Morena se emancipa de L¨®pez Obrador
El partido oficialista encara la nueva etapa sin su l¨ªder con su m¨¢xima cota de poder en 10 a?os y el desaf¨ªo de llenar el vac¨ªo que deja su marcha
Durante a?os result¨® imposible imaginar el futuro del partido sin su fundador. La esencia de Morena y el liderazgo de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador han formado durante una d¨¦cada un todo indistinguible que ha marcado a fuego la vida del movimiento hasta llevarlo a conquistar su m¨¢xima cota de poder: el Ejecutivo, la mayor¨ªa calificada en el Legislativo y 24 de las 32 gubernaturas. El carisma irresistible e implacable del presidente, de 70 a?os, abandona la primera l¨ªnea pol¨ªtica cuando el partido est¨¢ en la cresta de la ola. Deja tras de s¨ª un arsenal de triunfos sin parang¨®n, pero tambi¨¦n un vac¨ªo que nadie puede ni quiz¨¢ quiera sustituir. Morena se recompone para hacer frente a esta nueva etapa con un equipo m¨¢s joven y varios retos por delante: profundizar el legado del viejo dirigente, hacer frente a la formaci¨®n pol¨ªtica de los cuadros que toman el relevo y definir la relaci¨®n con el Gobierno de la pr¨®xima presidenta, Claudia Sheinbaum, que ya anticipa algunos cambios.
No es una tarea f¨¢cil y esta vez se enfrentan a ella sin la direcci¨®n de quien sosten¨ªa la batuta. ¡°El primer paso es cubrir el espacio que ocupa hoy de manera eclipsante el gran liderazgo del presidente¡±, expone el diputado morenista Gabriel Garc¨ªa, secretario de Organizaci¨®n en las fases iniciales del partido. ¡°Deja un vac¨ªo muy grande que solamente puede ser cubierto no por una persona, sino por miles de peque?os n¨²cleos organizados¡±, sugiere. El partido y sus plataformas se perfilan como el verdadero sucesor de L¨®pez Obrador, m¨¢s all¨¢ de los liderazgos puntuales, una idea en la que tambi¨¦n coincide el diputado capitalino H¨¦ctor D¨ªaz Polanco, miembro del Consejo Consultivo de Morena desde 2012. ¡°El movimiento tiene que prepararse, porque tendr¨¢ que depender de sus propias capacidades sin este liderazgo tan fuera de serie¡±, incide.
El partido debe echarse a sus hombros lo que antes reca¨ªa sobre los de L¨®pez Orador, y emanciparse del padre implica, entre otras cosas, desarrollar m¨¦todos de participaci¨®n que han quedado opacados por los imperativos electorales que han marcado el paso del partido casi desde su fundaci¨®n. ¡°La caracter¨ªstica fundamental de los estatutos es una amplia participaci¨®n de los militantes, y esto se fue atenuando o cambiando de car¨¢cter. Los militantes pasaron a ser activistas electorales¡±, resume D¨ªaz Polanco. ¡°Es completamente entendible, por los ciclos electorales casi continuos, pero ahora podr¨ªan recuperarse, por ejemplo, las asambleas distritales¡±, propone. Desde la flamante Ejecutiva apuntan que la idea es hacer un comit¨¦ nacional ¡°de puertas abiertas¡±, que est¨¦ orientado a apoyar a la militancia y que abra el espacio a quienes quieren participar, pero ¡°han desconfiado de c¨®mo incidir pol¨ªticamente¡±, a la espera de ver en qu¨¦ se concreta.
Las exigencias electorales, junto con la supervisi¨®n constante de un l¨ªder que ha buscado evitar a toda costa los posibles desgastes de un enfrentamiento interno, han dirigido el proceso de sucesi¨®n del partido hacia la generaci¨®n de un consenso que garantice la unidad m¨¢s que a la contraposici¨®n de candidaturas. Lejos quedan ya las agitadas elecciones de 2020. ¡°Aparentemente la renovaci¨®n fue muy sencilla, se evitaron disidencias internas¡±, se?ala Gustavo Mart¨ªnez, investigador de la UNAM especializado en partidos. ¡°Hay muchos acuerdos internos, mucho tejido fino y procesos de negociaci¨®n muy voluntaristas al interior, pero no hay reglas. Morena tiene el reto de rutinizar los procesos internos, de toma de decisiones¡±, desarrolla.
Los estatutos marcan la celebraci¨®n de un congreso nacional ordinario cada tres a?os, pero se han convocado siete, contando los extraordinarios, en sus diez a?os de vida, una muestra del camino que le queda por recorrer hasta lograr estabilizarse del todo. Para Gabriel Garc¨ªa, esta forma de relevo consensuado es en cierta medida superior a la disputa electoral, porque hace que todo el mundo empuje hacia el mismo lado sin renunciar a las decisiones colegiadas. ¡°En este momento son necesarios esa clase de consensos¡±, advierte, ¡°porque una de las maldiciones de los movimientos de izquierda en el pa¨ªs y en Latinoam¨¦rica es el divisionismo. Todos son amigos del alma hasta que compiten por el mismo puesto¡±, ironiza.
Este es, quiz¨¢, el ¨²ltimo regalo de L¨®pez Obrador al partido, aunque haya sobrevolado el proceso con cierta distancia: una transici¨®n tranquila sin m¨¢s sobresaltos que su propia retirada. Morena se lo ha devuelto con otro regalo: una Ejecutiva m¨¢s joven, que refleja la voluntad de recambio generacional prometida desde la elecci¨®n del propio nombre de la formaci¨®n ¨DMovimiento de Regeneraci¨®n Nacional¨D, pero tambi¨¦n muy fiel a los postulados del presidente saliente. Las miradas est¨¢n puestas en Luisa Mar¨ªa Alcalde y Andy L¨®pez Beltr¨¢n ¨Dhijo del presidente¨D, ambos por debajo de los 40 a?os, que asumen los cargos m¨¢s importantes y representan perfiles marcadamente lopezobradoristas, aunque con una relaci¨®n igualmente cercana con la nueva mandataria.
Otros cargos, no obstante, tambi¨¦n despiertan inter¨¦s. ¡°Hay una representatividad de las distintas entidades¡±, valora Alberto Espejel, de la UNAM, experto en la vida intrapartidista mexicana: un reflejo de los recorridos a lo largo de la Rep¨²blica que han caracterizado el liderazgo del presidente en estos a?os. ¡°Hay gente de Campeche, de Veracruz, de otras entidades federativas, y eso suele ser interesante. Hay gente de la Ciudad de M¨¦xico, como Camila Mart¨ªnez (nueva secretaria de Comunicaci¨®n, de 27 a?os), que se ha caracterizado por la cr¨ªtica al c¨¢rtel inmobiliario y la defensa del derecho a la vivienda, reivindicaciones que escapan a las tradicionales del lopezobradorismo¡±, puntualiza. Hay, en definitiva, ¡°continuidad con cambio¡±, el lema repetido hasta la saciedad por el partido oficialista, y una vocaci¨®n de que todas las facciones se sientan representadas en el interior del partido.
El recambio generacional convoca el entusiasmo de los afines, pero tambi¨¦n representa el desaf¨ªo de sobreponerse a la falta de experiencia pol¨ªtica. ¡°A m¨ª me da la impresi¨®n de que va a ser un grave problema m¨¢s adelante¡±, vaticina Alberto Espejel: ¡°Es un partido que de inmediato tuvo muchas exigencias electorales, y eso llev¨® a que le dedicara muy poco a la formaci¨®n. Los cursos que tiene son m¨¢s propios de la arenga, de la consigna¡±. El tiempo que se inaugura ahora, sin un ciclo electoral esperando a la vuelta de la esquina y sin un hiperliderazgo que sirva como parche, ofrece la oportunidad de reforzar ese campo, concede H¨¦ctor D¨ªaz Polanco. ¡°Estamos en una especie de experimentaci¨®n que ha sido muy ¨²til, muy interesante, pero impactada por esas necesidades. Ahora hay que poner m¨¢s ¨¦nfasis en la formaci¨®n t¨¦cnica para la acci¨®n de gobierno¡±, considera, y apunta al Instituto Nacional de Formaci¨®n Pol¨ªtica del partido, que estima que ha tenido un buen desempe?o.
Al diputado Gabriel Garc¨ªa, sin embargo, no le preocupa ese desaf¨ªo, le ¡°entusiasma¡±. ¡°Se le est¨¢ dejando a los j¨®venes esa gu¨ªa que ya est¨¢ trazada y que cost¨® mucho para llegar a este estatus de democracia¡±, dice: ¡°Tienen la historia del movimiento, ya pudieron percatarse de la forma de organizaci¨®n pac¨ªfica, que es lo que puede llevar a la c¨²spide de los objetivos pol¨ªticos¡±.
Esa convicci¨®n sobre el poder de los propios h¨¢bitos no es est¨¢tica sino que se propone ser un motor que mantenga al movimiento din¨¢mico y consciente de los peligros que acechan en el estancamiento, como una posible priizaci¨®n del partido, un riesgo que ninguno de estos morenistas hist¨®ricos minimiza. ¡°Las personas que llegan al poder, y ah¨ª no hay distinciones, pueden cometer el error de la arrogancia o de la soberbia¡±, reconoce Garc¨ªa, ¡°ese problema lo enfrentan todos los sistemas pol¨ªticos¡±. ¡°Lo que nos ense?¨® este proceso es que lo tienes que estar renovando de manera continua. Si somos democr¨¢ticos, no vamos a ser un nuevo PRI¡±, juzga. ¡°Ese riesgo siempre existe, ser¨ªa insensato no reconocerlo¡±, abunda D¨ªaz Polanco, ¡°porque la capacidad de absorci¨®n e incluso de subordinaci¨®n del Estado es realmente poderosa¡±. Por eso, dice, le ¡°reconforta¡± que Claudia Sheinbaum, a punto de jurar el cargo de presidenta de la Rep¨²blica, haya advertido sobre ese peligro en el Congreso del domingo pasado.
La llegada de la mandataria augura un nuevo tiempo en las relaciones con el Gobierno. Si L¨®pez Obrador se fundi¨® con la esencia del partido hasta ser uno, Sheinbaum busca separar y dar autonom¨ªa a la organizaci¨®n frente a los retos del Ejecutivo. No ser¨ªa la primera vez: en su experiencia como jefa de Gobierno de la capital, destacan los analistas, ya prioriz¨® la gesti¨®n p¨²blica frente a la gesti¨®n de la vida interna del partido, territorio lopezobradorista hasta el ¨²ltimo d¨ªa.
¡°La separaci¨®n del Gobierno y el partido nos va a dar legitimidad¡±, defiende Gabriel Garc¨ªa. ¡°Si lo llevamos a la pr¨¢ctica, vamos a estar dando un paso en los avances democr¨¢ticos. No va a haber necesidad de orientar al partido porque el partido debe ser un instrumento de la sociedad¡±, detalla. D¨ªaz Polanco concuerda, pero matiza: ¡°Ahora el partido tiene que tomar sus propias decisiones, pero no implica que no haya puentes. La organizaci¨®n debe prepararse para desarrollar su propio proceso interno de ideas y propuestas, de tal manera que la influencia sea m¨¢s del partido hacia el Gobierno y hacia el Estado, que a la inversa¡±.
Todo el mundo parece tenerlo claro sobre el papel, otra cosa ser¨¢ la pr¨¢ctica. En tres a?os, el partido enfilar¨¢ la selecci¨®n de candidaturas para los comicios intermedios, justo en el ecuador del mandato de Sheinbaum y con un L¨®pez Obrador, en principio, alejado del escenario pol¨ªtico. Las miradas, que hoy se dividen entre el mandatario saliente y la presidenta entrante, se posar¨¢n ¨²nicamente sobre ella. ¡°Ser¨ªa un error de parte de Sheinbaum dejar completamente en la orfandad al partido¡±, advierte Alberto Espejel. ¡°Si se mantiene la postura de cuidar el legado de Andr¨¦s Manuel, el partido se va a volver un grillete de fuerza para tomar decisiones¡±, agrega Gustavo Mart¨ªnez. Entonces se pondr¨¢n a prueba los engranajes que ahora inician su fase preliminar. Tambi¨¦n se ver¨¢ si el partido ha aprendido a volar solo, o sigue buscando la mano directora de su principal gu¨ªa.
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