Asistencia comunitaria
Es el momento de abordar reformas demasiado tiempo postergadas en el ¨¢mbito sanitario
La clausura del hospital de campa?a habilitado en el recinto de Ifema en Madrid se ha convertido en un s¨ªmbolo ambivalente de la fase en la que ahora entramos: el cierre significa por un lado el gran alivio de haber superado el pico de la epidemia sin que el sistema sanitario haya llegado al temido colapso, pero por otro, el mismo acto de clausura se convirti¨® en un ejemplo de los riesgos de un desconfinamiento imprudente. Los llamamientos a la responsabilidad individual con los que las autoridades sanitarias piden la colaboraci¨®n ciudadana para vencer al virus se vieron el viernes gravemente empa?adas por una celebraci¨®n oficial organizada con irresponsable frivolidad que puso en peligro a los asistentes y se convirti¨® en el ejemplo de lo que no se debe hacer.
Cumplir escrupulosamente las medidas de distanciamiento social y redimensionar el sistema sanitario son los dos grandes retos de esta nueva fase. La extraordinaria capacidad de adaptaci¨®n que ha demostrado la red sanitaria para triplicar el n¨²mero de camas de UCI en los lugares m¨¢s afectados y atender la avalancha de enfermos de covid-19 se ver¨¢ sometida ahora a una nueva prueba, cuando los hospitales y centros de salud tengan que asumir la atenci¨®n de miles de pacientes cr¨®nicos suspendida por la pandemia y que ya no admite m¨¢s demoras. Todo ello con la complicaci¨®n de tener que mantener dos circuitos asistenciales diferenciados, uno para enfermos de covid-19 y otro para el resto.
Es de vital importancia que los hospitales mantengan planes operativos que les permitan ampliar los dispositivos r¨¢pidamente en caso de rebrote y dotar de muchos m¨¢s recursos a la Asistencia Primaria, pues de ella depender¨¢ ahora el control de la epidemia.
Los centros de salud deber¨¢n asumir al mismo tiempo la avalancha de pacientes cr¨®nicos postergados y el control de nuevos contagios con el correspondiente seguimiento de contactos para frenar las cadenas de transmisi¨®n, adem¨¢s de gestionar la encuesta serol¨®gica que ha de permitir saber cu¨¢nta poblaci¨®n se ha infectado. Todo eso requiere muchos m¨¢s medios humanos y tecnol¨®gicos de los que ahora dispone. La Asistencia Primaria fue el nivel asistencial que sufri¨® el mayor recorte presupuestario a causa de la crisis (un 16% entre 2009 y 2014) y se encuentra especialmente debilitada en las dos comunidades con m¨¢s afectados y m¨¢s riesgo de reca¨ªda, Madrid y Catalu?a. Es el momento de abordar reformas demasiado tiempo postergadas. Adem¨¢s de ampliar considerablemente las plantillas, es preciso dotar a sus profesionales de mayor capacidad diagn¨®stica y de acceso a las pruebas m¨¦dicas, y habilitar mecanismos de telemedicina que permitan desburocratizar la actividad asistencial. Hasta ahora, los esfuerzos se han centrado en la asistencia hospitalaria. Ahora es el turno de la asistencia comunitaria.
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