Estallido en L¨ªbano
El Gobierno liban¨¦s debe abordar las causas econ¨®micas del profundo descontento social
Los violentos choques registrados entre manifestantes y el Ej¨¦rcito liban¨¦s en Tr¨ªpoli son la cristalizaci¨®n de una desesperada situaci¨®n econ¨®mica agravada por las medidas que han sido adoptadas para luchar contra el coronavirus. L¨ªbano, un pa¨ªs instalado en un complicad¨ªsimo y precario equilibrio social e institucional, asiste a un estallido social en una de sus principales ciudades para el que no parece servir ninguna soluci¨®n expeditiva.
Con menos de 30 muertos y algo m¨¢s de 700 contagiados por la covid-19, lo que se presenta como una exitosa gesti¨®n contra la pandemia ha tenido el efecto secundario de asestar un golpe letal a la econom¨ªa tanto general ¡ªya antes de la pandemia L¨ªbano ten¨ªa una deuda p¨²blica del 150%, una de las m¨¢s altas del mundo¡ª como dom¨¦stica, con una inflaci¨®n disparada, despidos masivos y una proporci¨®n importante de la poblaci¨®n con problemas inmediatos para garantizar un m¨ªnimo nivel de subsistencia. Esta mezcla explosiva ha estallado en Tr¨ªpoli con al menos un fallecido, centenares de heridos y comercios y bancos saqueados. La advertencia de la Liga ?rabe de que L¨ªbano ¡°se est¨¢ deslizando hacia lo desconocido¡± no deber¨ªa ser considerada como una declaraci¨®n ret¨®rica sino como un aviso de lo r¨¢pido que se puede degradar la situaci¨®n en esa naci¨®n milenaria.
L¨ªbano ha atravesado desde hace d¨¦cadas situaciones extremas que van desde la guerra civil hasta invasiones extranjeras, pasando por magnicidios. Todo esto en el marco de un complejo sistema de equilibrios ¡ªcon reflejo en el reparto institucional¡ª culturales, religiosos y pol¨ªticos en el que, en la actualidad, destaca la importante presencia del partido-milicia Hezbol¨¢, de religi¨®n chi¨ª y respaldado por Ir¨¢n, cuya rama militar figura en las listas de organizaciones terroristas de varios pa¨ªses europeos. Pero adem¨¢s, L¨ªbano ha soportado en solitario sucesivas oleadas de refugiados procedentes del conflicto sirio. Una situaci¨®n de tensi¨®n casi permanente que hace f¨¢cil un estallido social.
El primer ministro liban¨¦s, Hasan Diab, ha se?alado que los choques y saqueos est¨¢n orquestados, aunque sin especificar por qui¨¦n. Pero a¨²n entendiendo la urgencia de restablecer el orden, el Gobierno no deber¨ªa utilizar al Ej¨¦rcito contra la poblaci¨®n civil si pretende que las aguas vuelvan a su cauce. Y una vez conseguido esto, es preciso que el Ejecutivo ¡ªy con ¨¦l una desprestigiada clase pol¨ªtica¡ª aborde con urgencia la situaci¨®n de una ciudadan¨ªa asfixiada por la situaci¨®n econ¨®mica y encolerizada por lo que considera una corrupci¨®n rampante. Por su parte la comunidad internacional acertar¨ªa al ayudar a L¨ªbano ¡ªpa¨ªs estrat¨¦gico para la seguridad en Oriente Pr¨®ximo¡ª a mejorar su situaci¨®n y alejar el fantasma de la inestabilidad.
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