Un equipo para el siguiente sexenio
L¨®pez Obrador tiene claro que el proyecto de la 4T debe caminar por sus propios m¨¦ritos o no prevalecer¨¢
La designaci¨®n de Alicia B¨¢rcena como reemplazo de Marcelo Ebrard en la Canciller¨ªa confirma, a mi juicio, la estrategia que conduce Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador para transformar la sucesi¨®n presidencial en una transici¨®n de equipo. Es decir, la continuaci¨®n de un proyecto, y no tanto un relevo de una persona a otra persona, como ha sido la tradici¨®n en M¨¦xico.
Hace una semana, en este espacio, se?al¨¦ que hasta ahora se hab¨ªa asumido a la candidatura oficial de Morena como una batalla del tipo ¡°ganador toma todo¡±, como han sido en el pasado o lo son en cada gubernatura. Pero esto cambia sustancialmente con la propuesta de L¨®pez Obrador, ya asumida por el partido, para que de esta encuesta salgan tambi¨¦n los coordinadores de las c¨¢maras legislativas del pr¨®ximo sexenio. Entre otras, impone la noci¨®n de que lo que sigue no es un asunto de personas, sino de proyecto pol¨ªtico e ideol¨®gico; no hay que olvidar que la definici¨®n de los coordinadores del poder legislativo tradicionalmente constitu¨ªa, en la pr¨¢ctica, una atribuci¨®n del presidente entrante; en esta ocasi¨®n, en cambio, esos coordinadores habr¨ªan sido rivales de ese presidente o presidenta y estar¨ªan all¨ª por designio del movimiento(es decir, de su fundador). De paso, eso ofrecer¨ªa un elemento de contenci¨®n en el hipot¨¦tico caso de que el sucesor de Morena en Palacio Nacional resulte un fiasco por incapacidad o deslealtad; en tales circunstancias, desde el poder legislativo el obradorismo podr¨ªa matizar o neutralizar en parte al Ejecutivo (y no olvidar que estar¨ªa vigente la posibilidad de la revocaci¨®n de mandato a mediados de sexenio).
Al ofrecer a todos los contendientes un papel relevante en la pr¨®xima administraci¨®n, L¨®pez Obrador no solo conjura el riesgo de una escisi¨®n, sino tambi¨¦n fortalece la capacidad pol¨ªtica del grupo que habr¨¢ de sucederlo. Al sumar a ¡°los perdedores¡± fortalece al equipo de quien se quede a cargo. No dir¨ªa que se trata de una responsabilidad colectiva, porque el presidencialismo est¨¢ muy arraigado en nuestro ADN pol¨ªtico y posee inercias propias, pero s¨ª de un futuro liderazgo a partir de consensos entre los primeros c¨ªrculos.
El nombramiento de Alicia B¨¢rcena va en el mismo sentido. Me atrever¨ªa a se?alar que no se trata de un encargo para los siguientes 15 meses de este sexenio, sino para los siguientes siete a?os. Esto significa que el presidente habr¨ªa tocado base con la puntera o con los dos punteros o, al menos, habr¨ªa asumido que la diplom¨¢tica mexicana, en este momento en la Embajada en Chile, es apreciada por su m¨¢s probable sucesor. El benepl¨¢cito con el que ha sido recibido el nombramiento de B¨¢rcena por tirios y troyanos fortalece la noci¨®n de que se trata de una designaci¨®n que lleg¨® para quedarse. Incluso si me equivoco y no fue una designaci¨®n acordada por el actual mandatario y su sucesor, el consenso que ella genera har¨ªa natural su ratificaci¨®n. En cualquier caso, una h¨¢bil decisi¨®n del presidente para dejar las cosas lo m¨¢s atadas y s¨®lidas posibles.
Y no olvidemos que la pr¨®xima administraci¨®n estar¨ªa comprometida, al menos pol¨ªticamente, a presentar un Gabinete paritario de hombres y mujeres. Algo no siempre f¨¢cil de conseguir. Lo de B¨¢rcena abonar¨ªa ya en esa direcci¨®n. Los c¨¢lidos mensajes tuiteados por Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard al hacerse p¨²blico el nombramiento son reveladores.
Habr¨ªa que ver si los siguientes cambios confirman esta estrategia. Adem¨¢s de la inminente designaci¨®n del nuevo secretario de Gobernaci¨®n, en las pr¨®ximas semanas y meses varios funcionarios dejar¨¢n sus responsabilidades para incorporarse paulatinamente a las precampa?as que suponen el relevo en los comicios de nueve gubernaturas. Eso abrir¨¢ otros huecos, algunos de los cuales ser¨¢n llenados por relevos temporales obvios, pero otros podr¨ªan dar lugar a designaciones dise?adas para poner a prueba futuros titulares de las instituciones involucradas.
Algunos ver¨¢n en toda esta estrategia la confirmaci¨®n de que L¨®pez Obrador no piensa soltar el poder y que el pr¨®ximo sexenio lo ejercer¨ªa tras bambalinas. A m¨ª me parece exactamente lo contrario. Justo porque no pretende intervenir es que desea dejar a la pr¨®xima administraci¨®n lo m¨¢s fortalecida posible. Una vez retirado L¨®pez Obrador, lo ¨²nico que podr¨ªa generar una fuerte presi¨®n que lo llevara a hacer una propuesta o un se?alamiento ser¨ªa el descalabro del proyecto pol¨ªtico de la 4T por razones atribuibles a la debilidad o a los errores de su relevo. En la medida en que su sucesor quede acompa?ado de los mejores cuadros que pueda generar el obradorismo, mayores ser¨¢n sus posibilidades para gozar del retiro que est¨¢ buscando para escribir sus reflexiones hist¨®ricas y pol¨ªticas.
L¨®pez Obrador tiene claro que el proyecto de la 4T debe caminar por sus propios m¨¦ritos o no prevalecer¨¢. Su liderazgo ha sido imprescindible para echarlo a andar, pero el movimiento no tendr¨¢ ¨¦xito si no es transexenal y consecuente con sus banderas a trav¨¦s del tiempo. Y para eso necesita un relevo capaz de mantener la legitimidad, la popularidad y la fortaleza pol¨ªtica necesarias.
Asegurar que Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Ad¨¢n Augusto L¨®pez, Ricardo Monreal, Alicia B¨¢rcena, y los que vayan sum¨¢ndose, sean columnas de este equipo es parte sustancial de su estrategia. Me parece que en lo que queda de sexenio veremos un largo periodo de transici¨®n encaminado a formar, fortalecer y ampliar a este equipo.
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