La maleta del dinero
Si algo nos muestra esta salida de la crisis es el papel regulador y de est¨ªmulo con que la pol¨ªtica teledirige la econom¨ªa
Dos obras maestras del cine, Rifif¨ª y Atraco perfecto, explican nuestra relaci¨®n con el dinero. Nos abrasamos por conseguirlo hasta que una burla del destino nos obliga a dejarlo escapar entre los dedos. La pugna pol¨ªtica actual tiene mucho de disputa por la maleta del dinero. Hasta los m¨¢s pragm¨¢ticos defensores del crudo mercado han venido a exigir que el Estado sea la fuente de su recuperaci¨®n. Siempre fue raro que los integrantes del Ballet Nacional tuvieran que sentirse culpables por ser mantenidos por el erario p¨²blico, mientras que los constructores que viven de ampliar autopistas y alargar v¨ªas de tren se presenten como h¨¦roes de la iniciativa privada. No hagamos comparaciones odiosas. Todos los sectores necesitan ayuda. Las cantidades anunciadas para estimular el turismo y la automoci¨®n tras la crisis equivalen cada una de ellas a un siglo de ayudas a la producci¨®n de cine en Espa?a. Pero no corran a sacar a sus hijos de las escuelas de arte ni de las clases de ballet, m¨²sica o teatro. All¨ª tendr¨¢n que ense?arles que parten desde el abandono en busca de su sitio en la vida. Si no les ense?an eso, malas escuelas ser¨¢n. Tan grandioso es encontrarle el punto de canela que ha de llevar la jarra de sangr¨ªa como pintar Las lanzas, al menos en lo que a la econom¨ªa del pa¨ªs se refiere.
No caigamos en la estupidez de se?alar a algunos sectores como subvencionados y con otros utilizar eufemismos como plan de est¨ªmulo, rescate financiero y aval de inversi¨®n. Todos corren detr¨¢s de la maleta del dinero, y tienen derecho a hacerlo. Si algo nos muestra esta salida de la crisis es el papel regulador y de est¨ªmulo con que la pol¨ªtica teledirige la econom¨ªa. Por eso hay que participar en la discusi¨®n de fondo con algo m¨¢s que t¨®picos. El respeto reverencial por el cual solo la gente con mucho dinero puede opinar sobre el curso natural del dinero ha de completarse con visiones de pa¨ªs. La imaginaci¨®n es fundamental para un buen negocio. Hace a?os que sabemos que las vacaciones del Imserso no son tanto una subvenci¨®n a los jubilados como a los turoperadores y hoteles en temporada baja.
El lobby automovil¨ªstico ha logrado que las ayudas al coche no marginen al combustible cl¨¢sico, en un ejemplo de resistencia al cambio. Ser¨ªa interesante primar la sustituci¨®n de calderas de calefacci¨®n en los hogares, porque han aparecido modelos m¨¢s eficaces en ahorro energ¨¦tico y estimular¨ªamos as¨ª al conjunto de la poblaci¨®n. Tambi¨¦n si apost¨¢ramos por el transporte p¨²blico mejorar¨ªa la previsible vuelta a los atascos en las grandes ciudades. Pero hay que invertir en ello. Como hay que invertir en la recuperaci¨®n de la escuela p¨²blica, la ¨²nica instituci¨®n que corrige la desigualdad y la marginaci¨®n que vemos aumentar d¨ªa a d¨ªa. No hay plan renove ni estimulaci¨®n tur¨ªstica tampoco en la sanidad y las residencias de ancianos, ?volveremos a abandonarlas a su suerte? El aplauso ahora sirve de bienvenida a los turistas alemanes a su llegada a Baleares, pero invita a reflexionar sobre un nuevo dise?o del visitante modelo. Conviene un turista que alargue su estancia, tambi¨¦n por razones sanitarias, y alejarnos de la despedida de soltero y la borrachera de bajo coste. Sin duda es un gran negocio, pero ser¨¢ triste obligar a los empleados de hotel a ovacionar a quien se lanza desde el balc¨®n a la piscina tras una noche de coca¨ªna y pastillas.
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