El mismo mundo bello y feliz
Lo que ocurri¨® tras la II Guerra Mundial poco tiene que ver con la pandemia del coronavirus
Se habla con frecuencia de estar librando una guerra contra el coronavirus. Tambi¨¦n se ha dicho que las consecuencias econ¨®micas tras el paso de esta pandemia ser¨¢n semejantes a las que provoc¨® la II Guerra Mundial. Hoy, cuando se recuerda el 75? aniversario de la rendici¨®n incondicional de la Alemania de Hitler, toca rascar un poco en el muro del olvido y abrir una rendija para mirar y poder hacerse as¨ª una idea de lo que ocurri¨® entonces. Europa, por no ir muy lejos, se hab¨ªa convertido en un enor...
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Se habla con frecuencia de estar librando una guerra contra el coronavirus. Tambi¨¦n se ha dicho que las consecuencias econ¨®micas tras el paso de esta pandemia ser¨¢n semejantes a las que provoc¨® la II Guerra Mundial. Hoy, cuando se recuerda el 75? aniversario de la rendici¨®n incondicional de la Alemania de Hitler, toca rascar un poco en el muro del olvido y abrir una rendija para mirar y poder hacerse as¨ª una idea de lo que ocurri¨® entonces. Europa, por no ir muy lejos, se hab¨ªa convertido en un enorme paisaje devastado por el que vagaban grupos de gentes que buscaban unas comunidades que hab¨ªan desaparecido: ya no exist¨ªa aquel mundo bello y feliz de antes de la guerra. Las instituciones no funcionaban, el dinero no ten¨ªa ning¨²n valor, no hab¨ªa ni ley ni orden. Por las calles deambulaban hombres armados, las mujeres eran violadas, ni?os abandonados se buscaban la vida. La moral qued¨® entre par¨¦ntesis: se hac¨ªa cualquier cosa por un trozo de pan. Entre 1945 y 1947, se realizaron enormes operaciones de limpieza ¨¦tnica.
As¨ª es la guerra, y los desbarajustes que produce son, a veces, incluso dif¨ªciles de concebir. Un periodista brit¨¢nico, Leonard Mosley, que viajaba por Alemania para contar lo que estaba pasando tras la capitulaci¨®n, se qued¨® estupefacto ante los saqueos y la violencia que se produjeron sin ning¨²n motivo aparente en Hannover. Explic¨® que una multitud entr¨® en un almac¨¦n como un torbellino con el af¨¢n de llevarse lo que encontrara. Era un almac¨¦n de picaportes y, por tanto, se llevaron los picaportes a espuertas. Pero no solo se los llevaban; se peleaban a golpes por ellos. Mosley vio a un trabajador extranjero que hizo tropezar de una zancadilla a una chica y le quit¨® los picaportes tras propinarle una sarta de patadas que la hicieron sangrar. ¡°Despu¨¦s sali¨® corriendo por la calle. A medio camino pareci¨® recuperar la cordura; mir¨® los objetos que llevaba y con un gesto visible de desagrado los tir¨®¡±.
La an¨¦cdota la recoge el historiador brit¨¢nico Keith Lowe en Continente salvaje, donde aborda lo que ocurri¨® en Europa tras la II Guerra Mundial. El libro pone los pelos de punta: ciudades destruidas, enormes cantidades de desplazados, la conciencia del horror tras el descubrimiento de los campos nazis de exterminio, las campa?as de odio, los ajustes de cuentas, la m¨¢s abyecta deshumanizaci¨®n. ¡°En K?nigsberg, los soldados sovi¨¦ticos ataban las piernas de las mujeres alemanas a dos coches distintos que se alejaban en direcciones opuestas, rasg¨¢ndolas literalmente por la mitad¡±.
Las cifras del monumental desprop¨®sito de la guerra marean: la Uni¨®n Sovi¨¦tica perdi¨® 47 millones de personas, y ah¨ª est¨¢n los casi seis millones de jud¨ªos asesinados una vez que Hitler puso en marcha la Soluci¨®n Final. Las estad¨ªsticas son muy imprecisas, explica Lowe, que procura ser muy cuidadoso con ellas y es que, afirma, cada cifra tiene una historia detr¨¢s. No puede apuntarse a la ligera. Como tampoco deber¨ªa utilizarse con tanta desenvoltura la palabra ¡°guerra¡± para hablar de la lucha contra la actual pandemia. La venganza es una de sus peores derivadas. A las mujeres malas que hab¨ªan puesto los cuernos a la naci¨®n por acostarse con soldados alemanes, les afeitaban en Francia la cabeza para humillarlas p¨²blicamente. ?Qu¨¦ ocurrir¨¢ entonces si se derrota al nuevo enemigo? ?Se sentar¨¢ a esa microsc¨®pica criatura ante la mirada de una multitud airada y de un tajo se le volar¨¢n todas sus antenas?