El Estado mexicano y las personas desaparecidas
Por imposici車n delictiva, corrupci車n adquirida, temores reverenciales o pura pasividad, la b迆squeda y localizaci車n ha transmutado su sentido de b迆squeda y localizaci車n para convertirse en pura administraci車n de tr芍mites
Apenas ayer, Quinto Elemento Lab public車 el reportaje de Efra赤n Tzuc sobre las desapariciones y las fosas clandestinas en M谷xico. Las primeras superan ya las 111.500 personas, y las segundas alcanzan el n迆mero de 5.696. Los de por s赤 grav赤simos datos del estudio muestran una tendencia al alza en el actual sexenio. Igualmente es dram芍tico el bajo n迆mero de personas desaparecidas que se localizaron e identificaron.
Con los n迆meros acumulados se han hecho varias cosas a partir de la despersonal...
Apenas ayer, Quinto Elemento Lab public車 el reportaje de Efra赤n Tzuc sobre las desapariciones y las fosas clandestinas en M谷xico. Las primeras superan ya las 111.500 personas, y las segundas alcanzan el n迆mero de 5.696. Los de por s赤 grav赤simos datos del estudio muestran una tendencia al alza en el actual sexenio. Igualmente es dram芍tico el bajo n迆mero de personas desaparecidas que se localizaron e identificaron.
Con los n迆meros acumulados se han hecho varias cosas a partir de la despersonalizaci車n de los seres humanos as赤 nominados. Se han comparado tasas de crecimiento por a?o, o contrastado el n迆mero de personas desaparecidas en cada uno de los 迆ltimos tres per赤odos presidenciales. La realizaci車n del primer ejercicio comparativo busca relativizar el fen車meno, mientras que el segundo pretende salvar el presente, denigrando el pasado. En cualquier caso, los juegos num谷ricos no solo se han constituido en distractores de la gravedad de lo que estamos viviendo tanto individual como colectivamente, sino que han logrado reducir parte del fen車meno a una macabra numeralia. Las personas desaparecidas, las localizadas y las identificadas son n迆meros para la autocomplacencia de un r谷gimen de gobierno o de satisfacci車n frente a los antecesores y su ominoso actuar.
En todo lo que est芍 sucediendo hay varios aspectos que debemos volver a resaltar. Por una parte est芍, desde luego, el de la grav赤sima reducci車n de una tragedia nacional a meros n迆meros. Este proceder deshumanizante se parece mucho a lo relatado por Sebasti芍n Haffner en su Historia de un alem芍n. Una situaci車n en la que, seg迆n narra la guerra, se redujo a la expresi車n num谷rica de avances, muertos, armas destruidas y otras consideraciones semejantes que, a su juicio, prepararon parte de la psicolog赤a de quienes vivieron la ※guerra del 14∪, para lo que unos a?os despu谷s habr赤a de sobrevenir como proceso y como necesidad totalitaria.
Otro aspecto al que convoca la numeraci車n de personas desaparecidas y fosas clandestinas tiene que ver con la manera en que las autoridades est芍n contendiendo con el fen車meno. Sin exigirles alt赤simos y excepcionales niveles de eficacia, es posible suponer que, con los seis a?os del periodo de Felipe Calder車n, los seis de Enrique Pe?a Nieto y los cinco de Andr谷s Manuel L車pez Obrador, las autoridades nacionales tendr赤an experiencia y capacidad para enfrentar las pr芍cticas acumuladas en esos casi diecisiete a?os. Sin embargo, lejos de encontrar esos avances o, al menos, indicios de operatividad, observamos las mismas ausencias, desatinos y pr芍cticas presentes al inicio de las propias desapariciones.
La est芍tica gubernamental apreciable en pr芍cticamente todos los niveles de nuestro estado federal nos obliga a mirar las cosas de un modo distinto, y preguntarnos 〞adem芍s de cuestionarnos por la alienaci車n impuesta en o por la numerolog赤a〞 por las causas del mantenimiento de las omisiones e incapacidades. Lo que es lo mismo, por las causas de la imposibilidad de acumular experiencia y talento en una tarea humana que todos 〞al menos ret車ricamente〞 consideramos esencial para no diluir nuestra humanidad ni nuestro sentido de colectividad.
Las hip車tesis que hasta hoy se han formulado para explicar la falta de resultados respecto de los desaparecidos, as赤 como las causas que los provocan 〞ah赤 donde vagamente o con poco 谷nfasis se han producido〞, han tenido que ver con la crueldad de los perpetradores, la culpa de las v赤ctimas por la generalizaci車n de los fen車menos violentos en el pa赤s. Adem芍s, evidentemente tienen relaci車n con una ampl赤sima y, por ende, poco 迆til apelaci車n a la falta del Estado de derecho. Lo que llama la atenci車n es que las explicaciones no se refieren a las incapacidades institucionales del Estado mexicano, no ya como posible perpetrador o aliado de perpetradores, sino como entidad encargada de resolver los problemas generados. Planteado el tema a modo de pregunta, ?c車mo explicamos la incapacidad de las autoridades nacionales para resolver un fen車meno extendido en el tiempo y en el territorio? M芍s all芍 de delitos y de delincuentes o de la connivencia entre ellos y las autoridades, ?c車mo explicar la falta de adquisici車n de capacidades institucionales para localizar e identificar personas desaparecidas y trabajar en fosas comunes?
Mis preguntas no se refieren aqu赤 a la prevenci車n de los actos delictivos o al castigo de los responsables. De un modo m芍s b芍sico 〞pero no por ello menos tr芍gico〞pregunto por la imposibilidad de actuaci車n sobre las v赤ctimas que hayan sufrido alg迆n tipo de injusticia, una vez que esta se ha llevado a cabo. Independientemente de la realizaci車n de las acciones criminales, ?por qu谷 las autoridades no son capaces de hacerse cargo de los efectos de los delitos que se cometen?
Aun cuando la respuesta puntual a esta pregunta implica aspectos organizacionales, presupuestales, t谷cnicos y de otras 赤ndoles, hay un elemento que puede dar cuenta de la ausencia de capacidades a lo largo del tiempo. La clave est芍 en lo que Marcela Turati describe en su libro San Fernando: 迆ltima parada (Aguilar, 2023). No me refiero a la informaci車n terrible de los hechos que dieron lugar a la muerte, desaparici車n o tortura de diversas personas en manos de criminales en ese municipio tamaulipeco. Tampoco aludo a los m迆ltiples relatos acerca del apoyo que los perpetradores recibieron de diversas fuerzas de seguridad federales y locales. Me refiero a la manera en la que las autoridades de los tres niveles de gobierno actuaron o dejaron de actuar una vez que las desapariciones, las torturas y las muertes se hab赤an producido.
Lo que Marcela Turati narra es el papeleo entre autoridades municipales, estatales y federales. Describe c車mo el actuar estatal se redujo al mero env赤o de papeles ineficientes, de un lugar a otro, de unas manos a otras, a sabiendas de que nada de ello habr赤a de tener sentido para la tarea de b迆squeda y localizaci車n. La repetici車n del mismo oficio para destinatarios distintos, la espera de la consabida respuesta seguida de un conjunto de pasos reiterados y reiterativos en las mismas direcciones de ida y vuelta, encapsularon el horizonte de posibilidades y capacidades funcionales de las autoridades inmersas en la b迆squeda.
Vistas con alguna perspectiva, en estas actuaciones hay varias pistas para reconocer el hilo conductor que hilvana, si no de la totalidad, s赤 al menos de una parte importante de las acciones realizadas por el Estado sobre las personas desaparecidas. Se trata de la mera administraci車n del problema para quitarle esta categor赤a y para convertirlo en un tema de mera operaci車n cotidiana, constante y regular. Por imposici車n delictiva, corrupci車n adquirida, temores reverenciales o pura pasividad, la b迆squeda y localizaci車n ha transmutado su sentido de b迆squeda y localizaci車n para convertirse en pura administraci車n de tr芍mites. En un ir y venir de papeles, llamadas o correos electr車nicos, encaminados a mostrar un hacer que, de suyo, es independiente de lo que en alg迆n momento se quiso lograr.
El Estado mexicano ha llegado a un punto en materia de desapariciones forzadas en donde su objetivo es administrar la mayor crisis civilizatoria de varias generaciones. Ante la imposibilidad de reconocer 〞y de reconocerse a s赤 mismas〞 que las autoridades nacionales est芍n subordinadas a la delincuencia o, de plano, trabajan para ella, han optado por evadirse en la circulaci車n de papeles de b迆squeda y localizaci車n, bajo la coartada de que ello es, en s赤 mismo, b迆squeda y localizaci車n. Han asumido que de ese traj赤n resultar芍, alg迆n d赤a y simult芍neamente, algo de eficacia funcional, sin evidenciar al mismo tiempo los compromisos con o las subordinaciones a quienes ya est芍n comprometidos o subordinados.
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