La trampa de la deuda
El dinero especulativo fluye hacia los mercados emergentes sin mirar la solidez real de las econom¨ªas en las que invierten
La tormenta de la covid-19 encontr¨® a Am¨¦rica Latina en una situaci¨®n econ¨®mica muy vulnerable. A partir de 2014 la regi¨®n debi¨® encarar un ajuste, debido a que la ca¨ªda de la demanda asi¨¢tica afect¨® el precio de las materias primas exportables. Desde aquel a?o, el crecimiento promedio fue de 1% anual. Las cuentas estatales incrementaron su d¨¦ficit. Y el endeudamiento aument¨®.
En este contexto, las sociedades latinoamericanas enfrentan tres problemas principales en su vida material. Primero, el derrumbe de la demanda externa aceler¨® su ca¨ªda por la pandemia, restringiendo el ingreso de d¨®lares. Esa escasez de divisas alienta la salida de capitales. Entre enero y abril, fue de 150.000 millones de d¨®lares. Para calibrar el fen¨®meno alcanza con un ejemplo: seg¨²n datos del Banco Central de M¨¦xico, la salida de d¨®lares durante el primer trimestre, en concepto de renta fija, fue de 5.525 millones, lo que supera la fuga que se produjo en 1995, en la crisis del tequila.
Segundo, el precio del petr¨®leo registr¨® en lo que va del a?o un derrumbe de 41%, que afecta los ingresos fiscales de los pa¨ªses productores. Tercero, el coronavirus produce da?os espec¨ªficos en la situaci¨®n de cada pa¨ªs. Si se aceptan los pron¨®sticos del Banco Mundial, que suelen ser conservadores, la contracci¨®n en Brasil ser¨¢ del 8%; en M¨¦xico, del 7,5%; en Argentina, del 7,3%; en Colombia, del 4,9%; en Ecuador, del 7,4%; en Chile, del 4,3%; en Bolivia, del 5,9%; en Per¨², del 12% y en Uruguay, del 3,7%.
Esta contracci¨®n impactar¨¢ sobre las cuentas p¨²blicas, que aumentar¨¢n su d¨¦ficit. El Fondo Monetario Internacional prev¨¦ que los pa¨ªses emergentes tendr¨¢n un desequilibrio fiscal promedio de 8,9% de su PBI. Casi el doble de lo previsto hace seis meses. El de Brasil se calcula en 11%; el de M¨¦xico, en 7,4%; el de Colombia, en 7%; el de Chile, en 8%; el de Argentina, en 6%; el de Per¨², en 7,1%; el de Bolivia, en 13%.
Esta ampliaci¨®n de los desajustes fiscales, que ya eran inquietantes antes de que se desatara la pandemia, agudizar¨¢ la necesidad de financiamiento. Al mismo tiempo, la retracci¨®n general de la econom¨ªa hace que la relaci¨®n entre deuda y PBI se vuelva m¨¢s riesgosa. En este contexto llama la atenci¨®n un fen¨®meno: muchos pa¨ªses de Am¨¦rica Latina est¨¢n tomando deuda a tasas muy razonables.
El 22 de abril, M¨¦xico realiz¨® la colocaci¨®n m¨¢s abultada de su historia. Convalid¨® una tasa de 4,8% para 2.500 millones de d¨®lares a 12 a?os. Se endeud¨® por un monto total de 6.000 millones de d¨®lares. El 23, Paraguay emiti¨® bonos soberanos a 10 a?os por 1.000 millones de d¨®lares a una tasa de 4,95%. El 5 de mayo, Chile coloc¨® bonos por 1.458 millones de d¨®lares a una tasa de 2,5%. Colombia tom¨® 1.000 millones de d¨®lares a pagar en 2031 a una tasa de 3,1%. Brasil capt¨® 1.250 millones de d¨®lares a cinco a?os con una tasa del 3%, y 2.500 millones a 10 a?os con una tasa del 4%.
El fen¨®meno es sorprendente. La regi¨®n se adentra en la recesi¨®n m¨¢s grave que haya conocido desde los a?os 80. Las cuentas fiscales de los pa¨ªses se vuelven m¨¢s fr¨¢giles d¨ªa a d¨ªa. La relaci¨®n deuda/PBI aumenta. Pero el sistema financiero la sigue financiando como si ninguna de esas fragilidades tuviera importancia. ?A qu¨¦ se debe esta paradoja?
La ra¨ªz hay que buscarla en el comportamiento de la Reserva Federal de los Estados Unidos y del Banco Central Europeo. Esas dos entidades han enfrentado el colapso de la actividad econ¨®mica absorbiendo parte del riesgo que presentan las empresas. A eso se debe que, mientras los n¨²meros de actividad econ¨®mica y empleo de la econom¨ªa norteamericana provocan escalofr¨ªos, los papeles de las corporaciones siguen sin derrumbarse. Los bancos centrales del mundo desarrollado decidieron ponerle un piso a la ca¨ªda de su sector privado. Por lo tanto, los rendimientos no son atractivos. Y el dinero especulativo fluye hacia los mercados emergentes. Sin mirar la solidez real de las econom¨ªas en las que invierten.
La inc¨®gnita es cu¨¢nto durar¨¢ esta ficci¨®n. Y qu¨¦ costos tendr¨¢ cuando se desvanezca. Pero muchos observadores prev¨¦n que los pa¨ªses de Am¨¦rica Latina ir¨¢n en poco tiempo a una crisis de deuda. Sobre todo, por dos desequilibrios recurrentes, que ahora se ven agravados. El d¨¦ficit fiscal y el d¨¦ficit comercial, que determina el de la cuenta corriente. Es una din¨¢mica conocida. Cada vez que se desencadena, aumenta el n¨²mero de pobres. Ahora llega en medio de la pandemia: la CEPAL pronostica que, por culpa del coronavirus, esa cantidad pasar¨¢ de 185 a 220 millones de personas.
El exministro de Hacienda de Argentina Alfonso Prat-Gay escribi¨® el 31 de marzo en el Financial Times que los pa¨ªses desarrollados y los organismos multilaterales de cr¨¦dito deber¨ªan elaborar una estrategia m¨¢s all¨¢ de sus recetas convencionales y suministrar ayuda extraordinaria para el mundo emergente. Deber¨ªan hacerlo no solo pensando en el aumento de la pobreza de regiones como Am¨¦rica Latina. Tambi¨¦n pensando en la destrucci¨®n de riqueza que las crisis financieras generan en el mundo desarrollado.
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