La muerte del futuro: covid entre los pueblos originarios
El Gobierno de Bolsonaro ha dejado en el abandono a la poblaci¨®n ind¨ªgena de Brasil durante la pandemia de coronavirus
Alvanei Xirinana fue el primer ind¨ªgena en morir por la pandemia de covid-19 en Brasil. Era del pueblo Yanomami, viv¨ªa en una aldea. Ind¨ªgena de ciudad o ind¨ªgena de aldea son compuestos que describen formas de vida para los pueblos originarios. El territorio importa tanto como la etnia para la disputa de qui¨¦nes son los ind¨ªgenas en el conteo de los muertos por la pandemia. El ni?o de 15 a?os viv¨ªa como se imagina a un ind¨ªgena en una aldea: lejos de la ciudad, con lengua y creencias propias, habitando casas comunales.
El presidente Bolsonaro jam¨¢s se pronunci¨® sobre la muerte de ind¨ªgenas durante la pandemia. La ¨²nica palabra de su gobierno sobre Alvanei Xirinana vino de la ministra Damares Alves, la responsable por la pol¨ªtica indigenista brasile?a: sugiri¨® que existen evidencias de ¡°contaminaci¨®n criminal¡±, eso es, el ni?o habr¨ªa muerto por guerra biol¨®gica y no por ineficiencia de las pol¨ªticas de salud. No hay ninguna razonabilidad en el delirio paranoico de la ministra Damares. Es un ardid para encubrir el abandono de la salud de la poblaci¨®n ind¨ªgena: l¨ªderes, como Raoni Metuktire, del pueblo Kayap¨®, dice que ¡°Bolsonaro se aprovecha de la pandemia para exterminar a los ind¨ªgenas¡±. Si hay crimen, es el cometido por el propio presidente contra los pueblos originarios. Las aldeas no pueden hacer el aislamiento social, pues son tierras invadidas por mineros, madereros y acaparadores de tierras. Adem¨¢s del gran capital global.
?Pero de qu¨¦ muri¨® Alvanei Xirinana? Covid-19 fue la enfermedad provocada por el virus que revel¨® las heridas abiertas del cuerpo sobreviviente a las persistentes desigualdades. Antes del nuevo virus, el ni?o sobrevivi¨® a la malaria y a la desnutrici¨®n, enfermedades angustiantes de gente que vive en extrema pobreza en Am¨¦rica Latina. Alvanei Xirinana muri¨® porque es ind¨ªgena en Brasil. El covid-19 fue apenas lo que anticip¨® la hora de su muerte. El ni?o ya era un sobreviviente de la perversa desigualdad contra los pueblos originarios y de la floresta.
La epidemia de sarampi¨®n de los a?os 1950 mostr¨® la brutalidad de una nueva enfermedad entre las poblaciones originarias en la frontera entre Brasil y Venezuela: un tercio de la poblaci¨®n Yanomami fue diezmada por el virus tra¨ªdo por viajeros. Alvanei Xirinana era, tal vez, la cuarta generaci¨®n de los que sobrevivieron a la epidemia de sarampi¨®n. Son los viejos los que cuentan la historia de las epidemias y los recuerdos recorren generaciones. Carlos Fausto es antrop¨®logo, coordina proyectos de memoria etnogr¨¢fica, como los videos en las aldeas, y dice que ¡°desde el comienzo de la colonizaci¨®n, los pueblos originarios tuvieron que aprender en sus cuerpos qu¨¦ es una epidemia¡±. Y reproduce el di¨¢logo reciente con su pam¨¹ (primo), Kanari Kuijuro, de Canarana, ciudad de la Tierra Ind¨ªgena del Xingu: ¡°Pam¨¹, no puede arriesgar, ustedes solo pueden volver si hacen cuarentena. Es una enfermedad grave; Yo s¨¦, pam¨¹, es como sarampi¨®n del tiempo de mi abuelo Agatsip¨¢¡±.
Covid-19 es una enfermedad grave para todos los cuerpos sin inmunidad, pero es a¨²n m¨¢s grave para quien vive al margen de las protecciones del Estado, como las poblaciones negras e ind¨ªgenas. La Articulaci¨®n de los Pueblos Ind¨ªgenas de Brasil (APIB) cuenta que 2.390 ind¨ªgenas se enfermaron de covid-19 y de esos 236 murieron. Ya fueron 93 pueblos infectados con un total de 305 en el pa¨ªs. El gobierno federal desafia estos n¨²meros. Si para el pueblo com¨²n, Bolsonaro proh¨ªbe hasta la publicaci¨®n de datos oficiales, para los pueblos ind¨ªgenas crea su propia clasificaci¨®n sobre qui¨¦n es ind¨ªgena¡ªser¨ªan 85 muertes, pues solamente ser¨ªa ind¨ªgena quien vive en una aldea. Ind¨ªgena de ciudad ser¨ªa otro tipo de gente, dice la xenofobia de los autoritarios.
Sonia Guajajara es la coordinadora de la Articulaci¨®n de los Pueblos Ind¨ªgenas de Brasil. Ella describe a Bolsonaro como ¡°el enemigo declarado¡± de los pueblos ind¨ªgenas. Con ¡°cocar¡± (un penacho tradicional ind¨ªgena) en la cabeza, ella supera la falsa dicotom¨ªa entre ind¨ªgena de ciudad o ind¨ªgena aldeada: fue candidata a la vicepresidencia de la rep¨²blica en las elecciones que llevaron a Bolsonaro al poder. ¡°Nuestra existencia es nuestra resistencia¡±, dice Sonia Guajajara, para quien la pandemia de covid-19 representa el ¡°riesgo de un nuevo genocidio¡± acompa?ado de un ecocidio contra la Amazon¨ªa. Ella no hace cuarentena, a pesar de la gravedad del virus, pues la muerte de Alvanei Xirinana es el presagio de la tragedia ya vivida por sus antepassados.
Debora Diniz es brasile?a, antrop¨®loga, investigadora de la Universidad de Brown.
Giselle Carino es argentina, polit¨®loga, directora de la IPPF/WHR.
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