La hora de la responsabilidad

Hasta ahora, hemos hecho la parte m¨¢s f¨¢cil del proceso: quedarnos en casa. Nos queda lo m¨¢s dif¨ªcil: salir a la calle. Y el ¨¦xito de esta fase solo depender¨¢ de nosotros. Nos jugamos el futuro, nuestro futuro. Tenemos que evitar contagiar y ser contagiados para poder acabar con esta pesadilla. Nuestra conducta ser¨¢ decisiva. No cabe echar la culpa al Gobierno ni al resto de pol¨ªticos por lo que est¨¢ en nuestra mano.

Por eso, es muy importante que actuemos con responsabilidad. Si hasta ahora se dec¨ªa que los h¨¦roes eran los que se quedaban en casa, a partir de ma?ana, los nuevos h¨¦roes ser¨¢n los que vayan con mascarilla, los que guarden los dos metros de distancia, los que se laven las manos a menudo, los que eviten contagiar y ser contagiados.

No tiene sentido quejarse de los pol¨ªticos, ni de los epidemi¨®logos, ni de la OMS, por muchas razones que tengamos para ello, cuando nosotros mismos no somos capaces de hacer lo m¨¢s sencillo. Dejemos de quejarnos y pong¨¢monos a trabajar. Si algo se ha puesto de manifiesto en esta pandemia es que saldremos de ella si actuamos como un equipo. Todos dependemos de todos. Si persisten los contagios, perderemos a m¨¢s personas y habr¨¢ m¨¢s v¨ªctimas sociales porque no ser¨¢ posible reactivar la econom¨ªa. Y si esto ocurre ser¨¢ porque, como equipo, habremos hecho las cosas mal.

Somos un pa¨ªs extraordinariamente competitivo. Nuestros deportistas destacan en sus especialidades. La capacidad de superaci¨®n forma parte de nuestro ADN como espa?oles. Pong¨¢monos el reto de cero contagios en los pr¨®ximos catorce d¨ªas. Demostremos al mundo de lo que somos capaces. Habr¨ªamos fracasado como equipo.

Juan Vives Ruiz, Madrid