Guaid¨® esconde la mano
Una rendici¨®n de cuentas le vendr¨ªa bien al cada d¨ªa m¨¢s improbable presidente interino luego de un a?o de inconducente peripecia
El relato de la llamada Operaci¨®n Gede¨®n que brindan los reportes de las agencias internacionales y las m¨¢s escrupulosas cabeceras de la prensa mundial no deja lugar a dudas de que librar a Venezuela de la dictadura que la agobia se convirti¨® ya hace mucho tiempo en un negocio turbio, despiadado y sangriento.
Poniendo a salvo de toda sospecha los heroicos esfuerzos de tantos venezolanos que han pagado con c¨¢rcel o destierro ¨C? y muchos con la vida misma!¨C su entrega a la lucha por recobrar una democracia verdadera, bien se ve que, como tantas veces en la historia de la humanidad, el hampa pol¨ªtica, civil y militar no desperdicia ocasiones de sacar provecho.
El fiasco de los mercenarios apresados por las fuerzas de Maduro en las playas de Macuto, en circunstancias no del todo aclaradas, es prueba de ello. Corren tiempos en que la abnegaci¨®n y la ruindad se entreveran con resultados repugnantes.
La relaci¨®n que los medios a que aludo han hecho de la operaci¨®n de b¨²squeda y captura de Maduro encargada a un mercenario estadounidense por dos miembros del comando de estrategia pol¨ªtica del l¨ªder opositor Juan Guaid¨® abunda en adjetivos como ¡°inveros¨ªmil¡±, ¡°contradictoria¡±, ¡°grotesca¡± y ¡°delirante¡±.
Los comentaristas internacionales no han despojado a¨²n a Guaid¨® de los atributos que un¨¢nimemente se le conceden desde comienzos del a?o pasado ¨Cjuventud, simpat¨ªa y arrojo¨C, solo que ahora sus an¨¢lisis describen sin tapujos a Guaid¨® como el err¨¢tico subrogado de Leopoldo L¨®pez, su jefe pol¨ªtico, actualmente refugiado en la Embajada de Espa?a en Caracas.
La reacci¨®n de Guaid¨® ante los testimonios de sus estrategas que le atribuyen pleno consentimiento de la acci¨®n demor¨® una semana y sorprendi¨® por ambigua y escurridiza. Contrast¨® con las declaraciones de simpatizantes de Guaid¨®, muy cercanos a ¨¦l por v¨ªa de L¨®pez, que implicaban tener familiaridad con el proceso de reclutamiento y financiaci¨®n de la fracasada incursi¨®n.
Guaid¨® se limit¨® a difundir un video casero en el que acusa a la camarilla de Maduro de haber infiltrado al grupo armado para atraerlos a una encerrona. Alerta, adem¨¢s, sobre la violaci¨®n de los derechos humanos de los cautivos. Y poco m¨¢s.
La oficina de prensa del Gobierno interino emiti¨® al mismo tiempo un comunicado anunciando la renuncia de los estrategas de alta pol¨ªtica que contrataron al mercenario estadounidense. El comunicado buscaba flanquear y dejar as¨ª atr¨¢s el asunto de la responsabilidad de Guaid¨® en la acci¨®n armada.
El comunicado ven¨ªa a decir, en el tono rega?¨®n y terminante que es marca de f¨¢brica del jefe de la oficina de prensa del Gobierno interino, que el estratega petulante y boc¨®n ya no est¨¢ con nosotros, Guaid¨® nunca lleg¨® a firmar el papelucho, no tiene nada que ver con esa chapuza, miremos hacia adelante, dejen de joder.
La verdad, es dif¨ªcil mirar adelante luego de que la gran prensa internacional que, para mal de Guaid¨®, su oficina de informaci¨®n no controla, nos ha impuesto de la trapisonda de antiguos generales narcotraficantes buscados por la DEA, correveidiles de la boliburgues¨ªa e impresentables ¡°contratistas de seguridad¡± gringos, que por el m¨®dico precio de 212 millones de d¨®lares planearon las acciones que devolver¨ªan la libertad y la democracia a Venezuela.
Sin duda, esta rocambolesca aberraci¨®n se afianza en la idea de que ¡°solos no podemos¡±, de que es preciso una intervenci¨®n armada extranjera para desalojar a Maduro.
Esto de los d¨®lares para una acci¨®n mercenaria llevada adelante, al tiempo que se reclama de Maduro la creaci¨®n de un Gobierno de concertaci¨®n nacional para enfrentar la crisis humanitaria, lleva de modo natural a la pregunta por el presupuesto y la contabilidad del Gobierno interino.
No es esto cosa balad¨ª y menos cuando a¨²n no se pone en claro el destino dado a los dineros que paladinamente Washington ha aportado al interinato de Guaid¨®. Otros temas de contralor¨ªa ¨Ccomo el manejo de las refiner¨ªas petroleras a cargo del interinato, por ejemplo¨C, inquietan a los dem¨®cratas venezolanos, pero por hoy pensemos solo en los d¨®lares de los contribuyentes estadounidenses.
Poco antes de que golpeara la pandemia y se desplomaran los precios del crudo, de la misma bancada opositora escap¨® el esc¨¢ndalo de que los diputados de la Asamblea Nacional contemplaban asignarse sueldos de 4.000 y hasta 5.000 d¨®lares, con cargo a los 80 millones de d¨®lares de ayuda financiera acordada a un Gobierno simb¨®lico.
La rendici¨®n de cuentas es la nuez de la democracia: un poco de accountability le vendr¨ªa bien al cada d¨ªa m¨¢s improbable presidente Guaid¨® luego de m¨¢s de un a?o de inconducente peripecia.
¡°Venezuela es un bot¨ªn¡±, escribi¨® a fines del siglo pasado un gran sat¨ªrico caraque?o.
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