Tratado crucial
El Nuevo Start afecta a la salvaguarda de la paz en todo el planeta y la Administraci¨®n Trump deber¨ªa tratar de salvarlo
La reuni¨®n celebrada en Viena entre Estados Unidos y Rusia para prorrogar el Tratado Nuevo Start, el ¨²ltimo sobre control de armas nucleares que queda entre ambas superpotencias, no ha terminado en un fracaso, pero las condiciones para su renovaci¨®n que exige Donald Trump auguran un inquietante futuro para un acuerdo vital para la seguridad mundial que expirar¨¢ el pr¨®ximo mes de febrero.
El Nuevo Start fue firmado en 2010 entre Barack Obama y el entonces presidente ruso Dimitri Medv¨¦dev, quienes ratificaron un texto que establec¨ªa limitaciones claras tanto sobre el n¨²mero de ojivas nucleares activas que pod¨ªan poseer EE UU y Rusia ¡ª1.550 cada uno¡ª como sobre el n¨²mero de medios para lanzarlas, como rampas, submarinos o bombarderos. Se trat¨® de un compromiso hist¨®rico que superaba a otros tratados similares alcanzados durante la Guerra Fr¨ªa y supon¨ªa el entendimiento sobre una cuesti¨®n crucial con la Rusia surgida tras el hundimiento de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. No es por tanto un acuerdo con el que se pueda regatear ni amenazar con su desaparici¨®n, como ha venido haciendo Trump sistem¨¢ticamente con otros tratados de todo tipo desde que accedi¨® a la Casa Blanca hace cuatro a?os, en lo que ha supuesto una voladura de los mecanismos internacionales de acuerdo ya existentes. El que la posibilidad de una guerra nuclear ¡ªintencionada o por accidente¡ª haya desaparecido del subconsciente colectivo no significa que una de las amenazas m¨¢s destructivas para la humanidad no exista ya o que tenga menos relevancia.
La Administraci¨®n estadounidense quiere ligar la renovaci¨®n del Nuevo Start a la inclusi¨®n de China en el acuerdo. Una intenci¨®n que tiene su l¨®gica, porque desde que Obama y Medv¨¦dev suscribieron el tratado ahora en cuesti¨®n, el desarrollo armament¨ªstico nuclear de Pek¨ªn ha sido m¨¢s que notable y un texto de estas caracter¨ªsticas firmado a tres bandas sin duda supondr¨ªa un hito en el freno de la proliferaci¨®n nuclear. Pero la petici¨®n suena poco realista cuando quedan apenas pocos meses para negociar otras importantes cuestiones de car¨¢cter t¨¦cnico, como los sistemas de verificaci¨®n o el tipo de ojivas incluidas. Y m¨¢xime cuando el primer mandato del presidente estadounidense est¨¢ a punto de terminar. Trump podr¨ªa haber anunciado su intenci¨®n de ligar a China a este tratado ¡ªun proceso largo que lleva varios a?os¡ª al comienzo de su presidencia y no en el tiempo de descuento. Por si fuera poco, Pek¨ªn ha rechazado cualquier acercamiento de Washington en este sentido.
El Nuevo Start no es un tratado cualquiera, sino que afecta a la salvaguarda de la paz en todo el planeta. En vez de plantear escenarios desgraciadamente irrealizables por ahora, la Administraci¨®n Trump deber¨ªa tratar de salvarlo. Por el bien de todos.
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