Marcelo Ebrard y la presidencia, tan cerca y tan lejos
La larga trayectoria y la estatura pol¨ªtica de la que goza por derecho propio, que podr¨ªan ser virtudes en otras circunstancias, se convierten en un lastre para efectos de ser considerado el delf¨ªn del l¨ªder del movimiento

Que el canciller Marcelo Ebrard no es el favorito de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador para convertirse en su sucesor, es evidente. Las razones por las cuales la jefa de Gobierno de la Ciudad de M¨¦xico, Claudia Sheinbaum, estar¨ªa m¨¢s cerca del ¨¢nimo del mandatario han sido abordadas en muchos espacios de an¨¢lisis, incluyendo este. La principal, sin duda, es el hecho de que se trata de una figura formada en las filas del obradorismo y es percibida por propios y extra?os como alguien con mayores posibilidades de garantizar la continuidad del proyecto social y pol¨ªtico arrancado en este sexenio. Y sobra decir que, a medida que se acerca el fin de su ciclo, para L¨®pez Obrador la consolidaci¨®n de las muchas cosas que quedar¨¢n inconclusas habr¨¢ de convertirse en una obsesi¨®n. Lo podemos ver en las cada vez m¨¢s frecuentes menciones al respecto.
En ese sentido, el contraste de Sheinbaum con Ebrard es obvio; la larga y variada trayectoria de este ¨²ltimo y la estatura pol¨ªtica de la que goza por derecho propio, que podr¨ªan ser virtudes en otras circunstancias, se convierten en un lastre para efectos de ser considerado el delf¨ªn del l¨ªder del movimiento. Y las probabilidades de Ebrard a¨²n ser¨ªan menores si, como dice el presidente, el tema de la sucesi¨®n fuese definido en una encuesta entre seguidores de Morena (m¨¢s all¨¢ de que por lo general suelen coincidir con las preferencias del presidente). A poblaci¨®n abierta los dos precandidatos estar¨ªan en un empate t¨¦cnico seg¨²n distintos sondeos, pero entre los militantes de ese partido la ventaja de Sheinbaum es amplia. Y esto dif¨ªcilmente habr¨¢ de cambiar, a menos que el presidente quiera que cambie.
Desde ese ¨¢ngulo, las perspectivas del canciller son exiguas, al grado de que algunos analistas se preguntan si no le ser¨ªa m¨¢s conveniente comenzar a buscar apoyos en otras fuerzas pol¨ªticas. Pero desde otro ¨¢ngulo eso no es tan obvio. Despu¨¦s de todo, por ahora solo hay dos precandidatos viables, con much¨ªsima distancia sobre un tercero. La carrera presidencial es m¨¢s parecida a un marat¨®n de supervivencia, y el hecho de que dos corredores se hayan desprendido de tal manera del resto del pelot¨®n no es poca cosa. La diferencia, por supuesto, es que en el marat¨®n el segundo lugar consigue medalla de plata, en esta carrera, en cambio, no se lleva nada salvo la probable animadversi¨®n del pr¨®ximo presidente. Quiz¨¢ los 18 meses que restan antes de que Morena deba tomar una decisi¨®n sea un per¨ªodo insuficiente para disminuir su desventaja en Palacio Nacional pero, por otro lado, cualquier imponderable pol¨ªtico o un desliz imperdonable de su rival, lo dejar¨ªan como puntero de manera autom¨¢tica. En tales condiciones, renunciar a esta carrera para inscribirse en otra es suicida.
En suma, tan lejos y tan cerca. ?Cu¨¢les son los tiempos y escenarios de Marcelo Ebrard?
1.- Con Obrador hasta el final. En abono a esta opci¨®n, el Canciller podr¨ªa encomendarse a dos factores. A) Que la competencia contra los otros partidos resulte mucho m¨¢s cerrada de lo que ahora se vislumbra, sea porque la oposici¨®n logra una candidatura unificada y relativamente viable o porque el desgaste del Gobierno deja a Morena con menos intenci¨®n de voto, al grado de que el presidente se ve obligado a inclinarse no necesariamente por su favorito sino por aqu¨¦l que asegure el triunfo, bajo el supuesto de que Ebrard sea ese ¡°alguien¡±. B) Apostar hasta el ¨²ltimo momento por el surgimiento del citado imponderable que de alguna manera haga inviable la candidatura de la actual puntera al acercarse la recta final. Aparentemente los dos factores escapar¨ªan al control de Ebrard. Pero solo de manera aparente, porque esta estrategia puede operarse en dos intensidades. Activa, tratando de incidir en este escenario, lo cual romper¨ªa lanzas con el equipo de Sheinbaum y a la postre con el obradorismo si esta gana. Y pasiva, conservando la posibilidad de que, si los factores no se presentan, al final negociar con la designada, hacerse ¨²til y apostar por una siguiente oportunidad.
2.- Ruptura con el obradorismo. Habr¨ªa que preguntarse si una ruptura abierta es realmente un escenario viable o una especulaci¨®n de caf¨¦ pol¨ªtico. Si Ebrard lo desea puede ser el candidato de alg¨²n partido, sin duda, la pregunta es si eso le permitir¨ªa aspirar a un triunfo. El tema de fondo es el PAN. Asumiendo, sin conceder, que lograse la representaci¨®n del PRI, del PVEM y de Movimiento Ciudadano francamente se ve dif¨ªcil que el blanquiazul se sume a la causa de un protagonista pol¨ªtico que siempre ha estado en la acera de enfrente. Y sin el PAN no le alcanzar¨ªa contra el candidato oficial. Podr¨ªa argumentarse que, dada la escasa posibilidad que tendr¨ªa el PAN para competir solo, en un argumento in extremis podr¨ªa ceder en aras de sacar al obradorismo de Palacio. No es imposible, pero s¨ª poco probable.
3.- Amago de Ruptura o soluci¨®n Eruviel. Al dejar la gubernatura del Estado de M¨¦xico, para buscar la presidencia del pa¨ªs, Enrique Pe?a Nieto intent¨® imponer como candidato del PRI a Alfredo del Mazo, actual gobernador. Eruviel ?vila, el entonces carism¨¢tico alcalde de Ecatepec del mismo partido, amenaz¨® con encabezar una alianza de la oposici¨®n y competir con el pupilo de Pe?a Nieto. Este ¨²ltimo, que no se pod¨ªa permitir una derrota local y emprender el camino a Los Pinos quedando expuestas sus espaldas, opt¨® por entregar a Eruviel la candidatura. No es un escenario probable para Ebrard porque L¨®pez Obrador no es alguien que suela ceder ante una presi¨®n pol¨ªtica. Pero tambi¨¦n es cierto que el canciller no tiene que explicitar este escenario si es que flota en el ambiente.
Caben opciones intermedias entre estos tres escenarios. Por ejemplo, mantenerse en el primero hasta el ¨²ltimo tramo y si las condiciones no le favorecen explorar las otras dos opciones. Sin embargo, en lo personal creo que la mejor alternativa del canciller sigue siendo apostar por lo que representa su aporte al movimiento obradorista y hacerlo valer. No est¨¢ claro que el conjunto del electorado opte por una versi¨®n que, por razones reales o aparentes, es percibida como radical. Tampoco es descartable que el propio L¨®pez Obrador termine por inclinarse por una opci¨®n m¨¢s conciliadora o moderada para consolidar sus reformas. Habr¨ªa que insistir en que m¨¢s all¨¢ de su discurso polarizante, las pol¨ªticas p¨²blicas de AMLO buscan introducir el cambio dentro de un proceso estable y responsable. Ebrard bien podr¨ªa sostener que el verdadero continuismo no es aquel que repite la f¨®rmula sino el que la adapta a las necesidades y la hace posible. El equipo del canciller tendr¨ªa que estar trabajando en planteamientos y soluciones pol¨ªticas, financieras y log¨ªsticas viables para aterrizar lo que quedar¨¢ inconcluso: salud universal, desarrollo del sureste, injusticia social, pobreza, inseguridad, entre otros. Ese ser¨ªa el mejor argumento frente a L¨®pez Obrador.
En lo personal creo que, aunque con matices sustanciales, Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard son los dos perfiles con mayor capacidad y profesionalismo para conducir los destinos del pa¨ªs, con mucha distancia del resto de los precandidatos, dentro o fuera de Morena. Ser¨¢ un debate interesante.
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