Guerra Fr¨ªa en el interior de la Uni¨®n
Si los pa¨ªses del Sur tropiezan ser¨ªa la muerte de la UE y Alemania se ver¨ªa sumida en el caos econ¨®mico
Igual que existe un optimismo irreflexivo, tambi¨¦n existe un pesimismo irreflexivo. No querer ver ni admitir que tenemos opciones a nuestro alcance puede ser tan problem¨¢tico como el intento de ocultar que hay amenazas reales. Por lo que respecta a Europa, desde hace a?os vivimos en un estado de desmoralizaci¨®n superficial, una de cuyas consecuencias ha sido que los puntos d¨¦biles de la Uni¨®n se hayan considerado desde una perspectiva pr¨¢cticamente incompatible con la percepci¨®n de sus puntos fuertes.
Es casi como en una relaci¨®n de pareja. En la embriaguez del primer deseo, uno ve al otro como a trav¨¦s de un efecto de suavizado y lo eleva a cotas sublimes. En la servidumbre de la cotidianeidad se van descubriendo los defectos.
Con la Uni¨®n Europea sucede algo parecido. Con los a?os, lo que antes era un patriotismo saludable se ha convertido en un ego¨ªsmo nacional tangible. Entre los Estados europeos reina una guerra fr¨ªa interna. En esta situaci¨®n, se hace fugaz referencia a las ventajas de Europa, para luego, en un largo ¡°pero¡±, convertirla en un quisquilloso avaro y cicatero. Esta es tambi¨¦n la causa de que Europa haya pasado de una crisis de significaci¨®n a una de valores, y desde all¨ª se haya deslizado a una crisis de identidad que, poco a poco, est¨¢ amenazando su existencia. El pesimismo irreflexivo lleva a dar por perdida la UE y a no advertir que la grave crisis a la que la ha precipitado un virus podr¨ªa ser la infecci¨®n definitiva que acabe con ella. No nos hagamos ilusiones. A muchos alemanes y europeos les gustar¨ªa volver a la Comunidad Econ¨®mica Europea, pero eso no va a ocurrir.
No est¨¢ claro si las consecuencias de la pandemia se limitar¨¢n a empujar a una Europa debilitada por el Brexit, extenuada por la crisis financiera y vapuleada por el drama de los refugiados a una severa recesi¨®n, o la har¨¢n caer en una profunda depresi¨®n con pa¨ªses en quiebra y la vuelta de la horda como fuerza pol¨ªtica tal como la conocemos de la ¨¦poca de entreguerras. De lo que no cabe duda es de que si Espa?a, Francia e Italia tropiezan, las tres o alguna de ellas, no ser¨¢ solo la muerte de la Uni¨®n. Podr¨ªa ocurrir que Alemania se sumiese en un caos pol¨ªtico y econ¨®mico hasta ahora solo conocido por los libros de historia, por no hablar del empobrecimiento de grandes sectores de la clase media.
No hace falta caer en la pesada letan¨ªa monocorde de los profesionales de la Uni¨®n. Basta con llamar la atenci¨®n con toda crudeza sobre los propios intereses. Alemania es un pa¨ªs exportador y necesita socios comerciales europeos que le tengan aprecio. No puede volver a una posici¨®n intermedia entre el Este y el Oeste que la obligue a una pol¨ªtica de vaiv¨¦n, ni quedar en una situaci¨®n en la que unos vecinos envidiosos y vengativos traten de aislarla continuamente. Por este motivo, aunque no solo por ¨¦l, es sensato vencer el pesimismo irreflexivo, evaluar con lucidez los peligros presentes, y aprovechar las oportunidades que ofrece la situaci¨®n actual.
En concreto, la propuesta de un fondo de reconstrucci¨®n de 500.000 millones de euros presentada por Emmanuel Macron y Angela Merkel a la UE es una exigencia inexcusable. Con ellos se podr¨ªa reforzar a las regiones que se han visto sumidas en la crisis por causas tan ajenas a su voluntad como Lufthansa, de la que se afirma que es fundamental para el sistema y que, por lo tanto, tiene que ser rescatada. Si llega, el fondo de reconstrucci¨®n dar¨¢ nuevas fuerzas a la Uni¨®n y, sobre todo, le infundir¨¢ confianza en s¨ª misma. Igual que en su momento la Comunidad Europea del Carb¨®n y el Acero, el fondo podr¨ªa contener el germen de una pol¨ªtica financiera europea com¨²n, aunque en este momento lo fundamental es que ayudar¨¢ al continente debilitado sin mutualizar las deudas.
Si el plan de Merkel y Macron sale adelante, la Comisi¨®n Europea vincular¨ªa los 500.000 millones a proyectos concretos, evitando as¨ª que el dinero desapareciese en el nirvana de los presupuestos nacionales sobreendeudados. El fondo se incorporar¨ªa al presupuesto de la UE para 2021-2027, y estar¨ªa asociado a sus programas.
Cabe esperar que, en su b¨²squeda de aliados europeos para el proyecto, Berl¨ªn y Par¨ªs no cometan el error que lleva desliz¨¢ndose en la pol¨ªtica alemana desde el final de la era de Kohl. Mientras que el canciller de la unidad siempre tuvo la delicadeza de involucrar particularmente a sus vecinos m¨¢s peque?os, desde hace alg¨²n tiempo, franceses y alemanes acostumbran a ver a Europa como un tren al que los vagones del Este se limitaban a engancharse sin posibilidad de determinar el destino ni de frenar la marcha. Ojal¨¢ la soledad de Alemania en la crisis de los refugiados sirva ahora de advertencia.
Si se quiere constituir un fondo de reconstrucci¨®n de esta envergadura, la modificaci¨®n de los Tratados de la Uni¨®n probablemente ser¨¢ inevitable. Sin embargo, para ello es imprescindible la unanimidad de los Estados miembros, la cual solo se podr¨¢ alcanzar a trav¨¦s de laboriosas negociaciones y numerosos compromisos. El esfuerzo vale la pena, considerando lo que est¨¢ en juego. Si Europa se hunde a consecuencia de la pandemia, ser¨¢ culpa nuestra. Nada puede dar al traste con Europa excepto ella misma.
Jacques Schuster es periodista.
Traducci¨®n de News Clips.
? Lena (Leading European Newspaper Alliance)
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