se trata de una estrategia pol¨ªtica para defender la reputaci¨®n y la estatura moral del proyecto de la 4T, el reducto que m¨¢s le importa al mandatario, como argumentan sus seguidores? En suma, ?estamos perdiendo al presidente o no es m¨¢s que una l¨ªnea para asegurar la consolidaci¨®n pol¨ªtica de una base social de cara al fortalecimiento y continuaci¨®n del obradorismo?
Ir¨®nicamente, las dos hip¨®tesis parten de la misma premisa: los resultados de la Administraci¨®n se encuentran por debajo de las muchas expectativas creadas por el arribo del Gobierno del cambio. Las estad¨ªsticas no mienten, aun si una de las partes tiene otros datos: simple y sencillamente no se pudo, como se prometi¨®, crecer a tasas del 6%, pacificar al pa¨ªs o revertir la pobreza. Sus adversarios dir¨¢n que por la incapacidad del obradorismo y la visi¨®n irreal del mundo por parte de su l¨ªder; los obradoristas enfatizar¨¢n el papel devastador de la pandemia y el boicot pasivo y activo de los poderosos sectores conservadores.
Como suele suceder en todas las pol¨¦micas extremas, las dos partes podr¨ªan tener alguna raz¨®n. 1.- La pandemia. Nunca sabremos cu¨¢l habr¨ªa sido el impacto de las propuestas de la 4T sin una ca¨ªda de casi 9% en la econom¨ªa; un efecto devastador que barri¨® con el encomiable objetivo de incrementar el poder adquisitivo de las clases populares para reactivar el mercado interno y generar un crecimiento con mejor distribuci¨®n. Podemos discutir hasta el cansancio si la estrategia del Gobierno frente a la crisis fue buena, regular o mala, pero es evidente que, al margen de ello, la pandemia cambi¨® al sexenio de manera categ¨®rica.
2.- Por supuesto que ha habido resistencia de los grupos antag¨®nicos al cambio, sea porque hacen la defensa de sus intereses y privilegios, sea por la genuina reivindicaci¨®n de su propia idea de pa¨ªs respecto a otra que rechazan. Sin duda la 4T pis¨® los callos de poderosos intereses: el outsourcing defraudador, la evasi¨®n de impuestos de las corporaciones, el cohecho disfrazado a due?os de medios y columnistas o los m¨¢rgenes abusivos en perjuicio del patrimonio p¨²blico por parte de proveedores, por mencionar algunos. Y tampoco podemos ser ingenuos, las campa?as negras de una parte de la ¨¦lite en contra del ascenso de L¨®pez Obrador datan desde ¡°el haiga sido como haiga sido¡±, confesado por Felipe Calder¨®n en 2006.
3.- Pero tambi¨¦n es cierto que los errores de concepci¨®n o ejecuci¨®n de la nueva Administraci¨®n est¨¢n a la vista. De entrada, todo nuevo equipo est¨¢ sujeto a un costo de aprendizaje inevitable. Pero ha habido algo m¨¢s que eso. Se sobreestim¨® el peso de una nueva actitud como eje para sanear por s¨ª misma la corrupci¨®n en el Gobierno; se subestimaron las log¨ªsticas en el combate a los monopolios de las medicinas provoc¨¢ndose un prolongado y penoso desabasto, se minimizaron las fugas y distorsiones en el esquema de distribuci¨®n de los apoyos sociales a los sectores populares, por ejemplo. Muchos de estos errores pueden ser atribuibles a la alternancia, pero resultaron agravados por el rechazo del Ejecutivo a reconocer toda falla para no dar municiones discursivas al enemigo, con lo cual el r¨¦gimen se priv¨® a s¨ª mismo de la posibilidad de correcci¨®n y mejoramiento que todo gran proyecto necesita.
En suma, los obradoristas afirmar¨¢n que pese a los factores 1 y 2, pandemia y boicot de los conservadores, mucho se ha conseguido; sus adversarios pondr¨¢n el ¨¦nfasis en los negativos y los atribuir¨¢n al tercer factor. Lo cierto es que, por las razones que hayan sido, el presidente que tom¨® posesi¨®n en 2018 no ten¨ªa previsto encontrarse con la realidad que vive cuatro a?os despu¨¦s. Lo cual nos lleva a la pregunta inicial: ?esa situaci¨®n lo ha sacado de quicio y reacciona cada vez m¨¢s visceralmente? ?o lo ha llevado a asumir conscientemente una estrategia de polarizaci¨®n agudizada para afianzar su base pol¨ªtica y asegurar la continuaci¨®n del obradorismo?
Cualquier respuesta es subjetiva porque pasa por valoraciones pol¨ªticas igual que psicol¨®gicas. Dicho lo anterior, me parece que las dos pulsiones est¨¢n en juego. El presidente est¨¢ genuinamente convencido de que sus enemigos son responsables de buena parte de la imposibilidad de concretar el cambio y su frustraci¨®n es visible. En las ma?aneras, ese ejercicio en el que no se guarda nada o muy poco, se muestra cada vez m¨¢s histri¨®nico y emotivo, y eso no es solo una puesta en escena.
Pero tambi¨¦n es cierto que la constataci¨®n del poder de sus adversarios y los muchos obst¨¢culos de la realidad, lo han llevado a la conclusi¨®n de que lo ¨²nico en lo que puede confiar es en el n¨²cleo duro de sus seguidores y que eso bastar¨ªa para asegurar el poder que permita esperar tiempos mejores. En ese sentido, las bombas medi¨¢ticas que ha estado lanzando en contra de ¡°¨¦lites, corporaciones y periodistas privilegiados¡± por m¨¢s que irriten a buena parte de la opini¨®n p¨²blica, abonan a esta alianza. En lo personal, creo que el presidente est¨¢ desperdiciando su capital pol¨ªtico, con el que podr¨ªa haber hecho mucho m¨¢s que atrincherarse.
Solo espero que ¨¦l est¨¦ consciente que no todo se agota en la batalla por el obradorismo, que lo que est¨¢ haciendo sienta precedentes para los siguientes jefes de Gobierno y que toda bomba tiene efectos colaterales tr¨¢tese del intercambio con Espa?a, de la libertad de prensa o las exportaciones de aguacate. Sus adversarios tienen menos poder del que les atribuye y los actos presidenciales m¨¢s consecuencias que las que ¨¦l est¨¢ mirando.
@jorgezepedap
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