Un lustro sin avances: el fracaso en la lucha contra la desigualdad en los hogares mexicanos
Las mujeres dedican 24 horas semanales m¨¢s que ellos a las tareas dom¨¦sticas, una cifra que apenas ha variado desde 2014
Pasa el tiempo y la desigualdad entre hombres y mujeres se antoja inmutable en M¨¦xico, sobre todo de puertas adentro, en lo que concierne al trabajo del hogar, donde ellas dedican 24 horas y media m¨¢s a la semana que sus compa?eros. En general, las mujeres trabajan 6,2 horas semanales m¨¢s, pero en las tareas dom¨¦sticas la diferencia es enorme. Los cuidados de ni?os, ancianos o discapacitados tambi¨¦n siguen siendo eminentemente femeninos, pues ellas duplican o triplican, seg¨²n los casos, el tiempo que emplean sus parejas a atender a la familia.
La encuesta para 2019 elaborada por el Instituto Nacional de Estad¨ªstica y Geograf¨ªa (Inegi) y el Instituto de la Mujer apenas muestra diferencias respecto a la de 2014, si acaso un ¡°¨ªnfimo¡± avance. "La sobrecarga en estos quehaceres que soporta la mujer ¡°limita su acceso al mercado laboral remunerado y por tanto a su independencia econ¨®mica¡±, ha dicho este jueves la presidenta de Inmujeres, Nadine Gasman. Finalmente, lo que ocurre en la casa lastra tambi¨¦n la equidad fuera de ella.
La desigualdad de g¨¦nero, es decir, los desempe?os que la cultura y la tradici¨®n adjudican a las mujeres y a los varones tiene un peso desmesurado a¨²n en la sociedad mexicana. Ello se observa con claridad cuando los resultados aparecen disgregados por la ocupaci¨®n principal sean hombres o mujeres. La brecha es grande entre sexos cuando ambos trabajan fuera de casa. Ellas siguen completando su jornada remunerada semanal con otras 26 horas dom¨¦sticas frente a las 11 que dedican los varones. No se sienten concernidos por las tareas del hogar, parece decir la encuesta. De ah¨ª el alto precio que la mujer independizada econ¨®micamente est¨¢ pagando.
Pero la diferencia de horas es a¨²n m¨¢s acusada cuando ambos c¨®nyuges est¨¢n en casa sin empleo remunerado. Se dir¨ªa que en esa situaci¨®n ellos podr¨ªan colaborar m¨¢s en la limpieza o el cuidado de los ni?os y ancianos, pero no es el caso. Sorprendentemente, la diferencia es a¨²n mayor, seguramente porque se da en poblaciones con menos estudios y m¨¢s influidas por los roles tradicionales. La ama de casa destina entonces 32 horas de trabajo frente a las 12 del se?or de la casa. ?A qu¨¦ se dedican esos hombres? Edgar Vielma, director de Estad¨ªsticas Sociodemogr¨¢ficas del Inegi, acude a una imagen cl¨¢sica. ¡°Quiz¨¢ est¨¢n en el sof¨¢ viendo la tele con la cerveza en la mano¡±, dice. ¡°Consideran que esos oficios no son cosa suya¡±. O quiz¨¢ trabajan en el campo para la subsistencia del hogar pero nadie les paga por ello.
Cuando los roles de g¨¦nero son marcados, el hombre suele considerar que su trabajo es el de proveedor, explica Vielma tambi¨¦n, es decir, traer el sustento a casa. Si eso no ocurre, debido, por ejemplo, a una crisis econ¨®mica y la p¨¦rdida de empleo, el var¨®n traslada al hogar ¡°su posici¨®n de jefe¡± o simplemente se amarga por verse emasculado y no trabajara en lo que no entiende propio de su sexo. En ambos casos la situaci¨®n se complica y puede dar lugar a conflictos y violencia.
La encuesta que este jueves han presentado el Inegi y el Inmujeres se efectu¨® entre el 21 de octubre y el 1 de diciembre del a?o pasado en 26.631 viviendas y m¨¢s de 712.000 personas mayores de 12 a?os, por lo tanto sus resultados tambi¨¦n revelan lo que pasa entre adolescentes, j¨®venes y jubilados. El ¨¢mbito f¨ªsico abarca zonas urbanas, rurales y poblaciones ind¨ªgenas. Los hombres declaran en su mayor¨ªa que colaboran en la casa (un 95,7%) pero las horas que dedican desinflan las expectativas: 11, 6 semanales frente a 30,8 de las mujeres. Y no hay diferencia estad¨ªstica significativa con lo que ocurr¨ªa en 2014.
Respecto a los cuidados de los hijos, las madres pr¨¢cticamente duplican el tiempo de dedicaci¨®n. Y ahora con la pandemia han a?adido un nuevo oficio, ¡°el de maestras¡±, ha dicho Gasman. Aunque el Inegi no ha interrogado sobre este periodo, s¨ª hay algunas encuestas que revelan que quienes ha arrostrado con los estudios en el hogar de los ni?os confinados han sido, en m¨¢s del 90% de los casos, las madres.
Apenas en algunos apartados en los que han sido consultados, por ejemplo en el mantenimiento del hogar, es decir, cambio un foco que se ha fundido, arreglo una puerta que no cierra bien o reparo una tuber¨ªa que gotea, es donde los hombres doblan el tiempo que dedican a ello frente a sus parejas. Y en el trabajo de apoyo a otros hogares y voluntario es donde los varones cierran un poco la sonrojante brecha de la desigualdad. Pero no hay que lanzar las campanas al vuelo, porque, seg¨²n explica Vielma, en ese enunciado se incluyen, por ejemplo, los traslados de los padres ancianos al m¨¦dico o de los ni?os al colegio, justo lo que les agarra de camino al ir al trabajo. Pero la lavadora que la ponga Lupita.
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