Que Jaime y todos vuelvan a casa
La violenta realidad de M¨¦xico es ominosa, incluso si algunas estad¨ªsticas a la baja son defendidas por el oficialismo como si fueran palabra de dios
Cuando periodistas se quedan sin palabras se debe a que falla el comunicador o falla la realidad. En el caso de Jaime Barrera falla la segunda: se queda uno demudado porque estas cosas no deben pasar incluso donde ocurre demasiado que la gente es raptada por criminales.
Jaime es un conocido colega para varias generaciones de periodistas de Jalisco y de M¨¦xico. Su fruct¨ªfera carrera le ha llevado a ser la cara m¨¢s reconocible de la televisi¨®n jalisciense. Por lo mismo, es esa persona que cada tarde y noche acompa?a a miles de familias a sobrellevar su d¨ªa.
Jaime fue raptado desde el lunes en la zona metropolitana de Guadalajara. Qui¨¦n fue, c¨®mo, por qu¨¦ y, sobre todo, d¨®nde est¨¢, c¨®mo se encuentra y cu¨¢ndo vuelve sano y salvo a los suyos son las preguntas period¨ªsticas a hacer una y otra vez en estas horas. Eso, y pedir ayuda.
Ayuda para que quien haya visto algo, diga algo; quien sepa algo, cuente a las autoridades eso que sabe. Urge. Mientras m¨¢s pronto, mejor. Por Jaime, por todos los que faltan, y por los que nos preguntamos qu¨¦ familia sigue, con renombre o sin ¨¦l, en padecer angustia.
La violenta realidad de M¨¦xico es ominosa, incluso si algunas estad¨ªsticas a la baja son defendidas por el oficialismo como si fueran palabra de dios. La privaci¨®n de la libertad de Jaime nos recuerda que el discurso gubernamental se ha divorciado de los mexicanos que no tienen guaruras.
Estamos los de a pie, y est¨¢n ellos, en los Palacios. En el caso de Jaime, la autoridad federal no cae en cuenta de una situaci¨®n particular. Barrera no es solo el presentador de Televisa, el columnista de El Informador, el padre de familia. Es adem¨¢s la cara seria y emp¨¢tica que con su voz diario llena cocinas y salas tapat¨ªas.
Ayer por la tarde manos criminales le impidieron llegar a su cita con los hogares de Jalisco.
Y en la noche, retirarse a dormir sabiendo que quien cierra el d¨ªa con ellos, con los que ven la tele para acompa?arse, para saberse una comunidad, para informarse de lo que pas¨® en su vida, supieron que en su vida ese d¨ªa pas¨® que su periodista m¨¢s visible, el m¨¢s improbable porque si a ¨¦l lo raptan a qui¨¦n no, se le impidi¨® estar en su lugar de trabajo, que es las pantallas donde dice buenas noches a sus paisanos.
A ver qu¨¦ estad¨ªstica dice que este es un evento menor. A ver qu¨¦ porcentaje de ¡°cero impunidad¡± le quita a esas familias el hueco en la panza de saber que Jaime no est¨¢ ni en su casa suya de ¨¦l, ni en la casa grande que logran ser algunos los medios regionales.
Jaime. Que te dejen volver ya. Es una demanda de todos. Tienes una cita en casa de mis padres esta tarde. Y en tantas casas m¨¢s. Y que tu retorno sea se?al de que el de muchos otros tambi¨¦n es posible.
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