Sheinbaum: sin derecho a fallar
Pobres de aquellas feministas que se ven obligadas a regatearle triunfos. Sheinbaum ha dejado claro que las mujeres sabemos hacer mucho m¨¢s que pre?arnos y asentir: sabemos gobernar
M¨¦xico se viste este martes de luto y de esperanza. Gracias al legado de Madero y a la tozuda convicci¨®n democr¨¢tica del septuagenario macuspano, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador saldr¨¢ de escena. Ca?ones y trompetas. En su lugar, tomar¨¢ el tim¨®n su flamante heredera.
Claudia Sheinbaum se comprometer¨¢ a respetar la Constituci¨®n Pol¨ªtica de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ...
M¨¦xico se viste este martes de luto y de esperanza. Gracias al legado de Madero y a la tozuda convicci¨®n democr¨¢tica del septuagenario macuspano, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador saldr¨¢ de escena. Ca?ones y trompetas. En su lugar, tomar¨¢ el tim¨®n su flamante heredera.
Claudia Sheinbaum se comprometer¨¢ a respetar la Constituci¨®n Pol¨ªtica de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen, as¨ª como a desempe?ar ¡ªleal y patri¨®ticamente¡ª el cargo de presidenta de la Rep¨²blica.
No ser¨¢ la primera ocasi¨®n en que Sheinbaum jure guardar y hacer guardar la Carta Magna. Ya lo hizo antes ¡ªhombro a hombro con el reci¨¦n electo Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador¡ª, cuando asumi¨® como jefa de gobierno de la Ciudad de M¨¦xico. El juramento se multiplica y se repite.
Omitir¨¦ ahora cualquier menci¨®n a la sonrisa de oreja a oreja que entonces luc¨ªa el pol¨ªtico de Tepetit¨¢n y los orgullosos aplausos que le dedic¨® durante m¨¢s de un minuto. Ahora es turno de ella. El escenario es suyo.
All¨¢, en el pasado, en el Congreso capitalino, no hubo que afrontar la inc¨®moda necesidad de ce?ir una banda presidencial a un cuerpo femenino. ?Vaya anomal¨ªa! Doscientos a?os de vida independiente y la banda siempre encontr¨® acomodo en torsos masculinos: el emblema del poder. Los cuerpos femeninos, en cambio, fueron relegados a simbolizar justicia, templanza, sabidur¨ªa. Virtudes admirables en la periferia del mando.
Aquel d¨ªa de enero de 2018 no hubo banda presidencial, pero s¨ª un t¨ªtulo. Aquello bast¨®. Ese d¨ªa, Claudia Sheinbaum adquiri¨® una categor¨ªa que la definir¨ªa con precisi¨®n y la seguir¨ªa como eco: jefa. La jefa, con el art¨ªculo determinante en primer lugar.
La estrella del momento lleva m¨¢s de seis a?os derribando estigmas y zapeando prejuicios. La primera mujer electa como jefa de gobierno. Pobres de aquellas feministas que, por mandato o capricho, se ven obligadas a regatearle triunfos. Sheinbaum ha dejado claro, en tiempo r¨¦cord, que las mujeres sabemos hacer mucho m¨¢s que pre?arnos y asentir: sabemos gobernar.
Ya lo dec¨ªa Feinmann: una mujer inteligente es un espect¨¢culo intolerable para los mediocres, sean hombres o mujeres.
C¨®mo han pasado los a?os. La Claudia de 2018 protestaba con la mano derecha. Aquello cambi¨® a partir de la 4? sesi¨®n ordinaria del Consejo Nacional de Morena, cuando tom¨® protesta como candidata presidencial de su partido. ¡°Y, con su permiso, voy a levantar la mano izquierda¡±, resalt¨®. Los s¨ªmbolos importan.
En aquel discurso ante la Asamblea Legislativa de la capital, Sheinbaum habl¨® de la ciudad y de su historia, del mestizaje y de los ind¨ªgenas sometidos por los espa?oles: aquellos obligados a vivir en el per¨ªmetro, despojados de su centro ceremonial. Poco auguraba entonces que, para su toma de protesta presidencial, el monarca espa?ol ser¨ªa excluido ¡ªcon raz¨®n y fundamento¡ª por negarse a ofrecer disculpas por los agravios colonizadores. C¨®mo cambiaron las cosas.
Mencion¨® c¨®mo la capital hab¨ªa sido testigo de dos fen¨®menos a¨²n latentes: la conquista del voto femenino y las cruentas represiones a movimientos sociales y estudiantiles. Apenas cinco d¨ªas antes de que asuma el cargo presidencial, las demandas de verdad y justicia por el caso Ayotzinapa seguir¨ªan encendiendo las calles. Las vueltas que dio la vida.
Record¨® la solidaridad que brot¨® tras el sismo de septiembre 2017 y se comprometi¨® a ayudar a las v¨ªctimas. Cumpli¨®. Primero con una Comisi¨®n de Reconstrucci¨®n; luego, a trav¨¦s del Instituto de Vivienda de la Ciudad. Walk the talk, dir¨ªa X¨®chitl G¨¢lvez. ?X¨®chitl qui¨¦n? Sigamos¡
El alegato de Sheinbaum, m¨¢s que discurso de toma de protesta, son¨® entonces a lista de tareas y r¨¢faga de mandatos. ?Sus funcionarios? Atentos, con l¨¢piz y papel en mano: revertir la privatizaci¨®n de espacios p¨²blicos, desarrollo urbano sustentable, innovaci¨®n, memoria hist¨®rica, movilidad, derechos de las mujeres, PILARES, seguridad, inteligencia, salarios dignos para los polic¨ªas, etc¨¦tera.
Sheinbaum promet¨ªa como si a¨²n estuviera en campa?a. Porque, en el fondo, lo estaba. Se compromet¨ªa a resolver con soluciones creativas, con planeaci¨®n, no con ocurrencias ni improvisaciones. Claudia afirmando ser Claudia: una perfeccionista impulsada por la misma fuerza y obstinaci¨®n que el impar l¨ªder que la antecede.
Como esto no es panfleto ni aplauso, no voy a replicar aqu¨ª los logros que la pr¨®xima presidenta recit¨® por una hora entera en su ¨²ltimo informe de gobierno en la Ciudad de M¨¦xico. Vaya usted mismo a comprobarlos. Solo dir¨¦ que, a veces, da la impresi¨®n de que Claudia viaj¨® del futuro al pasado, solo para prometer lo que ya hab¨ªa cumplido.
Eso nos pasa por no prestar atenci¨®n. Bastaba con revisar aquel discurso de toma de protesta de Sheinbaum como jefa de gobierno para tenerlo claro. Cu¨¢ntos brincos ¡ªy corajes a Marcelo¡ª nos habr¨ªamos ahorrado.
Con todo, la Claudia que tom¨® protesta aquella vez y la que veremos el primero de octubre son dos mujeres distintas: en temple, experiencia y seguridad. A su favor juegan los a?os al frente de la capital, la contienda interna, la campa?a y las ¨²ltimas giras junto al presidente saliente. Un curso expr¨¦s para la alumna m¨¢s avispada, la mejor, la preferida por el viejo profesor
?Estar¨¢ su crecimiento a la altura del reto que le espera? A partir de este martes, Sheinbaum Pardo gobernar¨¢ a catorce veces m¨¢s personas que las que habitan en la Ciudad de M¨¦xico. La pregunta es inevitable: ?ha crecido ella en esa misma proporci¨®n?
Razones para comenzar el sexenio con esperanza sobran. La ciudad fue apenas un ensayo. Adem¨¢s, se ha llevado a los suyos. Quien obr¨® milagros en seguridad liderar¨¢ la estrategia nacional. Quien nos coloc¨® en la cima de la movilidad mundial se encargar¨¢ de los trenes. La que hac¨ªa sumas sin errar un solo decimal tomar¨¢ las riendas de nuestras emproblemadas empresas energ¨¦ticas. ?Y el genio de los datos? A la Agencia de Transformaci¨®n Digital.
Ma?ana el pa¨ªs entero estar¨¢ mirando: el rico junto al pobre, el ingeniero al lado del agricultor, el juez junto al jornalero, el prohombre y el gusano, el noble y el villano. Todos la veremos asumir el cargo con la confianza de quien todo lo puede. De quien, como dir¨ªa Pellicer, lleva en s¨ª misma aguas, naves, luz y remos.
La expectativa es inmensa. No solo porque va subida en hombros de gigantes, sino porque es ¡ªentre nosotras¡ª la primera. A ella le toca proteger lo construido y pavimentar el porvenir.
No tiene derecho a fallar.
Y si lo hiciere, que el pueblo se lo demande.