L¨®pez Obrador: jefe m¨¢ximo de la transformaci¨®n
Tal como Plutarco El¨ªas Calles tuvo su ¡°maximato¡± en tanto ¡°jefe supremo de la revoluci¨®n¡±, L¨®pez Obrador busca tener el suyo como ¡°jefe supremo de la transformaci¨®n¡±
La entrega del ¡°bast¨®n de mando¡± hecha por el presidente L¨®pez Obrador a Claudia Sheinbaum, produjo distintas lecturas. Hay quienes la vieron como el indebido desentendimiento de las tareas de Gobierno. Otros, una m¨¢s de las ritualizaciones carnavalescas a las que nos tiene acostumbrados. A m¨ª me parece que con tal acto el presidente quiso iniciar el periodo en el que busca ejercer el poder mediante interp¨®sita persona. Tal como Plutarco El¨ªas Calles tuvo su ¡°maximato¡± en tanto ¡°jefe supremo de la revoluci¨®n¡±, L¨®pez Obrador busca tener el suyo como ¡°jefe supremo de la transformaci¨®n¡±. S¨¦ que la historia no se repite y s¨¦ tambi¨¦n de los alcances de ¨¦sta para entender el pasado. Sin embargo, para alguien que la utiliza y pretende dialogar con ella, como es el caso del mandatario, no s¨®lo no puede pasar desapercibida esta analog¨ªa, sino que es probable que le sirva de referente cuando no, de plano, de modelo.
En los pr¨®ximos meses veremos a un Andr¨¦s Manuel que tendr¨¢ que ir dando la impresi¨®n de abandonar el poder presidencial y transferir la conducci¨®n del ¡°movimiento transformador¡± a quien vaya a sustituirlo en el cargo. Esta maniobra tiene que realizarse de cara a unas elecciones cuyos resultados a¨²n no est¨¢n definidos. El riesgo del proceso est¨¢ en que, simult¨¢neamente, tiene que lograr que L¨®pez Obrador siga siendo un presidente fuerte; que la candidata gane en las urnas, asuma el poder presidencial y el leg¨ªtimo liderazgo del movimiento para que, con todo ello encima, ¨¦l pueda ejercer el poder determinante tanto de las decisiones presidenciales como de las pol¨ªticas del propio movimiento.
Si dividimos en etapas el camino a su ¡°maximato¡±, parecen venirle al presidente jornadas dif¨ªciles. Para quien gusta de ocupar todo el espacio pol¨ªtico no debe ser simple tener que disminuirse, as¨ª sea teatralmente, para darle cabida a otra persona. Los resquemores y las desconfianzas de quien se ve a s¨ª mismo como un todo, pueden traicionarlo hasta hacerlo perder el sentido de su maniobra. Tener que salvar un Gobierno ineficiente y sometido tanto a amplias como diversificadas cr¨ªticas, es tambi¨¦n un problema para quien se ha echado a cuestas la promoci¨®n y el triunfo de una tercera persona. Adem¨¢s, siempre estar¨¢ viva la posibilidad y, lo que es m¨¢s angustiante, la idea de que el crecimiento, as¨ª como el empoderamiento de la sustituta sea tal, que termine por desplazar completamente al sustituido.
Para impedir desv¨ªos al proyecto o, al menos, para reducir el riesgo de ellos, L¨®pez Obrador ha establecido algunos candados. En un art¨ªculo reciente Emilio Lezama identific¨® dos de ellos (El Universal, 10 de septiembre de 2023). Por una parte, la revocaci¨®n del mandato presidencial a quien resulte electo; por otra, la omn¨ªmoda presencia de las fuerzas armadas. Mediante el primer mecanismo, un presidente insurrecto al jefe m¨¢ximo de la transformaci¨®n podr¨ªa ver concluido su mandato mediante el uso de formas jur¨ªdicas leg¨ªtimas por contar con el apoyo de base del movimiento. Este ¨²ltimo, a su vez, vendr¨ªa garantizado por el apoyo de las fuerzas armadas.
Adem¨¢s de estos dos medios, el mandatario va a contar con otras posibilidades disciplinarias frente a qui¨¦n, a¨²n como presidente de la Rep¨²blica, pretenda cuestionar su ¡°maximato¡±. Me refiero a los sindicatos, pensionados y empresarios beneficiados y mantenidos mediante las correspondientes redes de complicidad. Igualmente est¨¢n los gobernadores y presidentes municipales que continuar¨¢n en sus cargos despu¨¦s del 2024, o las muchas autoridades que tendr¨¢n la misma condici¨®n transexenal, incluidas las de procuraci¨®n de justicia.
El ¡°maximato¡± de L¨®pez Obrador pasa por el mantenimiento y control del movimiento frente, o ante, el presidente de la Rep¨²blica. En su proyecto, quien resulte ganador en las elecciones posiblemente vivir¨¢ en Palacio Nacional pero, como en el callismo, el que mandar¨¢ vivir¨¢ en Tlalpan o en Palenque. La entrega del bast¨®n de mando no fue un acto ritual desmesurado o folkl¨®rico. Fue un acto constitutivo de lo que L¨®pez Obrador imagina y desea para ¨¦l, su movimiento, as¨ª como su lugar en la historia. En los pr¨®ximos meses veremos cu¨¢les ser¨¢n los acomodos y las realizaciones de lo que hasta aqu¨ª parece ser un plan idealmente concebido para constituir, como hace ya casi cien a?os, un ¡°maximato¡±, cada cual hijo de su tiempo y su circunstancia.
@JRCossio
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