Podemizaci¨®n, voxizaci¨®n¡
Una semana m¨¢s, la pol¨ªtica espa?ola desploma sus est¨¢ndares. Es lo que hay. Las apelaciones emocionales al miedo o a la furia marcan el pulso con creciente matonismo ret¨®rico
S¨¢nchez, en la ¨¢spera sesi¨®n del mi¨¦rcoles, espet¨® al presidente del PP: ¡°Si usted habla como Vox, act¨²a como Vox y vota como Vox, si no es lo mismo, se le parece mucho¡¡±. Desde el PP replicaron: ¡°Si act¨²an como Bildu, pactan con Bildu y votan como Bildu, son Bildu¡±. En realidad, ambos discursos ramplones se nutren del test del pato de Hoosier Poet que en los a?os cincuenta se politiz¨® en la caza de brujas: ¡°Si act¨²a como un comunista, habla como un comunista y se re¨²ne con comunistas¡ es un comunista¡±. El refranero lo simplifica con el ¡°dime con qui¨¦n andas¡±. En fin, una semana m¨¢s, la pol¨ªtica espa?ola desploma sus est¨¢ndares. Es lo que hay. Las apelaciones emocionales al miedo o a la furia marcan el pulso con creciente matonismo ret¨®rico. Que si socialcomunistas, que si fachas, golpistas¡ y hasta terroristas. La cuesti¨®n es: ?hay una voxizaci¨®n de la derecha y una podemizaci¨®n de la izquierda, o en definitiva una radicalizaci¨®n populista de todos?
Antes de eso, vaya por delante la obviedad de que pactar no provoca ninguna ¨®smosis. Pactar con Bildu no te hace ser Bildu y pactar con Vox no es ser Vox. Se trata de un argumento tan rampl¨®n como frecuente a derecha e izquierda. El parlamentarismo, si es multipartidista, requiere pactos. El incentivo es lograr pol¨ªticas m¨¢s afines e influir en ellas. No es poco incentivo. Por el contrario, si hay que comprar ese voto, o doparlo, ya es otra cosa. D¨ªas atr¨¢s, el PSOE pact¨® derogar la reforma laboral: m¨¢s all¨¢ del sainete, iba en su programa. Menos atenci¨®n se puso en el punto 2, pero fomentar los agravios territoriales con asimetr¨ªas es pol¨ªtica de riesgo. Los nacionalistas han hecho demasiadas veces caja con PSOE y PP, y ahora se ampl¨ªa el espectro de quienes acuden a ese mercadeo, a menudo sin demasiados escr¨²pulos.
Pero el asunto, m¨¢s all¨¢ de los pactos, es la voxizaci¨®n o podemizaci¨®n. En definitiva, la espiral de estrategias populistas en el hervidero de la pandemia; y el efecto arrastre desde los extremos a golpe de tensi¨®n. La violencia verbal crece, entre ruido y consignas a?os treinta¡ Abascal e Iglesias, Echenique y Olona, Rufi¨¢n. Hablan de golpismo, a un lado y otro, irresponsablemente. La imagen del vicepresidente de un Gobierno europeo se?alando golpistas en sede institucional es de traca. Marca Espa?a. El PSOE tiene a Podemos en el Gobierno y el PP marca a Vox, algo cada vez m¨¢s evidente. De no ser as¨ª, hubieran acudido a la sesi¨®n de control con preguntas fr¨ªas y racionales hasta desnudar a Marlaska o hacerle gritar como el coronel Jessup por soberbia. Pusieron muy f¨¢cil sacarlo de los trending topics desviando la atenci¨®n a golpe de titulares sobreactuados, un error de Primero de Populismo. Diez en ejecuci¨®n, aunque no en estilo. ¡°Cierre el salir¡±, remat¨® Iglesias a Espinosa de los Monteros como si fuese el servicio dom¨¦stico de Galapagar. Podemos no va a doblegar al PSOE, su ¨¦xito ser¨¢ podemizarlo, como se voxiza el PP, hacia un bipartidismo centrifugado. Cuando la democracia se defiende as¨ª, sin duda est¨¢ siendo atacada. ¡¯
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