Patriotas corruptos
Laura Borr¨¤s, con desparpajo, se defiende alegando que es ¡°v¨ªctima de una persecuci¨®n pol¨ªtica¡±
La portavoz convergente en el Congreso, Laura Borr¨¤s, pretende una patente de corso personal para no ser juzgada como presunta corrupta. El Supremo envi¨® el suplicatorio para juzgarla por malversaci¨®n, prevaricaci¨®n, fraude a la Administraci¨®n y falsedad documental. Todo a cuenta de unos contratitos que firm¨® en favor de un amigo, con el truco de trocear la cuant¨ªa deseada en varias menores para evitar el cedazo de la prescriptiva licitaci¨®n. Lo de siempre.
Con desparpajo se defiende alegando que es ¡°v¨ªctima de una persecuci¨®n pol¨ªtica¡±, en el m¨¢s puro estilo de aquella jaculatoria: ¡±El govern central ha fet una jugada indigna! I, a partir d¡¯ara, quan alg¨² parli d'¨¨tica, de moral i joc net, en parlarem nosaltres¡±, que dijo Jordi Pujol el 30 de mayo de 1984, refiri¨¦ndose a la querella fiscal por el caso Banca Catalana. ?tica certificada por ¨¦l mismo 30 a?os y 25 d¨ªas despu¨¦s, cuando confes¨® en p¨²blico que era un evasor fiscal, motivo por el que el Parlament acaba de reclamarle que devuelva los impuestos impagados.
El mim¨¦tico patriotismo amante del billetero ajeno ya tiene, pues, escaso recorrido. Sobre todo si aviva la memoria, pues coincide con la ejecuci¨®n de la sentencia del caso Palau, un saqueo multimillonario de fondos p¨²blicos que benefici¨® a Converg¨¨ncia; con la disoluci¨®n jur¨ªdica del partido, insolvente ¡ªtras ser vaciado¡ª para pagar el dinero debido; o con la reclamaci¨®n por Esquerra de que TV-3 divulgue los casos catalanes de corrupci¨®n en vez de intentar blanquear la trayectoria nonagenaria del fundador del partido de Borr¨¤s.
Esta diputada adereza el argumento victimista con la argucia, dedicada a presionar a Esquerra, de que no votar en el pr¨®ximo pleno del Congreso ¡ªse ausent¨® en comisi¨®n¡ª contra el suplicatorio equivaldr¨ªa a ¡°blanquear al Tribunal Supremo¡± (sic), formulaci¨®n enfermiza en la mediocre tradici¨®n de inventarse un enemigo externo como coartada de los pecados propios.
Aunque parezca incre¨ªble, este truco m¨¢gico funciona. As¨ª que ERC se apesadumbra y compunge por la pinza entre aparecer como saboteadora de (lo que quede en) la quebrada unidad indepe o como campeona de la lucha contra la corrupci¨®n, en la que exhibe las manos muy limpias.
Su dilema es m¨¢s serio. Entre seguir autoesclavizada como masovera de la corrupta derecha nacionalista echada al monte, o recuperar el ideal federalista que fue su principal se?a de identidad hist¨®rica: aunque algunos de sus dirigentes lo ignoren.
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