La reforma al Poder Judicial, una batalla de vida o muerte para la oposici¨®n
Bloquear por bloquear la iniciativa, sin ofrecer alternativas, es la peor de las estrategias que tienen a mano los partidos opositores
Los ca¨ªdos el 2 de junio pueden resucitar. A cien d¨ªas de su mayor derrota electoral, PRI y PAN reciben una inmejorable oportunidad. Pero esos partidos, al igual que Movimiento Ciudadano, han de demostrar mucho m¨¢s que capacidad de resistencia individual para contener a Morena.
El oficialismo quiere aprobar la reforma al Poder Judicial antes del fin de semana, porque Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador quiere gritar en el Z¨®calo vivas a la muerte de la rama de Gobierno que se atrevi¨® a detenerle proyectos, enmendarle leyes, echarle abajo iniciativas.
La enjundia de AMLO es resistida por jueces, magistrados, ministros y trabajadores del Poder Judicial, que pasan de los tribunales a las calles a mucho m¨¢s que vociferar su rechazo: bloquean el Congreso en la conciencia de que no pueden delegar en nadie m¨¢s la ¨²ltima l¨ªnea de contenci¨®n.
Im¨¢genes in¨¦ditas en un sexenio convulso. Por un lado, una Suprema Corte de Justicia de la Naci¨®n fracturada, p¨²blica y sonoramente, en dos bloques de improbable reconciliaci¨®n. Por el otro, el menos p¨²blico de los poderes, decidido a paralizar el tr¨¢fico y al Legislativo.
Tard¨ªa o no, la revuelta del Poder Judicial es hist¨®rica: rechazan la imposici¨®n de una reforma que amenaza su estabilidad y la del pa¨ªs, recriminan la simulaci¨®n del di¨¢logo, reclaman mucho m¨¢s que la promesa de que se les garantizar¨¢n sus derechos laborales.
El Poder Judicial que tenemos ¡ªparafraseando la leyenda del tinglado de los foros donde se supon¨ªa iba a haber di¨¢logo sobre esta ley¡ª rechaza el Poder Judicial que el oficialismo asegura, sin negociar nada sustancial a la propuesta de L¨®pez Obrador, que todos queremos.
La primera escaramuza entre la resistencia del Judicial, a la que se sumaron estudiantes de Derecho, y las bancadas oficialistas se decant¨® a favor de estas. El mi¨¦rcoles, diputados de Morena, Partido del Trabajo y el Verde aprobaron en una cancha deportiva todo lo que les ordenaron.
Esa minuta, planchada por el oficialismo desde agosto, tuvo cambios m¨ªnimos, maquillaje enga?abobos que ofrece, a los expertos en normas, apego a ley laboral. Demasiado poco, demasiado tarde: la grey judicial no pica el anzuelo de quienes por a?os les han injuriado.
Esa desconfianza aument¨® el martes pasado por la tozudez obradorista de sesionar de inmediato y en donde fuera necesario, de privilegiar capricho a di¨¢logo, de avasallar con su mayor¨ªa en San L¨¢zaro antes de esforzarse en convencer mediante argumentos. De no negociar.
Pero si el resultado estaba cantado en la C¨¢mara de Diputados, en la que AMLO tiene una obsequiosa mayor¨ªa para cambiar la Constituci¨®n, como le venga en gana, la nueva etapa del proceso legislativo, que arranca ma?ana en el Senado, es de pron¨®stico reservado.
En la llamada C¨¢mara alta, los esca?os en manos de la oposici¨®n alcanzan para detener la intentona de Andr¨¦s Manuel de despedir su sexenio, erradicando al Poder Judicial y mandando a M¨¦xico a elegir en las urnas a todos los impartidores de justicia.
Movimiento Ciudadano, Acci¨®n Nacional y el Revolucionario Institucional suman 43* senadores, el n¨²mero que impedir¨ªa al oficialismo cualquier reforma constitucional. Esta semana cada uno de esos legisladores ratific¨® que su voto ser¨ªa en contra.
Empero, nadie, y antes que nadie la oposici¨®n misma, da por sentado que ya estuvo, que hasta aqu¨ª lleg¨® el Plan C, que la oposici¨®n unidad no ser¨¢¡ ya saben lo que sigue, que a pesar de todo el triunfalismo morenista tras el 2 de junio, no son omnipotentes.
Porque los de la oposici¨®n son 43, pero no est¨¢n unidos. M¨¢s que grupo resultan una casualidad, un premio del destino a fuerzas dis¨ªmbolas que, rumbo al 2 de junio, se atascaron en sumas ceros, en un carnaval de ocurrencias, en la falta de credibilidad de sus l¨ªderes.
Luego de la defecci¨®n de dos senadores electos bajo las siglas del extinto PRD, la ruleta electoral quiso que justo sean 43 los esca?os ocupados por la oposici¨®n, el n¨²mero m¨¢gico que podr¨ªa detener a la poderosa locomotora lopezobradorista.
Uno menos, y ese universo opositor vale pr¨¢cticamente cero. Si uno brinca a Morena, a los otros 42 no les permitir¨¢n ni apagar las luces del recinto legislativo cuando tras aprobar todo el Plan C el Senado se vaya a dormir. Uno menos y Morena ser¨¢ imparable tres a?os.
Ante ese panorama, en las pr¨®ximas horas atestiguaremos el resultado de una lucha pol¨ªtica. Est¨¢ clara la del grupo oficialista ¡ªque intentar¨¢ arrebatar una cuenta, con una le basta, del collar opositor que hasta ahora luce poderoso, pero ?qu¨¦ intentar¨¢ la oposici¨®n?
El enigma sobre qu¨¦ har¨¢n PRI, PAN y MC implica la eventualidad de que en esos partidos haya gente que privilegie lo que est¨¢ de por medio para M¨¦xico, por encima de eventuales r¨¦ditos pol¨ªticos particulares de cada organizaci¨®n en esta coyuntura.
Hay que partir del hecho de que el t¨¦rmino oposici¨®n no re¨²ne hoy a tres partidos con m¨ªnima agenda en com¨²n, y mucho menos con un acuerdo de irreductibles que les haga funcionar, en casos concretos, colegiadamente a fin de hacerse fuertes ante el obradorismo.
Esa oposici¨®n sigue instalada en la pugna que les enfrent¨® el 2 de junio. Movimiento Ciudadano y el PRI vocean sus descalificaciones, ya sea por los temas locales que se disputan en Nuevo Le¨®n, ya sea porque el primero insiste en medrar con el descr¨¦dito del segundo.
El PAN, por su parte, termin¨® su alianza electoral con el PRI soportando la cr¨ªtica interna de que tal aventura fue deficitaria, y que en el nuevo sexenio ser¨ªa m¨¢s redituable volver a los or¨ªgenes, y resistir y combatir solos y desde la derecha al estatismo morenista.
Movimiento Ciudadano, en tanto, tiene pendientes sin resolver. La catafixia electoral no le result¨® tan exitosa a Dante Delgado, que en muy inoportuna hora queda fuera del Senado. Los naranjas, y toda la oposici¨®n en la C¨¢mara alta, echar¨¢n de menos su vigor y experiencia.
De forma que si resulta un albur apostar a que cada una de las bancadas senatoriales de la oposici¨®n resistir¨¢ ¨ªntegra los embates del oficialismo ¡ªalgunos armados con ordinarios ardides pol¨ªticos, sin descartar los que se ejecutar¨¢n con recursos non sanctos¡ª, qu¨¦ decir de la duda de si entre ellos, entre los mismos opositores, no est¨¢n apostando a aguantar solo lo suficiente para que sea otro partido el que se lleve el papel de Judas. A ver qui¨¦n cae primero y ya. A eventualmente crecer de manera oportunista sobre la debilidad de otro opositor.
Resulta notable que la oposici¨®n, que en 2021 supo constituir, tras los comicios de ese a?o y un favorable acuerdo de sobrerrepresentaci¨®n, un exitoso bloque de contenci¨®n, no haya visto oportunamente tras la elecci¨®n de 2024 que pod¨ªan frenar a AMLO en el Senado.
Es muy f¨¢cil decirle Judas a los dos senadores perredistas que brincaron al barco oficial, pero esa acusaci¨®n ser¨ªa aceptable, si al menos la opini¨®n p¨²blica tuviera constancia de que los partidos opositores intentaron retenerlos mientras articulaban una estrategia, m¨¢s que para resistir, para imponer algunas condiciones. Y con 45 senadores ser¨ªan mucho menos fr¨¢giles que con 43.
Cada uno de esos dos perredistas tendr¨¢ que dar cuenta de su chaqueteo, sin duda, pero lo mismo aplica para PRI y PAN, que durante los ¨²ltimos tres meses parecieron m¨¢s ocupados en repartirse el pastel y disfrutar la derrota que les deja millones, que por trabajar sin descanso en el futuro inminente.
La sociedad mexicana llega a la hora cr¨ªtica de la votaci¨®n de la reforma judicial con una oposici¨®n que dice comprometerse con todos y cada uno de los votos que se requieren para mandar a la tumba al Plan C.
Ser¨ªa m¨¢s cre¨ªble esa promesa si adem¨¢s mostraran una articulaci¨®n de un discurso en com¨²n, una serie de propuestas para canalizar adecuadamente algo que tambi¨¦n es cierto: la mayor¨ªa vot¨® por seguir cambiando instituciones, la oposici¨®n debe ayudar a mejorar esa agenda.
Bloquear por bloquear el Plan C es la peor de las estrategias que tiene a mano la oposici¨®n. Resistir por su lado cada uno de los partidos les hace muy vulnerables; pero no ofrecer alternativas y solo bloquear lo que vot¨® la mayor¨ªa, har¨ªa que m¨¢s de uno justifique triqui?uelas para avasallarlos.
La oposici¨®n debe hacer pol¨ªtica. Entre ellos, y a favor de lo que dispuso la mayor¨ªa, incluso si los representantes de esta no agradecen, al menos no en p¨²blico, cuando les enmienden la plana redactada por el dedo de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador.
Incluido Manlio Fabio Beltrones, que ha sido marginado del PRI, pero que se autodenomina priista.
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