Lectores para garantizar la independencia
La decisi¨®n de que solo los suscriptores puedan comentar textos en la web ha sido bien recibida
EL PA?S puso en marcha el d¨ªa 1 de mayo una trascendental decisi¨®n en su relaci¨®n con los lectores. Con la implantaci¨®n de un sistema de suscripciones para acceder al peri¨®dico digital, son ellos quienes tienen en su mano m¨¢s que nunca la capacidad de garantizar la independencia del diario y hasta su supervivencia. Es una apuesta a largo plazo, pero la reacci¨®n inicial de los lectores es positiva, a juzgar por los comentarios que env¨ªan. De paso, y salvo excepciones, apoyan que el ¨¢rea de Comentarios haya quedado para uso exclusivo de los suscriptores con la consiguiente desaparici¨®n de la toxicidad que aportaban ultraderechistas escondidos tras seud¨®nimos.
?Pagar¨¢n los lectores por la informaci¨®n? La pregunta se repite desde hace 20 a?os y los peri¨®dicos de referencia mundial creen que s¨ª. El a?o pasado, siete de cada diez de esos diarios en Europa y Estados Unidos ten¨ªan ya pasarelas de pago, seg¨²n un informe del Reuters Institute. En EE UU, el porcentaje pas¨® del 60% al 76% en dos a?os. ¡°El sistema de suscripci¨®n ha venido para quedarse¡±, conclu¨ªa el estudio.
Todos los an¨¢lisis al respecto coinciden en que las ca¨ªdas de ventas y publicidad o la discutida competencia de gigantes como Facebook y Google han aconsejado las suscripciones. Sin embargo, hay en juego otros valores que afectan m¨¢s directamente a los lectores: la independencia de la prensa para garantizar una informaci¨®n veraz y completa; una independencia que solo existe cuando un peri¨®dico subsiste con sus propios medios y, por tanto, gracias a sus lectores.
As¨ª lo entienden algunos en sus mensajes, aunque a veces a?adan que les cuesta asumir el pago tras 15 a?os de acceso gratuito. Dante Scherman escribi¨® el d¨ªa 5: ¡°EL PA?S es el mejor peri¨®dico. Est¨¢n abocados a adaptarse a las nuevas formas de trabajar y lo entiendo¡±. O Felipe de Andr¨¦s: ¡°L¨®gico, veo que lo hacen todos los peri¨®dicos importantes¡±. Dionisio S¨¢nchez: ¡°Tarde o temprano, ten¨ªa que pasar¡±. Y Carlos Pe?alva: ¡°Se acab¨® lo que se daba gratis. Buen viaje y gracias por lo que nos hab¨¦is dado gratis hasta ahora¡±.
He recibido alguna cr¨ªtica por este paso, pero bastantes m¨¢s por los fallos t¨¦cnicos que sufren algunos suscriptores para inscribirse o para acceder sin trabas a los contenidos. El peri¨®dico responde que resolver¨¢ pronto esos problemas.
La mayor¨ªa de mensajes en estos d¨ªas, no obstante, aluden a la decisi¨®n del diario de reservar los comentarios en la web solo a los suscriptores en el ¨¢rea denominada ?Y t¨² qu¨¦ piensas? El peri¨®dico cerr¨® en abril el acceso a esa zona porque se llenaba de insultos, descalificaciones y proclamas ultraderechistas.
Algunos han criticado esas medidas. Luciano Ram¨®n Broock escribi¨®: ¡°Abandono la lectura del peri¨®dico hasta que vuelvan a permitir la participaci¨®n¡±. Marcos Franco: ¡°Este cambio repentino no explicado est¨¢ generado desconcierto y gran descontento¡±. Alfonso Serna: ¡°?Ser¨¢ que el Gobierno actual, en su pol¨ªtica de censura, les obliga a cerrar foros?¡± Javier Valdazo: ¡°Empobrece el medio¡±.
El peri¨®dico debiera haber explicado p¨²blicamente su nueva pol¨ªtica ¡ªno lo hizo hasta el d¨ªa 1¡ª, pero la adopt¨® para favorecer el encuentro y el debate entre los lectores del diario que, como tales, son miembros de una comunidad de valores y principios. Muchos de ellos, por el contrario, se hab¨ªan visto expulsados de la secci¨®n. Es el caso de ?ngel Villegas: ¡°Asqueado de los graves insultos, adem¨¢s de amenazas expl¨ªcitas y muy serias que ustedes dejaron pasar incomprensiblemente vulnerando todas las reglas del foro, decid¨ª abandonar tal lodazal¡±.
Al igual que Villegas, numerosos lectores han escrito para apoyar esa restricci¨®n. Como Victoria M¨¤nuel: ¡°No hab¨ªa le¨ªdo tantos mensajes de odio en mi vida¡±. Sergio-Ernesto Santill¨¢: ¡°Ahora est¨¢ en la l¨ªnea de los grandes peri¨®dicos del mundo democr¨¢tico¡±. Luis Boris: ¡°O se regula severamente el acceso o se convierte en una ci¨¦naga sin inter¨¦s¡±.
La consecuencia inmediata ha sido la reducci¨®n de mensajes diarios. De los 10.700 diarios en abril se ha pasado a los 1.440 en los primeros d¨ªas de mayo, pero obviamente el peri¨®dico espera que la cifra aumente con rapidez. Mientras, han desaparecido los exabruptos y proclamas extremistas, lo que augura un saludable ejercicio de debate en el futuro.
A sus 44 a?os, en plena madurez, empieza para EL PA?S una nueva etapa en la que vuelven a estar en riesgo principios fundamentales. Es el momento para repetir lo que el d¨ªa 3, D¨ªa de Libertad de Prensa, se?alaba la Asociaci¨®n de Medios de Informaci¨®n (AMI): ¡°Apoyar el periodismo de calidad es apoyar la democracia¡±.
Correo: defensor@elpais.es
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