Garantizar el acceso a la comida durante una emergencia
Activando recursos de la sociedad civil y el sector privado se puede asegurar el derecho a la comida de la poblaci¨®n espa?ola en situaciones de desastre natural o emergencias nacionales
La mejor respuesta a una crisis es reaccionar con rapidez y enfrentarla desde el minuto cero. Y para poder enfrentarla hay que estar preparado. Cuando una naci¨®n se ve golpeada por una crisis, solo la determinaci¨®n y la urgencia del ahora, apoyado todo sobre una s¨®lida estructura de respuesta inmediata, ayuda a salir de ese laberinto tan humano de culpas, reproches y desconcierto.
La devastaci¨®n provocada por la covid-19 ha pillado por sorpresa a las naciones del mundo. La sorpresa gener¨® una reacci¨®n lenta y la lentitud coloc¨® ante el espejo las ineficiencias del tejido institucional de cada pa¨ªs. No soy yo quien pueda ofrecer soluciones. Pero humildemente, con la experiencia de mi fundaci¨®n, World Central Kitchen (WCK), en la gesti¨®n de desastres naturales y emergencias, me siento capaz de sugerir medidas que pal¨ªen uno de los dramas humanos m¨¢s duros que he enfrentado en cada crisis humanitaria: el hambre.
Las consecuencias alimentarias de la covid-19 han sido calificadas de ¡°cat¨¢strofe humanitaria¡± por el Programa Mundial de Alimentos de la ONU. Adem¨¢s, el Organismo de la ONU para la Agricultura y la Alimentaci¨®n (FAO) habla de ¡°nuevas bolsas de hambre¡± en partes del planeta. Y la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo (OIT) dice que el impacto de la pandemia en Europa sit¨²a al viejo continente ante ¡°la peor crisis internacional desde la Segunda Guerra Mundial¡±.
Al tiempo que se refuerzan los mecanismos mundiales de intervenci¨®n contra el hambre, cada naci¨®n debe plantearse si cuenta con la ¡°agilidad¡± necesaria para intervenir de manera efectiva ante una crisis alimentaria. El hambre ocasionada por la pandemia actual permanece en nuestras calles. Por un lado existe la triste realidad de muchos hogares que carecen de los medios para comprar comida; pero adem¨¢s, en tiempos de crisis, crece el n¨²mero de personas vulnerables que se pierden en el entramado de las ayudas sociales para acceder a recursos alimentarios y de nutrici¨®n. En la actual crisis de salud, el hambre no termina de forma autom¨¢tica con un cambio de fase. Y, sobre todo, no podemos esconderla. El hambre no se esconde.
Lo que planteo para Espa?a es un Plan Nacional de Emergencia Alimentaria (PLANEA) que garantice el derecho a la seguridad alimentaria y nutricional de la poblaci¨®n espa?ola en situaciones de desastre natural o emergencias nacionales. Es un plan que se basa en cuatro pilares fundamentales con los que ya cuenta nuestra sociedad: 1. Recursos de la sociedad civil y el sector privado. 2. Gestores que viven y trabajan en el coraz¨®n de nuestras comunidades. 3. Transferencia del conocimiento (know-how) para capacitar y sensibilizar a quienes est¨¢n en primera l¨ªnea de la lucha contra el hambre. 4. Creatividad para encontrar soluciones al problema del hambre con los recursos que tenemos a nuestro alcance en tiempos de crisis. Cada situaci¨®n de emergencia ofrece sus propios retos ¨²nicos, frente ellos nunca debemos paralizarnos.
Propongo un plan multisectorial, marcado por la eficiencia y la innovaci¨®n en el que ONG, sociedad civil y sector privado juegan un papel destacado. El impacto positivo, la efectividad y, en definitiva, el ¨¦xito social de PLANEA lo aseguran las infraestructuras preexistentes que se activan con el primer golpe de la crisis y durante el tiempo que esta permanezca entre nosotros. Recursos locales, como escuelas de hosteler¨ªa, hoteles, colegios o cocinas industriales se ponen al servicio de una red temporal de producci¨®n alimentaria. Porque PLANEA provoca una transferencia inmediata de recursos p¨²blicos y privados. En Espa?a, los acuerdos de WCK con entidades p¨²blicas y privadas para la utilizaci¨®n de escuelas de hosteler¨ªa en Madrid, Valencia y Bilbao; as¨ª como la alianza nacional con la cadena de hoteles NH para la activaci¨®n de las cocinas en A Coru?a, Marbella, Madrid y Algeciras, han sido esenciales para el ¨¦xito de ChefsForSpain.
Enfrentamos cada crisis como un plan que, desde la descentralizaci¨®n, se apoya en la red nacional de Bancos de Alimentos como un elemento vertebrador de una acci¨®n coordinada.
Nuestro Plan Nacional de Emergencia Alimentaria debe invertir en la modernizaci¨®n de la red nacional de comedores y caterings sociales, permiti¨¦ndoles de esta manera su transformaci¨®n en pulmones productivos bajo la presi¨®n de cualquier emergencia nacional. En este sentido, WCK se encuentra trabajando, en estos momentos, en un programa piloto en Sevilla, Madrid y Barcelona de cuyos resultados esperamos extraer un modelo para todo el pa¨ªs.
Proponemos un Plan que desarrolla un marco normativo propio para la producci¨®n y distribuci¨®n de alimentos en estados de emergencia y que cuenta con la capacidad de asegurar la financiaci¨®n inmediata tras la declaraci¨®n de un estado de emergencia.
Entre los gestores al frente del Plan est¨¢n los chefs o cocineros, ese fant¨¢stico grupo de intervenci¨®n social que, en la actual pandemia, han dado un paso al frente cargado de humanidad, de buen hacer profesional y de esp¨ªritu solidario. Gracias a ellos #ChefsForSpain ha distribuido ya m¨¢s de un mill¨®n y medio de comidas. Adem¨¢s, entre los gestores debemos incluir tambi¨¦n a las comunidades de base. En esta crisis de salud provocada por el coronavirus, hemos visto y seguimos viendo la solidaridad en cada vecindario. En Madrid, la asociaci¨®n de vecinos de Villaverde Alto es buen ejemplo de c¨®mo la participaci¨®n de las comunidades locales en situaciones de crisis como la actual no solo son necesarias sino que son la respuesta m¨¢s r¨¢pida y efectiva. Durante ya m¨¢s de 60 d¨ªas esta asociaci¨®n de vecinos, en colaboraci¨®n con WCK, ha estado repartiendo m¨¢s de 500 men¨²s diarios puerta a puerta, vecino a vecino. Ellos son ejemplo de organizaci¨®n y de adaptaci¨®n urgente para poder realizar la distribuci¨®n de alimentos de manera efectiva.
Este Plan elimina, adem¨¢s, tr¨¢mites burocr¨¢ticos que son infinitamente m¨¢s perjudiciales para las personas durante situaciones de emergencia. Proponemos que la necesidad sea el ¨²nico requisito para acceder a un plato de comida. Hay que evitar la burocracia del ¡°hay que registrarse o inscribirse o debe usted rellenar y esperar...¡±. El hambre de una familia o de un individuo no entiende de esperas. Su dignidad tampoco.
El tercer pilar de nuestro Plan es la transferencia del conocimiento, el know-how, esas habilidades ¡ªtanto t¨¦cnicas como de gesti¨®n¡ª que son imprescindibles para quien se encuentra en la primera l¨ªnea de batalla de una crisis. WCK ya est¨¢ trabajando con centros de formaci¨®n culinaria para que, en su curriculum acad¨¦mico, se estudie una asignatura en la que se forme a los futuros chefs sobre c¨®mo actuar en casos de emergencia.
Por ¨²ltimo, nuestro cuarto pilar, la creatividad, surge de manera org¨¢nica en nuestro plan de actuaci¨®n inmediata. Ante la crisis, la paralizaci¨®n no es una opci¨®n. Inspirados por la urgencia del ahora debemos actuar con lo que tenemos. Como reza el dicho: ¡°cuando la vida te da limones, haz limonada¡±. El confinamiento, el alto riesgo al contagio y las restricciones de movilidad han sido, sin lugar a dudas, los ¡°limones¡±, los grandes retos de esta pandemia. Nuestra forma de salvar estos obst¨¢culos incluy¨® el reparto puerta a puerta por medio de una plataforma de distribuci¨®n multimodal en la que voluntarios de Correos, Bomberos, Cruz Roja y servicios de reparto a domicilio distribuyeron cientos de miles de comidas en m¨¢s de 40 ciudades espa?olas. Esta actuaci¨®n ha sido pieza clave para ayudar en el ¨¦xito sanitario del confinamiento entre grupos de riesgo.
Hoy es la pandemia, una crisis de salud que afecta a todo el territorio nacional. Ma?ana puede ser un desastre natural o cualquier otra cat¨¢strofe. Como no puede ser de otra manera, nuestra atenci¨®n se centra siempre, inicialmente, en las v¨ªctimas directas de esos dram¨¢ticos escenarios. Pero, en paralelo, surgen otras v¨ªctimas invisibles afectadas por el hambre, que se convierte as¨ª en la otra pandemia de esa misma crisis. En lo que a nosotros se refiere, nuestro plan, nuestra intervenci¨®n, se centra en ayudar, en la medida de lo posible, a esas otras v¨ªctimas que sufren a la sombra de esa crisis, de ese desastre, de esa cat¨¢strofe. Pienso en familias de bajo nivel econ¨®mico. En personas que, de un d¨ªa para otro, ven c¨®mo sus ingresos desaparecen. Pienso en los inmigrantes, incluyendo a los que carecen de papeles legales, tambi¨¦n en quienes contribuyen con su trabajo en sectores particularmente afectados por esta crisis como el sector servicios. Cuando la maquinaria productiva de un pa¨ªs, de una ciudad, de una comunidad se ve golpeada por una crisis, son esas personas, esas familias, las primeras en sentir hambre. Y cuando la crisis se alarga, desafortunadamente, las filas del hambre crecen.
Ante una emergencia, como la que vivimos hoy, el Estado moviliza a sus fuerzas de intervenci¨®n: personal sanitario, bomberos, militares, polic¨ªas... Imagina ahora que, al mismo tiempo, PLANEA se despliega con rapidez entre comunidades para asegurar el acceso a los alimentos y a la nutrici¨®n de todos los afectados por la tragedia.
La necesidad de este plan la entiendo como una raz¨®n de Estado ¡ªcomo legitimidad democr¨¢tica y preocupaci¨®n por el bien com¨²n¡ª que facilite esa capacidad de despliegue inmediato, no burocr¨¢tico, eficiente e innovador. Estoy convencido de que si somos capaces de llenar con la dignidad del alimento los huecos del hambre que generan las crisis, estaremos en el camino de habitar sociedades m¨¢s solidarias y fraternales, es decir, m¨¢s humanas. Lo que proponemos, sobre todo, es un plan inspirado por la urgencia del ahora. El hambre no espera. El futuro de una sociedad donde no se pasa hambre empieza hoy. Estoy preparado. S¨¦ que estamos listos. Empecemos.
Jos¨¦ Andr¨¦s es fundador de World Central Kitchen.
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