Plan anticrisis
Objetivos de la legislatura, reactivar la demanda y el consumo
Hay un amplio consenso entre las instituciones y los economistas sobre el alcance destructivo del colapso econ¨®mico causado por la epidemia de covid-19. Las estimaciones de Bruselas apuntan a una ca¨ªda del PIB europeo este a?o del 7,7%, con una recesi¨®n ¡°a dos velocidades¡± que afectar¨ªa m¨¢s intensamente a Espa?a e Italia. M¨¢s que hablar de recesi¨®n quiz¨¢ habr¨ªa que conceptualizar lo que est¨¢ ocurriendo como una depresi¨®n, por su profundidad. Las previsiones europeas para Espa?a coinciden, con d¨¦cimas de diferencia, con las expuestas por el Gobierno y por la Autoridad Fiscal Independiente (Airef) y son coherentes con el hundimiento del empleo en Espa?a apuntado por el paro registrado en abril. Aunque todav¨ªa es pronto para un control detallado de da?os, en dos meses el n¨²mero de parados ha subido en m¨¢s de 600.000 personas y la Seguridad Social ha perdido en torno a un mill¨®n de cotizantes. Si se tiene en cuenta que queda al menos un mes de par¨¢lisis parcial de la econom¨ªa, no es aventurado suponer que los costes en empleo y afiliaci¨®n puedan duplicarse durante este periodo,
Hay que prestar atenci¨®n a las descripciones complementarias de la crisis firmadas por la Comisi¨®n, el Gobierno, el Banco de Espa?a o la Airef. Durante los pr¨®ximos dos a?os (al menos) la econom¨ªa espa?ola necesitar¨¢ de un programa detallado de estabilizaci¨®n financiera para corregir el desv¨ªo del d¨¦ficit (superior al 10% este a?o) y la deuda, que quiz¨¢ supere en ese mismo periodo el 115% del PIB. La recuperaci¨®n ¡°a dos velocidades¡± es l¨®gica y dolorosamente previsible. Espa?a tiene una estructura econ¨®mica caracterizada por la dependencia excesiva del sector servicios, en especial del turismo, y una debilidad casi cong¨¦nita de las finanzas estatales para sostener desde el sector p¨²blico el tejido empresarial y las rentas sociales. Alemania o Austria, por ejemplo, disponen de la fortaleza fiscal suficiente para salir casi indemnes del atolladero. La cruda realidad de las ¡°dos velocidades¡± reclama a voces un plan europeo para inyectar dinero en las econom¨ªas m¨¢s afectadas; un plan Marshall, o como quiera denomin¨¢rsele, que alivie la escasez de recursos de los Estados del sur, ya muy castigados por la crisis de 2008.
Ya que en principio Espa?a no recuperar¨¢ el PIB de 2019 hasta 2022 y tendr¨¢ abiertas profundas heridas en d¨¦ficit y deuda, la l¨®gica impone que el Gobierno ha de activar un plan de recuperaci¨®n al menos para lo que resta de legislatura, que este plan deber¨ªa ser una de las piezas b¨¢sicas de la Comisi¨®n de Reconstrucci¨®n, y que debe apoyarse en pactos presupuestarios con otras fuerzas pol¨ªticas. Es tambi¨¦n evidente que el plan tiene que incluir una subida proporcionada de la presi¨®n fiscal, m¨¢s all¨¢ de las tasas Google o financiera, que parecen recursos escu¨¢lidos ante lo que se avecina. Hay que discutir adem¨¢s una estrategia para reorientar el gasto que entre en el detalle de la idoneidad de cada partida.
El plan tendr¨ªa que apoyarse en las decisiones sociales y empresariales ya tomadas. La aplicaci¨®n de los ERTE ha frenado el hundimiento del empleo; ser¨ªa un error no prolongar su extensi¨®n m¨¢s all¨¢ de 2020 con las mejoras legales necesarias. Las ayudas extraordinarias han de incluir una renta m¨ªnima garantizada. Cuanto antes se apruebe, mejor; ser¨¢ de gran ayuda para reactivar la demanda y el consumo.
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